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La Nación: Acuerdan contenidos prioritarios para el aula

La medidad afecta a 3 millones de chicos

21 de abril de 2005, 12:41.

Para revertir las fallas de la reforma educativa de 1994, unificar criterios de enseñanza en todo el país y retomar la planificación de políticas educativas nacionales que desde la aplicación de la reforma educativa quedaron en manos de las provincias, el Consejo Federal de Educación elaboró los Núcleos de Aprendizajes Prioritarios (NAP) para más de tres millones de alumnos del segundo ciclo de la educación general básica (EGB) y del nivel polimodal.

Los NAP son una serie de saberes básico que se desarrollarán en cuatro asignaturas: matemática, lengua, ciencias naturales y ciencias sociales, que cada alumno de la argentina deberá reunir al concluir cada ciclo escolar.

En matemática, los principales objetivos están vinculados con reconocer el uso de los números naturales, resolver operaciones y cálculos de medidas; interpretar información presentada en forma oral o escrita (con textos, fórmulas, tablas, dibujos y gráficos).

En lengua, los saberes se centran en la comprensión de los textos que los chicos leen y en la valoración de la propia lengua oral o escrita. En el área de ciencias naturales los núcleos están en la habilidad que los chicos deben desarrollar para investigar información en bases de datos y bibliotecas, aprender a respetar al prójimo y al medioambiente. En ciencias sociales, los objetivos principales son comprender el proceso de construcción de la identidad nacional y respetar la diversidad cultural.

Fuentes del área educativa explicaron a LA NACION que si bien muchos de los puntos de los nuevos NAP ya fueron incluidos en los cuadernillos de los saberes básicos destinados a chicos de nivel inicial y del primero y segundo ciclo de la EGB, "los nuevos documentos refuerzan los anteriores y profundizan el conocimiento de los alumnos".

Desde el Ministerio también se tomaron medidas para la organización curricular de la Educación Superior No Universitaria. Se trata de un acuerdo federal que, entre otras innovaciones, fija un piso mínimo de 1600 horas reloj en la carga horaria de las carreras no universitarias y propone parámetros básicos homogéneos respecto del alcance de los títulos.

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