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“Hay que cambiar de cuajo el modelo energético”

El experto argentino Federico Bernal dice que el petróleo en un recurso energético y no un mero bien comercial. Petrosur y la necesidad de empresas estatales.

19 de septiembre de 2005, 23:57.

Por Pablo Ramos

APM/Agencia Taller

pramos@perio.unlp.edu.ar

El bioquímico Federico Bernal se dedica a temas energéticos por herencia genética: su bisabuelo fue el ingeniero Enrique Hermitte, quien fuera descubridor del petróleo en Argentina. Se ha especializado en biotecnología y microbiología industrial en la Universidad de Buenos Aires, pero los motivos por los que APM lo entrevistó fue la edición del libro “Petróleo, Estado, Soberanía: hacia la empresa multiestatal de hidrocarburos”, que será presentado el 4 de octubre en la Biblioteca Nacional. Que el petróleo deje de considerarse una mercancía más como el trigo o el café, la necesidad de crear una empresa estatal de hidrocarburos, en un contexto de políticas de carácter nacional, y la concreción del proyecto bolivariano-sanmartiniano, son la síntesis de las propuestas de este joven científico.

- ¿Cómo funciona el negocio petrolero en el mundo?

- Primero habría que hacer una diferencia entre los países industrializados y los de la periferia; y luego, dentro de los periféricos, marcar lo que fueron las políticas desde el descubrimiento del petróleo a la fecha. Esta política pasó por distintos estadíos, donde de aplican distintas normas, distintas leyes, distintas concepciones. Históricamente, Latinoamérica ha exportado sus riquezas naturales y estratégicas, a la vez que siempre estuvieron al servicio de las naciones imperialistas. Esto es lo que ocurrió siempre con los recursos primarios. Pero, en el Siglo XX algo cambió, con la estatal argentina Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), que fue modelo en el mundo entero –por ejemplo, YPF surgió antes que la alemana, la canadiense, la japonesa, y la italiana, y fue la primera en América Latina-. Lo estratégico del petróleo es la renta petrolera, la renta diferencial que se genera producto de la comercialización del petróleo y del gas natural. En los países del Tercer Mundo, con la constitución de empresas estatales, la renta era detentada por el Estado nacional. Sucedió en Argentina con YPF a partir de 1922.

- Por entonces, cuando surge YPF, ¿tenía el monopolio petrolero?

- No porque nunca se llegó a legislar. Durante la década del 20, el presidente Hipólito Irigoyen, envía un anteproyecto de ley llamado “Irigoyen-De Marchi” donde se propuso el monopolio estatal de toda la cadena productiva, es decir, producción, transporte, distribución. Pero sólo fue aprobada por la Cámara de Diputados, pero no por el Senado. En realidad, en Argentina nunca se nacionalizó el petróleo. Luego sí vino la ley 27.319 y la constitución de 1949, donde el recurso se define como propiedad del estado nacional. Ahí sí había una suerte de nacionalización. Pero nunca se llegó a trabajar en Argentina con el monopolio.

- ¿Ya operaban empresas extranjeras en la Argentina?

- Sí. Las empresas extranjeras comienzan a obtener concesiones a partir de 1910.

- ¿Quién extrae petróleo en la Argentina por primera vez?

- El 13 de diciembre de 1907 se produce el descubrimiento de petróleo en la Argentina en Comodoro Rivadavia (Chubut) por parte de mi bisabuelo (Enrique Hermitte), y si bien a fines del Siglo XIX se había extraído petróleo en el norte argentino, el descubrimiento que enmarca la etapa petrolera argentina es en 1907, a través de un organismo gubernamental llamada Comisión de Napas, Yacimientos Carboníferos e Investigaciones Geológicas, que se había iniciado por decreto en 1902.

- ¿Cómo manejan la explotación del petróleo los distintos países?

- Siempre hay que hacer esa diferencia entre países del centro y de la periferia. Los países centrales no tienen la necesidad de que el Estado detente la renta petrolera o el dominio porque ellos tienen una burguesía nacional -entre comillas-, que no actúa contraria al interés de la nación, lo que sí ocurre en la mayoría de los casos en los países de la periferia. Entonces, entre Estados Unidos y Argentina, la principal diferencia es que consideran al petróleo como un bien estratégico, cosa que acá no ocurre; se preocupan para tener reservas para entre 30 y 40 años, mientras que acá en dos o tres años vamos a ser importadores de petróleo. Otra diferencia es que el petróleo es considerado una política de Estado –por eso hacen las barbaridades que están haciendo- y tienen una reserva federal de petróleo, calculada en unos 800 millones de barriles.

