A un día de conmemorarse en la Argentina 42 años del Golpe del Estado Cívico-Militar, y en las vísperas del 24 de marzo -Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia-, autoridades, profesores, personal de apoyo académico, estudiantes y graduados de la UNCuyo se reunieron para reflexionar acerca de esa fecha con la mirada puesta en el presente y en el futuro, para no repetir los hechos del pasado.
En el Paseo de la Memoria, que se ubica en el corazón del Campus universitario, abrieron el acto los secretarios de Políticas Públicas y de Bienestar, Fernanda Bernabé y Rodrigo Olmedo, respectivamente. Allí, la secretaria Bernabé recordó la fecha como un día muy importante para la Universidad, de poder conmemorar historias trágicas que atravesaron a la sociedad. Para ello resaltó una serie de acciones que encabezó la gestión en memoria de los 40 desaparecidos que tuvo la UNCuyo en ese momento. Habló de la inauguración del Paseo de la Memoria donde hace 3 años se colocaron árboles como símbolo de los docentes y estudiantes desaparecidos.
En ese contexto subrayó la necesidad de tener una política pública universitaria que rescate la memoria: “No alcanza con un acto al año sino con acciones concretas. Conmemorar pero también celebrar lo que se hace y convocar a que sigamos trabajando en una memoria activa y participativa, que abra a los espacios y sobre todo a los jóvenes para que no nos permita olvidar”.
En tanto que el secretario Rodrigo Olmedo indicó que conmemorar este día de Memoria, Verdad y Justicia por los 30 mil desaparecidos implica, entre otras cosas, recordar también a quienes fueron parte y están hoy con nosotros.
Aprovechó la oportunidad para reconocer la actitud del profesor Roberto Roitman quien decidió donar a becas para estudiantes el dinero que recibe como parte de la reparación histórica que lo indemniza por haber sido preso político en la dictadura. “Habla de su entereza, su compromiso, de su capacidad y sobre todo de su fortaleza política y humana -subrayó Olmedo y agregó-; sin ningún miramiento se reunió con nuestra gente y dijo díganme ustedes quienes son los estudiantes que lo necesitan sin ningún tipo de criterio ni condicionamiento”.
Luego, junto a los 40 árboles que recuerdan al personal y estudiantes de la UNCuyo desaparecidos, un grupo de personal de apoyo académico plantó un nuevo árbol, como homenaje y reconocimiento a aquellos trabajadores no docentes de la Casa de Estudios que fueron perseguidos, hostigados y cesanteados en los años de dictadura.
A continuación, habló el vicerrector Jorge Barón, quien se enfocó en los efectos que tuvo ese periodo autoritario, violento y dominante en la sociedad y en particular en la Universidad y que fue acompañada por gente de adentro. Al respecto dijo: “Es lo que nos tiene que mantener alerta para esta clara visión del Nunca Más. No sólo no queremos desaparecidos, no queremos más intervencionismo en las universidades; queremos universidades donde la autonomía universitaria se cumpla, donde podamos seguir eligiendo nuestras autoridades, dirimiendo las diferencias dentro de los parámetros democráticos que rigen nuestras universidades y no que sean interferidas, que sean infiltradas o dominadas por ideologías que no tienen nada que ver con lo que es la Universidad”.
Asimismo se refirió al Centenario de la Reforma Universitaria de 1918: “Hoy más que nunca tenemos que resaltar esos valores, mantenerlos y llevarlos adelante. Esa universidad democrática, cogobernada, donde todos los claustros son respetados, tienen voz y voto. Esta Universidad es la que tenemos que salir a defender y continuar defendiendo”, apuntó Barón.
El acto concluyó con la interpretación de la canción “Zamba para no vivir” de Mercedes Sosa, que protagonizó el estudiante de la carrera de Música de la facultad de Artes y Diseño, Nicolás Brunetti.
Un homenaje a Luis Triviño
Este año, la UNCuyo decidió homenajear la figura de Luis Trivino, quien fue profesor y decano de la facultad de Ciencias Políticas y Sociales, y el primer rector electo en la era democrática. Para ello, se invitó a la profesora Adela Britos de Paez quien afirmó que fue un “hombre polémico, coherente y humilde, un luchador que vivió como pensó hasta sus últimos días”.
En su intervención, la docente universitaria hizo una semblanza de las distintas facetas del ex rector. Dijo que como estudiante universitario fue “solidario y colaborador con sus compañeros”. Como docente e investigador destacó “su perfil pedagógico-didáctico y el respeto por sus compañeros” y que además tuvo “amplitud de criterio y promovió el debate y la discusión con argumentación”.
También explicó que su lucha por los derechos humanos se evidenció durante la dictadura al ayudar a quienes estaban comprometidos en sus trabajos. Y agregó: “en esa tesitura de ayudar y estar siempre comprometido con la justicia, la verdad, los derechos humanos, los oprimidos, los más humildes, siempre estuvo organizando foros y participó de los movimientos contra la discriminación”. Finalmente de su faceta como escritor lo describió como “un hombre incansable con su máquina de escribir, con su pensamiento y con su obra, que luchó para ser un libre pensador”.