Dueños absolutos de las calles, los piqueteros duros volvieron a protagonizar ayer una jornada de violencia, con marchas y protestas cargadas de tensión e incidentes.
El mejor ejemplo de cómo fue el día lo entregó Hebe de Bonafini, quien luego de haber convocado a quemar las comisarías, pidió ahora “atacar a tribunales y juzgados”. “Algún día tendremos que caer en los tribunales a terminar con estos jueces corruptos, esos que quieren levantar penas contra nosotros”, desafió la titular de Madres de Plaza de Mayo, para quien “vamos a tener que romper los tribunales porque ya nos tienen hartos con esto”.
No obstante, más allá de la grave provocación de Bonafini, la primera escena de violencia se vivió en San Justo, cuando los padres de Diego Lucena, el joven asesinado el domingo pasado a la salida de una disco en Isidro Casanova, fueron a reclamar a la fiscalía de esa localidad que no se cierre la causa en la que se investiga la muerte de su hijo. Además, se quejaron por la detención de cuatro amigos de Diego y reclamaron que se profundice la “pista policial”.
Durante la movilización, los padres del joven asesinado estuvieron acompañados por unos 300 activistas, en su mayoría de grupos piqueteros de la zona, y fueron ellos quienes iniciaron los incidentes.
Los manifestantes arrojaron piedras y palos contra la sede de la fiscalía situada en Florencio Varela al 2600, indignados porque las detenciones llevaron a sostener la hipótesis de que el joven Diego había sido asesinado en el marco de una pelea entre patotas.
El clima se puso todavía más violento cuando los activistas derribaron las vallas que rodeaban la dependencia judicial e intentaron ingresar en la fiscalía. La policía, fuertemente pertrechada con escudos, logró contener a los exaltados, que les respondieron con el grito de “asesinos”.
La situación se calmó cuando, en un hecho sin precedentes, el fiscal general de La Matanza, Raúl Cano, accedió a recibir a los familiares del joven en una audiencia con la presencia de la prensa, para explicar los detalles de la investigación.
Claro que la violenta jornada no se detuvo allí. Más tarde, el caos se trasladó a la Comisaría 3ª de Lanús, en Valentín Alsina, donde vecinos y piqueteros reclamaron la liberación de dos mujeres integrantes de la Coordinadora de Unidad Barrial (CUBA) del Movimiento Teresa Rodríguez (MTR), las cuales –según los manifestantes– fueron detenidas injustamente.
Con los rostros cubiertos y palos en la mano, manifestantes golpearon los vallados dispuestos especialmente para evitar que la protesta llegara al frente de la seccional, ubicada sobre la calle Perón.
la UBA también
Por fin, llegó el turno del Centro de Estudiantes de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires, que llamó a sus pares a tomar las facultades, en rechazo a los procesos judiciales abiertos contra alumnos que asistieron a movilizaciones de protesta.
lo de Cristóforis, titular del Centro de Estudiantes de Exactas, dijo que “hay ocho estudiantes sumariados en distintas facultades y seis de ellos afrontan procesos judiciales por participar de movilizaciones estudiantiles”. Por eso, su agrupación tomó el decanato y amenaza con más medidas, sin reparar en que contribuye así a la violencia y el caos de todo el país.