- ¿Qué podríamos decir de otras naciones?

- Otro ejemplo es el caso de Repsol YPF, (de España). Se trata de una empresa ciento por ciento en propiedad de inversores privados, en general, grupos financieros. Pero Repsol, cuyo nuevo presidente es afín al PSOE (Partido Socialista Obrero Español, en el gobierno), es una empresa que aplica una política del Estado español. Como lo es la Total en Francia, donde el presidente francés es forma parte de la plana ejecutiva de la compañía. Es decir, en estos casos no es tan importante tener una empresa estatal como que lo privado reemplaza a lo estatal.

- ¿En esta situación se encuentra Petrobras?

- No. Aunque cotiza en bolsa y tiene accionistas privados, Petrobras es una empresa estatal. Pemex (Petróleos de México) es una empresa ciento por ciento estatal, monopólica y está ubicada entre las cinco mayores empresas del sector a nivel mundial. Por eso es fundamental que los países de la periferia tengan una empresa estatal, porque si dejamos librado a que el petróleo caiga en manos privadas, en su mayoría son empresas extranjeras.

- ¿Entonces, una pésima política es la libre disponibilidad del crudo?

- A partir de 1989, el modelo energético argentino cambia, de uno estatal a uno privatizado o neoliberal ¿Qué implica esto? Que el petróleo deja de ser considerado un bien estratégico y se convierte en una “commodittie”, una mercancía más. Las consecuencias de esa visión, amparadas por los decretos firmados en el año 91 y el 93, más la ley de privatización de YPF –la 24.145- todo eso consolida y da el sustento jurídico y legal, entre comillas, de lo que fue la política expoliadora del entonces presidente Carlos Menem. Entonces se exporta el petróleo cuando Argentina no exportaba, se equipara el precio de los combustibles y del crudo en boca de pozo con los precios internacionales. El precio de venta en boca de pozo está en unos 33 dólares, cuando el costo de producción está entre los 4 y los 8 dólares, lo cual deja a una ganancia a las petroleras del 600 por ciento. Podemos pensar en que hay retensiones, pero empiezan a partir del año 2002, pero igual así las petroleras se quedan con 20 dólares de un barril a 70, el Estado nacional con unos 35 dólares y el resto va a las provincias productoras o al Estado nacional, depende de donde se encuentre el pozo. La renta petrolera, a partir de la década “menemista”, pasa a manos privadas.

- En este esquema ¿cómo se beneficia el Estado?

- Continúa existiendo una concepción muy economicista de lo que es el petróleo. ¿Por qué? Porque lo que debiera hacerse es cambiarse de cuajo el modelo energético. Los hidrocarburos, al considerarlos bienes estratégicos, allí se ve que la retensión es sólo una corrección financiera, porque de 70 dólares el barril, te estás quedando con 35. ¿Qué pasa en México, Brasil o Venezuela? La renta petrolera es captada por el estado nacional. En Argentina esto no ocurrió hasta el 2002, cuando se comienzan a cobrar retensiones. ¿Pero qué hace el Estado nacional con estos recursos? Este gobierno destina parte de estos recursos al pago de la deuda externa, deuda ilegítima e ilegal. En Venezuela, esa renta petrolera se invierte en la sociedad, como hacía YPF. Toda la red vial argentina, las refinerías, polos petroquímicos que ahora están en manos extranjeras, se construyeron con la renta petrolera de YPF, a la vez que los gasoductos y muchas empresas estatales. O sea, la estructura industrial argentina es en un 99 por ciento producto de la renta petrolera que YPF destinaba al país. Por eso, si uno dice que mediante las retensiones el Estado se quedaría con la renta petrolera y de alguna manera reemplazaría a una empresa estatal, hay que analizar qué hace ése Estado con la renta petrolera.

- ¿A este punto le asigna una importancia sustancial?

- Lo más importante es preguntarse por qué la Argentina debe volver al modelo estatal. Porque eso nos va a permitir ser soberanos energéticamente. ¿Por qué Argentina debe volver a ser soberana energéticamente? Porque eso es lo único que nos va a permitir ser soberanos económicamente. Y eso, en definitiva, es lo que va a hacer que la Argentina pase de ser un país neocolonial, como lo es ahora, a ser un país libre con autodeterminación.

- La empresa estatal Enarsa ¿se mueve en ése sentido?

