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Fukushima, la Argentina y el futuro nuclear en la visión del especialista Jorge Barón

El doctor en ingeniería nuclear Jorge Barón, en una conferencia llevada a cabo en la UNCuyo. afirmó que las plantas nucleares existentes en la Argentina son seguras y cuentan con complejos sistemas de emergencia. Aseguró, además, que es imposible que la radiación nuclear que se registra en Japón pueda llegar a afectar a la Argentina.

18 de marzo de 2011, 12:23.

imagen Fukushima, la Argentina y el futuro nuclear en la visión del especialista Jorge Barón

Barón, destacado investigador de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Cuyo y especialista en accidentes nucleares severos, brindó una charla informativa -a la que asistieron alrededor de 200 personas- acerca de la situación y las expectativas respecto del accidente nuclear ocurrido en Japón, producto del terremoto y tsunami sufrido el pasado 11 de marzo.

En relación con las centrales nucleares argentinas -Atucha I y II y la de Embalse Río Tercero- señaló que están ubicadas en zonas “de riesgo sísmico moderado” y además “alejadas del mar”.

“Accidentes pueden suceder -añadió- pero han pasado los más exigentes exámenes de seguridad y cuentan con toda la logística necesaria para responder a una emergencia, algo fundamental ya que hace la diferencia entre que la población civil se vea afectada o no”.

En cuanto a temores de contagio por una eventual emigración de habitantes de Japón a nuestro país, manifestó que la radiación nuclear "es similar a la radiación solar. Nadie que haya sido alcanzado por rayos solares y tenga una quemadura puede contagiar a otra persona. Lo mismo sucede con la radiación nuclear”.

La situación en Japón

Barón explicó el funcionamiento de la central nuclear de Fukushima y brindó detalles acerca de su ubicación, sobre la costa, por lo que el tsunami que se produjo una hora después del terremoto  la afectó enormemente. No fue el terremoto -dijo- lo que ocasionó el accidente ya que la central respondió de manera “impecable” ante el sismo. “Al momento del terremoto, de los 6 reactores que tiene la central Fukushima, sólo se encontraban en operación 3. Cuando se produce el fenómeno,  las medidas de seguridad funcionaron a la perfección parando automáticamente los reactores y poniendo en funcionamiento los equipos diesel para lograr una refrigeración de emergencia. El tema es que el tsunami destruyó los tanques de gas-oíl que refrigeraban los reactores. Al agotarse el combustible, hay una pérdida en la capacidad de bombeo, por ende un pérdida en la capacidad de refrigeración de emergencia”.

A partir de ahí se produce un accidente severo, catalogado así porque se descubren y recalientan los reactores, se inicia un proceso de oxidación de los metales, se produce una rotura en la vaina de combustible, hay una liberación de radionucleicos volátiles y comienza el proceso de presurización de contención inerte.

Ante este accidente grave, lo fundamental es lograr un alivio en la presión que se produce dentro del reactor. Para ello se deben abrir las válvulas de manera manual y producir una liberación de vapor de hidrógeno a la atmósfera; a la vez que se restablece el sistema de refrigeración. El problema, según Barón, es que debido al daño en los tanques de gas-oil, se ha tenido que recurrir a otros sistemas precarios de refrigeración como lo es el bombeo de agua de mar a los reactores. A su criterio, esta alternativa de refrigeración ha sido muy eficiente ya que de esta manera se puede disminuir al máximo posible los efectos de la radiación.

Otro aspecto abordado se refirió a las consecuencias en la salud de las personas en caso de tener contacto por la radiación. Los efectos pueden ser tanto afecciones agudas como efectos estocásticos; este último aumenta la posibilidad de padecer enfermedades a largo plazo como el cáncer o defectos genéticos, mientras que las afecciones agudas son las que se pueden visualizar en la piel tales como ampollas, enrojecimiento de la piel, etc.

El accidente fue catalogado por el gobierno japonés entre grado 5 y 6 de la Escala Internacional de Sucesos Nucleares (INES por sus siglas en inglés), sin embargo, para Barón no se puede comparar con lo sucedido en Chernobyl. La diferencia fundamental entre ambos casos reside en el hecho de que la central de Fukushima ha sido construida con mejores materiales, que el plan de emergencia fue llevado adelante de manera óptima, y además actualmente se cuenta con mayor tiempo para solucionar el problema de presión dentro de los reactores; mientras que en Chernobyl el sobrecalentamiento con su consecuente presión sucedió en cuestión de segundos, sin dar lugar a reacción alguna.

Para finalizar, el investigador y experto en accidentes nucleares, presentó dos alternativas posibles al accidente en la central nuclear. La primera de las alternativas fue pensada en función de una pronta refrigeración de los reactores, lo cual facilitaría considerablemente la recuperación de Japón, mientras que la otra alternativa fue pensada en función del fracaso en las medidas de refrigeración lo cual haría muy difícil y lento el proceso de recuperación.

El futuro

En general, el profesional defendió la energía nuclear asegurando que “luego de un terremoto de 9 grados y un tsunami con olas de 10 metros, los reactores nucleares siguen en pie y si no se hubiese cortado la energía eléctrica ya estarían funcionando”.

Por otra parte, señaló que “para Japón la energía nuclear no es una elección, es una necesidad, ya que no tienen ninguna otra fuente a su alcance. Por este motivo, no tengo dudas de que cuando esta situación esté solucionada van a volver a apostar por este tipo de recurso”.

Finalmente, proyectó dos posibles panoramas para los próximos días. Por un lado, el escenario más optimista sería que la energía eléctrica pueda ser restablecida, se enfríen los reactores y no se cause ningún daño a la población. Por otro lado, lo peor que podría pasar es que no se pueda disminuir la temperatura del reactor nuclear, se libere una gran cantidad de material radiactivo a la atmosfera y una importante cantidad de gente resulte

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