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Harvard, con el foco puesto en la Argentina

15 de diciembre de 2008, 16:50.

La universidad de prestigio internacional planea un gran encuentro en 2010.

La crisis financiera internacional posó los ojos de Harvard Business School (HBS) en la Argentina. La reconocida escuela de negocios, que este año celebró su centenario, realizará su próximo Encuentro Global Bianual en nuestro país en 2010. Para empezar a organizarlo, días atrás, Howard Stevenson, profesor y decano asociado de la Escuela de Negocios y presidente del directorio de HBS Publishing, visitó nuestro país.

"Argentina es un país interesante porque pasó grandes altas y bajas. Estados Unidos puede aprender lecciones que, espero, sean positivas. Cómo se maneja la inflación y el cambio en las exportaciones básicas son algunas", dice Stevenson a LA NACION. Aun así, agrega que es difícil organizar un programa sobre la crisis actual porque "no se sabe qué pasará mañana" y "todavía se está parando la hemorragia". Por eso, el temario se mantiene aún flexible.

Las cumbres mundiales duran dos o tres días en los que se intenta "llevar a los facultativos al mundo real y comprometer a los alumnos". Se espera que visitantes de 25 países, todos alumnos o ex alumnos de Harvard, lleguen para la ocasión.

Cumplió cien años

Los preparativos del encuentro se dan en el marco del centenario de la escuela. HBS fue creada el 8 de abril de 1908 con 33 estudiantes regulares, 47 especiales y 15 profesores para dictar el primer MBA del mundo.

Por la institución, que popularizó el método del caso -y según Stevenson provee el 90% de los casos que se estudia en el mundo mediante el Harvard Business Review- pasaron el presidente saliente de Estados Unidos, George Bush; el presidente y CEO de General Electric, Jeffrey Immelt, y la presidenta y consejera delegada de eBay, Meg Whitman. Entre los argentinos se cuentan el presidente del Banco Central, Martín Redrado; el ex titular del Bank Boston (hoy Standard) Manuel Sacerdote; el presidente de Medicus, Jorge Aufiero; el ex presidente de Techtel Héctor Masoero; el socio de Río Bravo Inversiones y ex vicepresidente de la Comisión Nacional de Valores, Francisco Susmel, y el presidente de la Asociación Cerebrovascular Argentina, Conrado Estol.

Los festejos por el centenario incluyen coloquios sobre creatividad, transformación organizacional y el futuro de la enseñanza, entre otros; reuniones de ex alumnos, y una cumbre empresarial sobre liderazgo en los negocios.

"Educamos líderes para hacer la diferencia en el mundo, no sólo en el sector de negocios, sino también en ONG. Tratamos de crear un producto pedagógico del que los alumnos se sientan orgullosos", dice Stevenson. Entre los profesores de la escuela se cuentan Robert Kaplan, coautor de The Balance Scorcard; Das Narayandas, especialista en ventas, y Michael Porter, autoridad mundial en estrategia competitiva. También, los economistas argentinos Rafael Di Tella y Julio Rotemberg.

El centésimo aniversario permitió repensar desafíos futuros para la escuela, como la globalización, las implicancias de la tecnología y la expectativa de la gente de conseguir información libremente de manera instantánea. También, el modo en que el mercado de capitales evolucionará de cara al desafío de diferentes maneras de hacer negocios.

"Para nosotros la cuestión será qué enseñar, cómo hacerlo y qué estudiantes queremos tener en el aula", dice el académico. Y agrega: "Alguien dijo que no se puede dejar pasar la oportunidad de una buena crisis porque lleva a tener que mirar cómo se hacen negocios, examinar la economía y a hacer preguntas básicas que, en nuestro caso, sería, por ejemplo, si estamos enseñando bien. Nos enorgullece tener que hacernos esas preguntas".

Un argentino allí

Más de 600 argentinos estudiaron en la Universidad de Harvard. Alrededor del 50 por ciento pasó por la Escuela de Negocios; un 15 por ciento por la escuela de Leyes; otro tanto por la Escuela de Gobierno (Kennedy), y el resto, por diferentes escuelas como la de Arquitectura, Salud Pública, Educación, por ejemplo. "Su antigüedad le permitió acopiar gran cantidad de recursos, como bibliotecas (tiene más de 16 millones de volúmenes) y museos", aclara.

