En un ambiente emotivo se realizó un homenaje a Gladys Cristina Castro, estudiante de Diseño Industrial que desapareció en 1977 por el accionar represivo de la dictadura cívico-militar.
Autoridades de la Facultad junto con su hija Claudia Domínguez Castro (nieta recuperada 117) y sus abuelas (María de Domínguez y Angelina de Castro) descubrieron una placa con su nombre en el aula 10 del edificio de Docencia.
En ese acto Claudia valoró la forma de representar a todos los que pasaron por esa situación. "Venir, cursar, poder estudiar y poder decidir lo que cada uno desee libremente, es un símbolo muy grande en su nombre, porque eso es lo que ella seguramente buscó y mi papá también", afirmó.
Por último destacó el hecho de mantener viva la memoria en los lugares que ellos transitaron: "Transmitirles el agradecimiento y el pedido de que estas cosas, por más que sea un nombre y un homenaje, se transformen en acciones concretas para que esto nunca más vuelva a pasar".
La actividad se completó con la interpretación musical de Zamba para no morir a cargo de los profesores de la Facultad Jimena Semiz, Octavio Sánchez, Oscar Puebla, Samira Musri y Bárbara Buono.
Memoria. Hace un tiempo que los espacios de enseñanza de la Unidad Académica llevan el nombre de estudiantes desaparecidos, como parte de una decisión de profundizar una cultura de respeto, promoción y protección de los Derechos Humanos.
Así, por ejemplo el auditorio del edificio de Carreras Musicales, en calle Lavalle 373 de Ciudad, lleva el nombre de Adriana Bonoldi, estudiante de piano, desaparecida en 1976 mientras atravesaba los primeros meses de un embarazo. Adriana y su hijo aún siguen desaparecidos.
El aula Magna del edificio de Docencia lleva el nombre de Graciela Santamaría, estudiante de Artes Plásticas desaparecida en 1976. La lista de desaparecidas de la Facultad (todas mujeres) se completa con Beatriz Corsino.