Luis Quesada, artista que da nombre al Espacio de Arte ubicado en el Rectorado, desembarca con una veintena de obras, entre ellas, grabados, esculturas de madera policromada y pinturas en madera recortada y pintada. La exposición forma parte de un ciclo que ideó el Museo Universitario de Arte (MUA) para visibilizar y revalorizar el patrimonio artístico de la Casa de Estudios. El ciclo se inauguró en julio pasado con las “joyas” del artista Roberto Cascarini, como un homenaje al cumplirse 25 años de su fallecimiento.
Hasta el 15 de setiembre, las personas que transiten entre el Rectorado y el CICUNC podrán disfrutar del arte de Luis Quesada, que habitualmente embellece diferentes sitios de la Universidad, como el despacho del Vicerrector y la biblioteca de Ciencias Económicas.
Quién es Luis Quesada
Nació en Mendoza el 23 de junio de 1923. Egresó de la Academia de Bellas Artes de la UNCUYO.
Como gestor de múltiples iniciativas culturales, fundó en 1955 el “Club de Grabado” junto a un grupo de reconocidos artistas que pretendían llevar el arte a un estadio de difusión popular y que llegó a vender más de 7000 grabados en tres años. También formó un grupo de muralistas que convirtió a Mendoza en una de las ciudades que más murales tiene en el país. Además, inventó e implementó el proyecto para la radicación de artistas y artesanos del Bermejo, lo que concentró a artistas y artesanos en un lugar creativo en común. Asimismo, impulsó la creación en 1985 del Museo de Arte Universitario MUA y de otras instituciones privadas y oficiales dedicadas a la promoción y protección de la actividad artística. Exdocente del departamento de Artes de San Juan, San Luis y de la Escuela de Artes Plásticas de la UNCUYO, de la que fue su director y decano.
Incursionó en las más diversas modalidades de la expresión plástica: comenzando con acuarelas, óleos y grabado, luego pintura, dibujo, talla en madera, tapiz, vitral, mural, diseño de joyas, cerámica y microfundición hasta el día de hoy. Su taller es único en la Provincia, como pocos en el país, por la dimensión, diversidad y calidad de producción.
Desde 1947 realizó numerosas exposiciones individuales, en el país y extranjero. Participó en muestras colectivas, salones, certámenes, y obtuvo importantes distinciones.
Quesada parte de un principio; ve su propio trabajo como el de un artesano, reinventado por el artista. Puede iniciar una obra recortando una lámina de plata con un arco de calar y, desde allí, llegar a una escultura de grandes dimensiones cortada por plasma en chapas de hierro de 1 cm de espesor. Una especie de “todo vale”, pero no en el terreno semántico, sino en lo técnico, es decir, en los métodos de producción, siempre ligados en un punto al trabajo vibrante, manual y vivo.
Se deja inspirar por Matisse, el muralismo mexicano, el arte colonial, el constructivismo y el arte geométrico en sus múltiples versiones. Pero ninguna de estas influencias es fácilmente descifrable, porque su obra guarda una originalidad y una identidad con ella misma pocas veces vista. Esta “originalidad” es el resultado de una idea sobre el arte, un tanto sui generis.