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Inocencia Perdida: los niños soldados

Ha crecido la incorporación de los niños soldados en las filas de ejércitos y grupos armados no gubernamentales. La mayoría de estos jóvenes son menores de 15 años, y los reclutan  por la fuerza o por voluntad propia. Algunas instituciones nacionales e internacionales se encargan de la rehabilitación a través de la reeducación.

29 de diciembre de 2005, 15:36.

Por Cristina E. Mancin

Agencia Taller - Departamento de Sociedad y Movimientos Sociales

mancincristina@yahoo.com.ar

Los niños están siendo utilizados en conflictos armados internos en distintos países del mundo, ya sea en África, Estados Unidos o países latinoamericanos. Si bien no es un fenómeno nuevo, desde hace algunos años ha crecido la incorporación de los niños soldados en las filas de ejércitos, grupos paramilitares y guerrillas.

Se calcula que alrededor de 300.000 chicos participan en diferentes conflictos a nivel mundial. La mayoría de los jóvenes son menores de 15 años, llegando en algunos casos a la reclusión de niños de 7 y 8 años.

Es una dura realidad, por eso existen diferentes organizaciones nacionales e internacionales que luchan para erradicar la utilización de menores de 18 años en conflictos bélicos.

UNICEF define como niño y niña soldado a todo menor de 18 años que forma parte de cualquier tipo de fuerza armada regular o irregular o grupo armado. Esta definición no solo incluye niños y niñas reclutados que portan o han portado armas, sino también aquellos niños que practican actividades sexuales, contraen matrimonios forzados, o realizan otras actividades dentro de las filas del ejército o grupos armados.

Según Amnistía Internacional “los grupos armados -tanto paramilitares respaldados por los gobiernos, como las fuerzas de oposición- son los principales culpables del reclutamiento y uso de niños soldados. En al menos 21 conflictos, decenas de grupos han reclutado a decenas de niños y niñas desde 2001, obligándolos a combatir, entrenándolos en el uso de armas y explosivos y sometiéndolos a violaciones, otros actos de violencia y trabajos forzados”.

Sus tareas dentro de estas fuerzas son diversas: combatientes, carga de armamentos, municiones y víveres; guardaespaldas de los superiores; cocineros; mensajeros. También desempeñan servicios sexuales y de ‘avanzadilla’ para detectar los campos minados y evitar así la muerte de soldados considerados más valiosos.

¿Cómo llegan a formar parte de estas filas? Los menores son secuestrados o reclutados por la fuerza tras amenazarlos. O también  por reclutamiento voluntario, empujados a unirse debido a la pobreza, el abuso, la discriminación o la venganza por actos violentos efectuados contra ellos o su familia. Pero la principal causa de que los niños decidan unirse en la lucha es la situación socioeconómica, esto es, por la desigualdad que sufre su entorno familiar en la sociedad.

En algunos países en donde sus habitantes viven en condiciones deficientes, la participación de los jóvenes en alguna contienda les permite sobrevivir, ya que  estos grupos satisfacen sus necesidades básicas como la alimentación, la vestimenta, y, hasta en algunos casos la necesidad de una ‘familia’, ya que en su entorno familiar padecen maltrato, violaciones, abandonos, etc., y por ello escapan.Es el caso por ejemplo de África en donde la participación de  los menores en el ejército les asegura el ascenso social.

Existen también otras motivaciones de la incorporación a los conflictos armados: la necesidad de seguridad y de protección y el entorno en donde habitualmente el chico transita. Si el niño vive en comunidades en donde se ha militarizado la vida cotidiana y en donde la violencia es la forma para lograr los objetivos, la participación será un hecho corriente.

Las mujeres también son reclutadas, si bien en un número más ínfimo, pero existen casos en donde llegan a ser la mitad de las unidades. Las niñas enfrentan presiones relacionadas con su condición de mujeres. Generalmente son utilizadas para servicios sexuales.

Según el Informe Global sobre Niños Soldados 2004, la finalización de las guerras que afectaron a distintos países como Angola, Afganistán y Sierra Leona llevó a la desmovilización de 40.000 menores, pero alrededor de 25.000 fueron reclutados sólo para el conflicto entre Costa de Marfil y Sudán.

Los conflictos armados provocan desplazamientos de los habitantes dentro de las fronteras del país, o en muchos casos traspasándolas. Los civiles tratan de escapar de la guerra dejando su vida atrás, ya sea sus trabajos, familiares, sus hogares, etc. Es el caso de países como Haití y Colombia.

Existen casos en que los niños dejan la escuela, ya que no se atreven a abandonar sus hogares para no ser secuestrados. Muchas escuelas han sido cerradas o destruidas, o son utilizadas como cuarteles.

En Uganda, en cambio, familias enteras abandonan sus hogares durante la noche hacia un refugio para evitar el secuestro de sus hijos. Estos ‘viajeros nocturnos’, como se los denominan, regresan a sus hogares al amanecer para continuar su vida normal y así esperar al anochecer para ir a refugiarse.

Las secuelas que deja sobre los chicos la participación son malformaciones, enfermedades venéreas y de transmisión sexual, como el SIDA, por las violaciones. Adicción a las drogas, debido a que en ocasiones son obligados a consumir diferentes sustancias para perder el miedo a combatir. Mutilación de partes del cuerpo a causa de las minas antipersonal. Sentimientos de culpa, violencia desmedida, insomnio, miedo permanente y temor a ser rechazado.

En los países que conviven permanentemente con conflictos bélicos existen  algunas instituciones nacionales e internacionales que rehabilitan a los ex-niños soldados a través de la reeducación.

UNICEF es una de las organizaciones que promulga la defensa y la liberación de niños y niñas que pertenecen a las fuerzas armadas y otros grupos combatientes. UNICEF y las ONG proporcionan atención, orientación técnica y, en ocasiones, apoyo financiero para la aplicar programas nacionales dedicados al desarme, la desmovilización y la reintegración.

Fuentes:

-          Human Rights Watch, “Aprenderás a no llorar: Niños combatientes en Colombia”.

-          Gómez Isa, Felipe, “La participación de los niños en los conflictos armados”.

-          Simielo, María Florencia, “El problema de los niños-soldados en África”. Revista PANGEA, 2004.

-          www.web.amnesty.org.com

-          www.unicef.org.com

-          www.prensamercosur.com.ar

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