- Si uno lee detenidamente las declaraciones de los miembros de ENARSA, va a ver que coinciden con los lineamientos de la Cámara de Empresas Productoras de Petróleo. Enarsa es un simple socio a la hora de hacer negocios. Y si bien ahora está participando en unos proyectos que generen puestos de trabajo, recursos genuinos y bienes de capital, todavía no ocurrió nada. Y el año pasado, Enarsa en conjunto con PDV –la filial de PeDeVeSA en Argentina- tuvo la posibilidad de quedarse con las estaciones de servicio de la Shell, que en breve van a ser de PeDeVeSA. Entonces, se olvidan de lo que fue YPF y el papel que debe tener una empresa estatal energética en un país como Argentina, que tiene que ser motor y fomento del desarrollo y crecimiento industrial interno del país. Es más, están dadas las condiciones legales y políticas para que Enarsa tenga e su poder el 90 por ciento de las concesiones que se otorgaron en Argentina. Es decir, si se cumplen las leyes 17.319 entre otras, el 90 por ciento de las concesiones cae por ser fraudulentas. Entonces, la compañía argentina pasaría de ser una empresa que en este momento tiene como único proyecto invertir en el mar –una zona de riesgo enorme- a ser una empresa productora con el 90 por ciento de las concesiones en su poder. Pero además están todos los ex empleados de YPF, quienes con una política adecuada de sueldos, automáticamente va a producir una migración de las empresas internacionales hacia Enarsa y así en muy poco tiempo constituirse en una compañía capaz de competir, sino en un factor desestabilizante para las trasnacionales. Lo que debe hacerse es que Argentina no sea un mercado rico en ganancias y en manos internacionales. No hay que ir al extremo de expropiar; si se cumplen las leyes, las trasnacionales debieran retirarse del país por no ser más redituables.

- Las naciones árabes ricas en petróleo no son “progresistas” precisamente. Sin embargo, se observa que la renta petrolera se “derrama” sobre las sociedades. ¿Por qué esto no ha ocurrido en América Latina?

- En Venezuela, desde la llegada de Hugo Chávez en el 99, se inició un proceso para nacionalizar y socializar la renta petrolera, y para eso se tenía que recuperar PeDeVeSA. Como en Arabia Saudita, la renta diferencial era apropiada por lo que ellos llaman la “meritocracia” del petróleo, o sea, la oligarquía venezolana era la que se quedaba con todas las ganancias de la renta petrolera. Pero Venezuela tiene las mayores reservas de combustible del planeta, de petróleo y gas natural. Tiene el 50 por ciento de las reservas de crudo pesado, extra pesado y convencional que tienen los países de Medio Oriente. Entre Irak, Irán, Qatar, Arabia Saudita, tiene 616.000 millones de barriles, Venezuela tiene más o menos 315.000.

- ¿Por cuántos años más?

- Es el único país que de acá a 50 o 70 años va a tener petróleo en el subsuelo. El petróleo extra pesado, que está alojado en la franja del Orinoco, todavía es de extracción costosa. Pero, en realidad, la tecnología está avanzando y dado el valor del proyecto nacional ya se hace rentable extraer ése petróleo. Así que, Venezuela es uno de los pocos países que va a tener reservas de aquí a medio siglo, dependiendo de cómo evolucione el consumo.

- Y en un momento dado, Hugo Chávez propone la creación de Petrosur. ¿Es viable su constitución, teniendo en cuenta el poderío de Petrobras?

- Venezuela es con Brasil con quien más se está fusionando en materia energética. Yo diría que el principal escollo es el imperialismo. Siempre y cuando continúe en el gobierno el presidente Lula, porque aunque aplique algunas políticas internas ortodoxas, tiene una política exterior que es muy destacable, como también el presidente Néstor Kirchner con los acuerdos con Venezuela, a la importancia que le está dando al Mercado Común del Sur (MERCOSUR), a las negociaciones conjuntas en contra del ALCA. Petrosur es una propuesta que desde el punto de vista del capitalismo es la única solución que tienen las empresas estatales de la región para poder competir y vencer en la pugna por el dominio del mercado interno, y no se absorbidas. La fusión es lo único que va a poder dar viabilidad a las empresas estatales que por separado no lo van a poder alcanzar. Luego hay que pensar la propuesta de Chávez como enraizada en lo más profundo de la propuesta bolivariana y sanmartiniana, y por otro lado, también es la única solución que tenemos para poder hacer frente al imperialismo y constituir un gran mercado, además de que esa empresa va a tener las mayores reservas mundiales de petróleo y gas.

- ¿Cómo debiera estar conformada Petrosur?

