La Facultad de Ciencias Agrarias y el Instituto de Energía, de la Secretaría de Extensión y Vinculación de la Universidad, junto con el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) e internos de la Colonia penal Gustavo André, avanzan en la construcción de un biodigestor en las instalaciones de ese Complejo, en Lavalle. Esto permitirá generar biogás a partir de residuos orgánicos del lugar.
La idea es obtener el beneficio inmediato de la optimización del proceso de producción de hongos, mejoras de la eficiencia energética en procesos productivos de la huerta, granja y de la gestión de residuos.
El proyecto, en el que trabajan desde 2018 y que se encuentra en su etapa final de fabricación, busca además fortalecer la inserción de los internos en la sociedad, una vez que ellos cumplen con su última etapa de encierro en esta cárcel. En ese sentido se les brinda esta herramienta para que apliquen a nivel domiciliario y en diversos procesos productivos.
Lavalle cuenta con una gran producción agrícola y ganadera en su matriz productiva primaria y deficiencias en la gestión de residuos y abastecimiento de servicios, tales como gas natural. Es por eso que la iniciativa pretende nuclear esas problemáticas y ofrecer una solución integral para fortalecer las capacidades y herramientas laborales de personas en contexto de encierro, desde la aplicación de energías renovables y agricultura de pequeña escala, con un enfoque socio-tecnológico basado en apropiación del conocimiento.
Desde el Instituto de Energía de la UNCUYO explicaron que la propuesta contempla una intervención interdisciplinar y la retroalimentación con las capacidades y fortalezas de cada interno. Y que se los capacita en la construcción, operación y mantenimiento de biodigestores, buenas prácticas alimentarias en la producción de hongos -aplicables a otros productos alimenticios-, procesos de digestión anaerobia, obtención de biogás y biofertilizantes, eficiencia energética en procesos productivos, y tratamiento de residuos orgánicos, entre otros, con educación inclusiva y de calidad.
En ese sentido, se espera conseguir un impacto positivo en la calidad de vida de los pobladores de la localidad lavallina Ingeniero Gustavo André, ya que a través del uso de biodigestores y colectores solares, será posible calefaccionar viviendas, y alimentos reduciendo costos por el ahorro de gas de garrafas y suministrando gas a zonas aisladas. También valorizar residuos de cocina y guano de animales en zonas aisladas, (el guano no es posible venderlo como fertilizante) que actualmente producen contaminación, focos de infección y emisiones de metano a la atmósfera no controladas.
Protagonistas. Marcos, uno de los internos que participa de la actividad, comentó su interés y la importancia del uso de las energías renovables. "Estamos trabajando en la huerta orgánica, y me atrapó el tema del uso de energías renovables, sobre todo la propuesta donde aprendemos a reciclar las cosas, darle utilidad, no sólo en el uso del estiércol para el biogás sino también para la realización de fertilizantes".
Por otra parte, Juan Méndez, maestro de Enseñanza Práctica en Contexto de Encierro, del área Agrícola Granjera, de la Dirección General de Escuelas, señaló la importancia de estos programas y actividades en que la persona que sale en libertad aprende conocimientos que puede aplicar en algún proyecto propio o a la hora de salir a buscar trabajo.
Detalles de la propuesta
Un digestor biológico o biodigestor, en su forma más simple, es un contenedor cerrado, hermético e impermeable (llamado reactor). En él se deposita materia orgánica como desechos vegetales o frutales. A su vez, materia que segregue bacterias, proveniente de la carne en descomposición o excremento de rumiantes, avícolas y/o humanos, dentro de una disolución con agua. Por lo tanto, esta mezcla mediante la fermentación anaeróbica de los microorganismos, es degradada obteniendo como producto gas metano (biogás) con trazas de otros gases.
Asimismo se puede obtener un subproducto líquido denominado bioabono (biol) que puede ser utilizado como fertilizante ya que es rico en altos niveles de nitratos inorgánicos (NO3), potasio (K) y fósforo (P).
Este tipo de tecnología tiene un gran potencial para el cuidado del ambiente ya que disminuye la cantidad de desechos vertidos a los ecosistemas y además se produce una fuente de energía relativamente limpia.
La granja penal
Cuenta con alrededor de 100 internos. En ella se promueven herramientas y conocimientos para contribuir con su integración. Además se trabaja con ejes productivos como agricultura, granja, herrería, entre otros, espacio donde funciona un Centro de Educación Básica para Jóvenes y Adultos (CEBJA), un Centro Educativo de Nivel Secundario (CENS) y un Centro de Capacitación para el Trabajo (CCT), en el que la mitad de los internos participan en las distintas instancias educativas.