Diez hijos que se desvanecen no sólo porque les falta la comida, sino también porque conviven en una casa de adobe de 5 por 10 que los alberga. En fin, un éxodo infantil obligado y una familia camino a la perdición. Sin embargo, este panorama violento y desolador que crece en los distintos barrios de nuestra provincia tiene una contracara: también ha aumentado el número de hogares mendocinos dispuestos a contener la dramática situación.
Así, en el último año aparecieron 100 nuevas familias cuidadoras, lo que representa 25% más de compromiso social si se lo compara con enero de 2004. Hoy ya son 500 las familias que reciben a 1.340 chicos en condiciones de vulnerabilidad.
Dentro del programa de familias cuidadoras existen tres grupos. En primer lugar el de las familias comunes, aquellas que reciben a un chico desconocido y a las que se les entregan 130 pesos mensuales. El dinero debe destinarse a la escolaridad y vestimenta. Por otro lado están las familias extensas o propias. Su objetivo es que los chicos permanezcan en sus casas y cumplan con sus obligaciones, a ellas se les entrega un subsidio de 50 pesos por joven. Este grupo ha sido el que más creció y en el que mayor énfasis está poniendo el Gobierno, principalmente para que los chicos no abandonen su familia biológica. Por último, están los egresos protegidos, que son familias sustitutas que sostienen a jóvenes mayores de edad para que sigan estudiando, pero que no tienen posibilidad de regresar a sus casas. Se los mantiene con programas de capacitación hasta que se logre ubicarlos en el campo laboral.
Jorge Gómez, gerente de Niñez y Adolescencia de la Dirección de Niñez Adolescencia, Ancianidad, Discapacidad y Familia (Dinaadif) manifestó al respecto: "las familias cuidadoras son hoy una gran herramienta para la contención de los chicos; sobre todo para los más vulnerables. Sin embargo, la idea es que puedan reinsertarse en sus casas. Por eso también estamos fortaleciendo la ayuda a las familias biológicas para reestablecer el vínculo". Además, agregó que "son familias numerosas y con riesgo de internación de los chicos. Buscamos que vuelva la armonía y los valores del hogar, con el objetivo de ir cerrando los albergues. Todo esto se reafirma con el proyecto de fortalecimiento familiar"
En referencia a esto último, la Gerencia de Niñez y Adolescencia de la provincia está trabajando junto a la Nación para hacer más abarcativo el proyecto de fortalecimiento familiar, que el año pasado sólo se realizó en dos hogares. La iniciativa se centra en familias numerosas con alto grado de vulnerabilidad, con la idea de que permanezcan en sus casas. Este año se espera extender el proyecto a 30 familias, con el objetivo de incluirlo en el presupuesto 2006. El trabajo consiste en la visita diaria, durante seis meses a un año, de dos operadores a los hogares. Éstos educan a la familia en cuestiones esenciales que van desde el cuidado de la higiene hasta el manejo del dinero, y se les entrega un subsidio de 50 pesos por hijo.
Caso testigo
Teresa. Tiene 55 años y vive en una modesta casa de Rodeo de la Cruz, Guaymallén, junto a su esposo y sus dos hijos. Hace 6 meses recibió a Natalia, una niña de 10 años que por el hacinamiento, la violencia psicológica y el maltrato físico se vió obligada a escapar de su entorno... "me siento cómoda acá. He vuelto a la escuela y traigo buenas notas. Pero me cuesta ponerme a estudiar. También extraño a mi familia", cuenta Natalia. Asímismo, su segunda mamá reconoce las dificultades: "los chicos con muchas carencias afectivas necesitan estimulación permanente, pero como suelen estar acostumbrados a la vagancia no es fácil que cumplan con sus obligaciones. Ojalá que todo mejore y puedan volver a estar con sus papás y hermanos".
Dante Bordón
d_bordon@hotmail.com
Departamento de Sociedad y Movimientos Sociales