- Tiene que tener un poco del modelo de la YPF, que era propiedad estatal, y algo del modelo de PeDeVeSA, que es una sociedad anónima pero cada vez más autogestionada por sus trabajadores. Tiene que tener un poco de ambas. América Latina, hasta tanto no se independice, va a suceder lo que Jorge Abelardo Ramos definía a como “ciclo de revoluciones y contrarrevoluciones” porque el factor externo pesa muchísimo. En este sentido, vamos a continuar teniendo gobiernos donde las empresas estatales sean endeudadas y boicoteadas para hacerlas ineficientes. Yo creo que Petrosur debe ser una empresa donde en la plana ejecutiva participen por igual los estados miembros. Petrosur tiene que ser una empresa multiestatal, con una gran participación de los trabajadores y de la sociedad misma, porque esa es la democracia participativa que propone Hugo Chávez en Venezuela.

- La controvertida ley de hidrocarburos de Bolivia, ¿se mueve en la dirección correcta?

- Según mi entender, esa ley adolecía de algunas fallas, como que no le otorga al Estado la capacidad de fijación de los precios internos ni de limitar las exportaciones. Un colega boliviano nos explicaba que el gasoducto que va del campo más importante, explotado por Repsol YPF y Petrobras, en Tarija, salen gasoductos troncales a Brasil, Argentina y La Paz. El que va a Brasil transporta un caudal, en una escala de 1 a 10, de 7; el que viene a Argentina a un caudal de 3, y el que va a la capital boliviana lo hace a un caudal de 0,5. Se reitera el esquema de apropiación de la renta que tiene que ver con lo que dijimos antes: América Latina como exportadora de materia prima.

- ¿Qué debiera hacer el Congreso boliviano entonces?

- Lo que tiene que hacer Bolivia es, en principio, suprimir las exportaciones de gas porque la ley tiene que contemplar el abastecimiento interno. Y que YPFB (la empresa estatal boliviana) tenga el mismo papel que tuvo YPF de Argentina como industrializadota. Eso, la nueva ley no lo contempla. Lo que proponía Evo Morales es sólo cobrarles más a la empresa, pero no lo consideraba un recurso estratégico.

- Una política energética nacional ¿permitiría la participación de empresas privadas, locales y extranjeras?

- Si partimos de la base de que exista una política nacional de conjunto, la política petrolera tiene que ser una política nacional. En ese marco, ese gobierno, definido como nacional y popular, no tendría que prescindir del capital privado, nacional o extranjero. Lo que hay que hacer es regularlo a través de entes reguladores y legislación. Yo considero que debe existir una empresa estatal que actúe en todos los órdenes y que rija el precio interno de los combustibles. Pero creo que las empresas privadas, una vez que el dominio de los recursos pase a la órbita nacional, no provincial, estén obligadas a vendérselo a la empresa estatal y sin libre disponibilidad. En Venezuela pasa eso, donde Repsol explora la faja del Orinoco donde está la reserva de crudo pesado más importante del mundo, pero hay un gobierno como el de Chávez que cuida los intereses nacionales. Y la operatoria debe llevarse a cabo de un contrato de locación de servicios, no de una concesión. También pueden existir refinadoras y distintas marcas, pero habría que ver quién se queda y quién se va.

Las empresas dicen que no exploran en Argentina porque no hay seguridad jurídica y porque el precio de los hidrocarburos está muy bajo.

Paradójicamente, la “ineficiente” YPF fue la que descubrió el 95 por ciento de los yacimientos que hoy están en producción. En el período 1985-1990, YPF exploraba un promedio de 120 pozos por año. De allí en adelante se perforó, en promedio, un poco más de veinte pozos por año. Pero los yacimientos fueron descubiertos por YPF. Si nos ponemos en la posición de un directivo de una empresa ¿para qué van a invertir con cierto riesgo si se tiene asegurada una ganancia extraordinaria? Recién ahora se preocupan por las reservas, pero todavía le quedan dos años de ganancias altas sin invertir.

- ¿Cuál es el horizonte de reservas de petróleo y gas de Argentina?

- A fines de los años 80, las reservas rondaban los 20 años para el petróleo y 30 años para el petróleo, gracias a la tarea exploratoria de YPF. Si se prohíbe la exportación, se puede llegar a ese nivel de reservas. Pero depende de lo que se haga con la exportación y de la inversión que el gobierno destine a la exploración. De nada sirve hacer un plan de exploración sin el petróleo sigue en manos de empresas internacionales. Argentina es el único país donde el petróleo está en manos de trasnacionales. Se puede volver a ese nivel de reservas, el mar todavía no se tocó, están las reservas probables de petróleo en las Islas Malvinas, que son importantes. Además, debería crearse un fidecomiso para investigación de energías alternativas.

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