Quien ayer almorzó con el televisor sintonizado en Canal 7 de Mendoza se llevó una muy grata sorpresa.

A partir de las 13 se ofreció el concierto que el viernes pasado la Orquesta Sinfónica de la Universidad Nacional de Cuyo había brindado en la plaza Independencia dentro del ciclo Feliciudad, de la Comuna de Capital.

Con un repertorio destinado al gran público y compuesto sobre todo por oberturas y arias, en especial de los grandes compositores de la lírica italiana, los músicos y cantantes locales, entre los que también se destacó el magnífico Coro Universitario, ofrecieron una muestra de talento que realmente permitió a los televidentes almorzar o hacer sobremesa de manera distinta.

Fue un bienvenido remanso, muy bien programado para una hora familiar, que permitió ratificar parte de la muy buena performance que esta provincia viene mostrando en las lides musicales.

Hastiados como estamos los mendocinos de tanta pelea política, de tanta mala onda económica, de tantos malos augurios que ha dejado el cimbronazo de Wall Street, observar esa fiesta musical en medio de la principal plaza de la Capital fue reconfortante.

Siempre es bueno llevar la buena música a los espacios comunitarios. Lo es también el ampliar y democratizar los públicos. O el hacer que nuestros artistas puedan demostrar lo que han crecido a lo largo del año.

Hay que reconocer la mano de Mariana Juri, ex ministra de Turismo y Cultura y actual secretaria de esos mismos rubros en la Comuna de la Capital, detrás de la organización del ciclo Feliciudad.

La cultura tiene la virtud de abrirnos la mente, de oxigenarnos el alma, de darnos herramientas para ver la realidad desde diversas perspectivas. Y, sobre todo en épocas de crisis como la actual, nos ayuda a encarar con más templanza y criterio los caminos para volver a una senda más segura.

Es bueno que la Ciudad se mueva, que convoque, que movilice. El Municipio de Capital tiene siempre un sello distintivo porque es la jurisdicción a la que convergen más mendocinos de todos los departamentos.

Bien, entonces, por la buena música y por quienes la difunden.