Gonzalo Ferez es estudiante de la carrera en Recursos Naturales Renovables (IRNR) de la Facultad de Ciencias Agrarias y es el primer estudiante con discapacidad de la UNCUYO, que realiza un intercambio fuera del país. Tiene 22 años y padece hipoacusia bilateral profunda, una patología auditiva que se produce en ambos oídos.  

Esta problemática causa una pérdida de la capacidad auditiva que, indudablemente, afecta al desarrollo y a la comunicación de las personas que la atraviesan. Si bien Gonzalo se maneja de forma oral, utiliza un implante coclear en ambos oídos. El primero lo recibió a los 2 años de edad y el segundo, a los 20.

Gonzalo estuvo de intercambio en la Universidad de Santiago de Compostela (USC), de la ciudad de Lugo, en Galicia, España, durante el primer semestre del 2022. Luego recorrió España durante un mes.

En referencia al origen de la idea, el joven explicó que su interés por viajar para estudiar en otro país ya venía desde la escuela secundaria. “Cuando lanzaron la convocatoria lo consulté con mis padres y coincidimos en que sería una gran oportunidad. Al momento de anotarme no sabía que yo era el primer estudiante con discapacidad en acceder a un intercambio fuera de Argentina, me enteré después. Creo que si bien es un desafío que se asume desde lo personal de cada uno, quizás falta que se fomenten y difundan este tipo de oportunidades para las personas con discapacidad".

En este caso, Ferez se inscribió a la convocatoria del intercambio por cuenta propia. Accedió a la entrevista como los demás postulantes y debido a su excelente rendimiento académico, le comunicaron que había sido seleccionado para viajar a Galicia. Luego, una vez que tomó contacto con la USC, se comunicó con el Área de Inclusión Universitaria de la universidad de destino y mantuvo una conversación mediante videoconferencia con la encargada del área.

Fue así que, luego de comunicarles su situación personal, le pidieron un informe por parte de la UNCUYO sobre su estado y desenvolvimiento en clases. Por ello, le comunicó a su fonoaudióloga y referente de discapacidad la situación y, en conjunto con el Área de Inclusión de Personas con Discapacidad de la FCA se envió el informe correspondiente a la universidad de destino para que se puedan tomar las medidas necesarias y poder efectuar el intercambio de forma exitosa. 

"Me encontré con varios desafíos desde lo personal, no solo en cuanto a extrañar a la familia y amigos en el período que realicé el intercambio, sino también respecto a la hipoacusia, ya que la acústica de las aulas de allá son peores que las de Ciencias Agrarias, lo que dificultaba aún más mi audición. Asimismo, el uso del barbijo que la pandemia impuso hacía que me costara escuchar las clases. Pero lo pude superar y todas esas experiencias me hicieron desarrollar mi capacidad para enfrentar ese tipo de situaciones", expresó Gonzalo.

Entre las cuestiones a considerar para que se pudiese realizar el intercambio se encontraba la necesidad de que los profesores de la USC utilizaran, al igual que lo hacen los profesores de la FCA, el MiniMic, un micrófono que le transmite la clase directamente al oído de Gonzalo, permitiéndole escuchar mejor la clase. También, la necesidad de que el material teórico de las clases a las que asistiese se encuentre disponible de forma escrita.

Ante este último requisito, Ferez se encontró con la situación de que, por Ley, en España, el material de estudio siempre debe estar disponible de forma escrita y de hecho, en castellano para el estudiante que lo requiera.

"La experiencia me posibilita un gran crecimiento personal, ya que además de aprender cosas vinculadas a la carrera, también pude observar cómo es la situación para los estudiantes con discapacidad en el exterior y proponer cambios y mejoras acá en Argentina", afirmó Ferez.

Realizar este tipo de experiencias es muy enriquecedor para el estudiante, porque además de permitirle hacer nuevos amigos de distintos países, viajar y conocer nuevos destinos, es una circunstancia favorable para formar una nueva red de oportunidades profesionales, experimentar nuevas formas de vida y adquirir habilidades interculturales y multiculturales. 

Según la perspectiva de Gonzalo, en el caso de estudiantes con discapacidad, esto presenta una oportunidad doble, ya que además de todos los beneficios que una persona tipo puede aprovechar de la experiencia, para alguien con alguna limitación de sus facultades físicas, le permite fortalecer su desenvolvimiento cotidiano."Uno como persona con discapacidad se enfrenta a situaciones cotidianas a las que las personas promedio no se enfrentan. Poder vivir ese tipo de realidades comunicacionales me permite mejorar mi desenvolvimiento en mi día a día" sentenció.

Para cerrar, Gonzalo dejó un mensaje para otras personas que tengan alguna discapacidad “les diría que se animen a vivir este tipo de experiencias, que enriquecen las herramientas que se poseen para enfrentarse a las distintas situaciones cotidianas, y que tanto la UNCUYO como la universidad de destino realizan el acompañamiento correspondiente para que el intercambio suceda de forma exitosa" aseguró.

Una universidad más inclusiva

Desde la Facultad de Ciencias Agrarias expresaron el orgullo de poder ser parte de este tipo de experiencias y auguraron que este sea el primero de muchos casos. Además, señalaron la importancia de que la comunidad conozca que la Facultad tiene un Área de Inclusión de Personas con Discapacidad, dentro de la Secretaría de Asuntos Estudiantiles y Bienestar de la Comunidad, a cargo de Claudia Morelli, la cual contribuye con acciones específicas y concretas que garantizan la igualdad y equidad de oportunidades en la educación superior de estudiantes con discapacidad.

Asimismo, en conmemoración al Día Internacional de las Personas con Discapacidad- el Área de Inclusión de Personas con discapacidad de la UNCUYO ideó una propuesta destinada a la comunidad universitaria. El viernes 2 de diciembre, desde las 18, en la sede centro de la Facultad de Educación –Sobremonte 81 de Ciudad-, personas con discapacidad de la Casa de Estudios podrán poner voz a experiencias personales y participarán de diálogos que permitan un análisis conjunto para mejorar acciones y hacer posible una Universidad más inclusiva.