La universidad fue creada en 1636 y lleva el nombre de su primer benefactor, un ministro llamado John Harvard. Stevenson destaca que el foco se pone en la distribución del conocimiento y en enseñar a los profesores la mejor manera de educar. Para un argentino no es imposible estudiar allí. Hay que llenar formularios, enviar antecedentes universitarios, laborales y rendir dos exámenes, entre otros requisitos. Una vez admitido, la casa de altos estudios garantiza que se tendrá el dinero para hacer su carrera, ya sea mediante una beca o un préstamo. "Si el ingreso familiar es de menos de US$ 60.000 por año, el estudiante no paga por la enseñanza. Si llega a US$ 180.000, la enseñanza no podrá costarle más del 10% del ingreso familiar anual. Estamos preocupados por el costo de la educación y queremos proveer asistencia para atraer a estudiantes independientemente de su situación financiera", explica Stevenson.

Por otro lado, Juan Bosch, presidente del Harvard Club de Argentina, explica que la institución da préstamos a tasas subsidiadas por hasta US$ 10.000 por año académico o un 30% del total del precio del programa. El repago constituye el fondo para futuros estudiantes. El plazo, cuatro años.

Además, cada año el David Rockefeller Center para Estudios Latinoamericanos (Drclas) selecciona académicos y profesionales que deseen pasar uno o dos semestres en Harvard trabajando en sus investigaciones y proyectos y les provee gastos de viaje y residencia, por ejemplo. Quienes hayan sido admitidos también pueden recurrir a la Beca Fortabat, que prioriza a los candidatos que trabajen en cuestiones relacionadas con la política pública, el desarrollo social y económico y en áreas de importancia para el desarrollo de la Argentina.

Por otro lado, la escuela tiene un pie en nuestro país mediante el Centro de Investigación de Harvard Business School (LARC, por sus siglas en inglés) en la Argentina. Nacidas en 1997, actualmente hay siete unidades, en California, Hong Kong, París, Tokio, Bombay y Shanghai, además de Buenos Aires, tercera sede inaugurada.

"La función del centro es apoyar a los profesores de Harvard en el desarrollo de investigaciones. Tenemos presencia remota en Brasil y México, y somos muy activos en los programas de construcción de capital social. Colaboramos con la región compartiendo el conocimiento y trabajamos con instituciones académicas locales", dice Gustavo Herrero, director ejecutivo de LARC para América latina.

Los centros surgieron a partir de una iniciativa para globalizar la escuela. "No era posible replicar el cuerpo de profesores que tenemos en Boston en otros sitios, así que se decidió captar conocimiento fuera del territorio de Estados Unidos para llevarlo después. No salimos agresivamente a enseñar en el exterior, sino que se optó por el modelo más caro, ir a investigar. El modelo de enseñanza genera recursos, pero en el de investigación sólo hay inversión", asegura Herrero.

Con 70.000 ex alumnos en todo el mundo (de los cuales 18.000 están fuera de los Estados Unidos), Stevenson asegura que no hay un "modo de ser" HBS. "Hay una gran comunidad diversa -explica- y la diversidad viene de la libertad de pensamiento."

El Harvard Club

Cerca de 300 ex alumnos forman parte del Harvard Club de Argentina, una organización sin fines de lucro nacida en 1972. Su objetivo es mantener vivo el vínculo con la universidad y entre los ex alumnos, prestar asistencia financiera y generar trabajos de impacto en la comunidad. Mediante el Capítulo de Jóvenes fomenta el intercambio de ideas entre profesionales menores de 40 años y socios mayores.

"Hay clubes en todo el mundo y el de Argentina es uno de los que más cantidad de ex alumnos capta, incluido el de Estados Unidos", señala Juan Bosch, presidente del club y de la consultora de gestión de inversiones Compass Group.

Sobre su paso por el MBA de HBS en 1987, Jorge Steverlynck, miembro del directorio de ex alumnos de la escuela y socio de la consultora de búsquedas ejecutivas Egon Zehnder International, señala: "Fue una experiencia académica y de vida porque se interactúa con gente de todo el mundo. El método de caso permite aprender más que de un profesor en una clase magistral".

Datos útiles

* 1821 alumnos matriculados en el MBA.
* 108 alumnos matriculados en doctorados.
* 9281 alumnos matriculados en programas de educación ejecutiva (de dos días a 9 semanas de duración).
* 27% de alumnos extranjeros.
* 206 profesores.
* 1109 posiciones de staff.
* 33 edificios en el campus.
* US$ 405 millones de ingresos.
* US$ 92 millones destinados a investigación.
Datos de 2007

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