El camino que conduce de una facultad a otra es de escaleras empinadas, a su costado hay un camino pedregoso. Ambas opciones resultan peligrosas para personas que se trasladan en silla de ruedas o aquellas que presentan dificultades para caminar.
Con respecto a los baños para discapacitados no existen en las Facultades de la UNCuyo de mayor antigüedad edilicia por ejemplo en la de Ciencias Políticas y Sociales los baños que hay son de imposible acceso para el discapacitado sin ayuda de otra/ s persona/ s.
La ley 22.431 del “Sistema de protección integral de las personas discapacitadas” indica en el articulo 21: “Entiéndese por barreras arquitectónicas las existentes en los edificios de uso público, sea su propiedad pública o privada (...). Entiéndese por adaptabilidad, la posibilidad de modificar en el tiempo el medio físico, con el fin de hacerlo completa y fácilmente accesible a las personas con movilidad reducida. Entiéndese por practicabilidad, la adaptación limitada a condiciones mínimas de los ámbitos físicos para ser utilizados por las personas con movilidad reducida. Entiéndese por visitabilidad la accesibilidad estrictamente limitada al ingreso y uso de los espacios comunes y un local sanitario, que permita la vida en relación de las personas con movilidad reducida” y en el apartado a) señala que los edificios de uso público “deberán observar en general la accesibilidad y posibilidad de uso ! en todas sus partes por personas de movilidad reducida (...); espacios de circulación horizontal que permitan el desplazamiento y maniobra de dichas personas, al igual que comunicación vertical accesible y utilizable por las mismas, mediante elementos constructivos o mecánicos; y servicios sanitarios adaptados”.
Sin embargo, esta Ley Nacional no se aplica en todas las provincias. La falta de interés por los problemas que afectan a los discapacitados se entiende como una forma más de discriminación al no estar en las mismas condiciones que los demás.
Este problema nos conduce inevitablemente al tema del presupuesto universitario que cada año se reduce más. La utilización de dicho presupuesto no prioriza el bienestar de todos los estudiantes. Al contrario, termina castigando a quienes más necesitan del apoyo de la institución para seguir estudiando. Tal es así que las autoridades prefieren utilizar el cada ves más reducido presupuesto universitario para “mejorar” el Cicunc, que, a propósito, sus equipos no son utilizados por los estudiantes.
Hasta ahora los reclamos de los estudiantes son el aumento del presupuesto que incluye la implementación del medio boleto estudiantil y el aumento de las becas, ente otros. A estos reclamos se le debería sumar la petición de construcción de rampas, ascensores, y baños para discapacitados que garantizarían la igualdad para todos los estudiantes, tanto para los que poseen pocos recursos como para los que presentan dificultades físicas.
El reclamo de los estudiantes que poco se hace escuchar, en su mayoría proviene de aquellos que forman parte de alguna agrupación política de sus respectivas facultades, mientras que la participación del resto de los estudiantes es muy escasa. Existe la sensación de que ésta es la voz de un sector muy reducido de la población universitaria. Tal vez ése sea el motivo de la escasa atención que concita. Sin embargo debemos pensar que además de representar, el problema de la discapacidad, un considerable porcentaje de la población general, cualquier persona hoy sana, lamentablemente, es pasible de sufrir una discapacidad a través de enfermedades, accidentes o simplemente el peso de los años.
Que se respete la Ley Nacional del Discapacitado es una obligación .Las autoridades deben destinar parte del presupuesto a la construcción de rampas, baños para discapacitados, ascensores en buen estado, etc. También es un derecho de las personas, en este caso los “discapacitados”, que se cumpla esta legislación.
Anahí Pérez
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