Saltar a contenido principal Saltar a navegación principal

Juego sucio y desigual

En el marco de las elecciones legislativas 2005, en Mendoza, fueron más de una las irregularidades y desigualdades que se observaron. Por supuesto, en beneficio de los partidos del sistema, y en detrimento, una vez más, de la búsqueda de una democracia pluralista.

01 de noviembre de 2005, 15:45.

Por Germán Petrich

Agencia Taller - Departamento Escenarios Latinoamericanos

petrich3119@yahoo.com.ar

En las elecciones legislativas quedaron en evidencia los modos en que los medios de difusión influenciaron para mantener la vigencia política de los partidos tradicionales. Esto se vio en los debates televisivos, a los que casi siempre estaban invitados únicamente candidatos de partidos mayoritarios. Esto impidió el debate democrático que incluyera a los partidos minoritarios. Los medios, basándose en encuestas realizadas por los partidos de mayor estructura, sesgaron la información al ciudadano.

En diálogo con la Agencia Taller, el abogado de Derechos Humanos, y candidato en la ocasión por el Polo Social, Pablo Salinas comentó que en la veda electoral está prohibido realizar actos de campaña, reuniones políticas o publicidades de actos de gobierno que induzcan al voto por uno u otro partido. Pero al no haber sanciones de ningún tipo, esta legislación es sistemáticamente violada. Por ejemplo, el gobierno provincial hizo campaña por el “Sí” a la reforma del artículo 151 de la Constitución Provincial, en vez de restringirse a informar sobre sus ventajas o desventajas de las opciones.

Lo mismo ocurrió con la municipalidad de Las Heras, que en los días viernes 21 y sábado 22 publicitó en los medios radiales actos del gobierno municipal.

En este marco, los partidos tradicionales no tienen ninguna intención de modificar el actual sistema electoral, ya que así  mantienen su hegemonía a través de la lista sábana, con el voto del más conocido y la cooptación por medio de sus punteros políticos locales.

El actual sistema político y mediático es nocivo para la joven democracia argentina, ya que no permite el crecimiento de nuevas fuerzas políticas y sociales que contribuyan a un cambio sustancial de la realidad del país, o al juego democrático de la pluralidad en la representación.

Contenido relacionado