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Interés de la UBA por el valor arquitectónico de Ciencias Políticas y Sociales

Estudiantes de arquitectura de la Universidad de Buenos Aires visitaron la Facultad de la UNCUYO por ser un edificio emblemático de la arquitectura brutalista, con el sello del reconocido Juan Brugiavini. De qué se trata ese movimiento y qué relación tiene con la Segunda Guerra Mundial.

24 de junio de 2024, 14:18.

imagen Interés de la UBA por el valor arquitectónico de Ciencias Políticas y Sociales

El edificio de la facultad de Ciencias Políticas y Sociales se inauguró en 1972 y es un emblema de la arquitectura brutalista.

Quienes alguna vez entraron a la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la Universidad Nacional de Cuyo seguramente se impactaron con alguno de los carteles que permiten adivinar las carreras que se estudian allí, y la segunda impresión es muy probable que fueran los muros de un gris sobrio con el hormigón como protagonista. 

Sin embargo, pocos saben que atrás de esa imagen "fría" se encuentra una obra arquitectónica que se relaciona con el fin de un periodo oscuro para la humanidad. Si bien el edificio de la facultad se inauguró en 1972 de mano del reconocido arquitecto Juan Brugiavini, se destaca como un emblema de brutalismo un movimiento arquitectónico que surgió en Reino Unido en 1950.

En plena reconstrucción de posguerra, que dejó atrás miles de edificios destruidos y un enorme número de personas sin hogar, surgió la necesidad de pensar un nuevo tipo de estructuras más austeras, funcionales y simples. Edificaciones que, en contraposición al exceso decorativo de épocas anteriores, mostraron la sinceridad más dura de los elementos empleados.

Esa crudeza de los elementos que caracterizó al estilo arquitectónico trascendió fronteras y durante décadas dejo su impronta en obras icónicas de distintos rincones del mundo. En Mendoza la facultad de Ciencias Políticas y Sociales se convirtió en uno de ellos y hoy es reconocida a nivel nacional.  Así lo pueden atestiguar 120 docentes y estudiantes avanzados de la carrera de Arquitectura de la Universidad de Buenos Aires (UBA) que visitaron la Facultad para conocer la obra emblemática.

Los futuros arquitectos analizaron los diferentes elementos del brutalismo plasmados en el edificio de la Facultad mendocina. 

La visita de los estudiantes de la UBA permitió revalorizar a un profesional de la talla de Juan Brugiavini, quien falleció el año pasado y cuyo legado se refleja en obras emblemáticas de la UNCUYO. El creador de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales también se destacó por otras obras en el ámbito universitario como son el Comedor Universitario, y la Biblioteca Central de la UNCUYO, la Escuela Superior de Comercio Martín Zapata, el Colegio Universitario Central (CUC) y el exCricyt, hoy CCT-Conicet Mendoza. 

Compartir con las nuevas generaciones  

José Luis Jofré, secretario general de la FCPYS, explicó que la visita de los jóvenes de la UBA se da en el contexto de un proyecto que encara la facultad para poner en valor el edificio para las nuevas generaciones de estudiantes que transitan diariamente los pasillos.

"Tratamos de transmitirle esa conciencia por el cuidado del edificio a los nuevos estudiantes que no lo conocen o no saben que es realmente parte del patrimonio arquitectónico de la provincia".

Entre las acciones están la restauración de los icónicos muros de hormigón y la recuperación de frisos de cerámica que están en los tres pisos del edificio. 

"La Facultad es uno de los edificios emblemáticos en este estilo arquitectónico. La característica más destacada de este estilo se puede ver en las vetas de la madera del encofrado plasmadas en el hormigón bruto", explica Jofré para graficar el valor del edificio.

Arquitectura brutalista 

El nombre derivaba del término francés para el hormigón en bruto: béton brut. Los edificios brutalistas se caracterizan por construcciones minimalistas que muestran los materiales de construcción desnudos y los elementos estructurales sobre el diseño decorativo.

El estilo comúnmente hace uso del hormigón o ladrillo vistos, sin lucir ni pintar, recurre a formas geométricas angulares y a una paleta de colores predominantemente monocromática. También se incluyen otros materiales, como acero, madera y vidrio.

El fenómeno del brutalismo ha experimentado una polarización histórica. Los edificios específicos, así como el movimiento en su conjunto, han generado diversas críticas, a menudo denominadas "fríos" o "sin alma". No obstante, también han sido objeto de respaldo por parte de los arquitectos y las comunidades locales (con numerosos edificios brutalistas que se han convertido en iconos culturales, a veces obteniendo el estatus de hitos). 

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