Así se desprende de un sondeo realizado por el Centro de Opinión Pública de la Universidad de Belgrano (Copub) que encuestó en la vía pública a 629 adultos mayores de 29 años, residentes en la ciudad de Buenos Aires, según cuotas de género y nivel socioeconómico, con el fin de conocer su percepción sobre la calidad del sistema educativo.
Cuando comparan su propio paso por la escuela con el de los chicos de hoy, casi el 90% de los porteños cree que los alumnos respetan poco o nada a los docentes; más del 80% opina que hay menos exigencia; cerca del 70% piensa que en la escuela se aprende menos; más del 60% afirma que los docentes exigen menos y están menos preparados para su tarea, y algo más del 40% está convencido de que la calidad de los graduados universitarios empeoró en los últimos diez años.
Más aún, cuando se pide identificar los aspectos que funcionan bien en el sistema educativo, el 35,7% dice que ninguno y casi el 10% no sabe qué responder.
Según los resultados, casi ocho de cada diez encuestados consideran que los alumnos respetan poco a los docentes, y el 83,6% opina que los sistemas de control de la disciplina funcionan peor que cuando ellos eran estudiantes. En la misma comparación, el 82,3% afirma que la escuela actual es menos exigente y el 68,8% cree que antes, directamente, se aprendía más.
Al comparar a los docentes, el 34,3% dice que eran más exigentes. También advierten que estaban más capacitados (27,6 %), eran más estrictos (10,9 %); tenían más autoridad (8,4%) y se interesaban más por los chicos (6,6%).
La percepción alcanza también a la universidad. El 41% cree que los actuales graduados son peores que hace diez años, y sólo el 13,5% cree que están mejor formados. En coincidencia con la función que en el país se ha asignado siempre a la educación superior, el 60,8% cree que el papel principal de la universidad es formar profesionales, y el 14,6%, que debe aumentar las posibilidades de inserción laboral.
Proyecto truncado
\"La educación es uno de los valores más importantes y consensuados sobre el que hemos construido colectivamente un aspecto positivo de nuestra identidad nacional. Los resultados reflejan una cierta desilusión, que nos está hablando de más cosas que de la educación en sí misma. Hay una sensación de frustración, de proyecto truncado, de lo que podríamos haber sido y no somos\", evaluó ante LA NACION Virginia García Beaudoux, responsable del estudio, junto con Orlando D´Adamo y María Pastore.
Quizá por eso a los adultos les cueste poner en palabras precisas el mal funcionamiento que dicen percibir en el sistema educativo. Cuando se les pregunta qué aspectos funcionan mal, las respuestas se diversifican: el presupuesto (17,4%), \"el sistema en general\" (12%), la capacitación docente (11,9%), la actualización de los planes de estudio (9,8%), la falta de autoridad (8,1%), la seguridad (6,8%), y que la educación \"no ayuda a la inserción laboral\" (5,7%), por ejemplo.
Sin embargo, a pesar de que el 35,7% dice que nada funciona bien en la educación, el 16,5% rescata \"la igualdad de oportunidades\" y casi el 10% menciona la calidad del sistema universitario, dos rasgos que han caracterizado a nuestro sistema educativo.
Esos datos, sumados a otros sondeos del Copub, dan lugar a cierto optimismo. \"Más allá de la desilusión, los argentinos seguimos apostando a la educación como lo mejor que podemos legar a nuestros hijos\", dijo García Beaudoux. \"Cuando se pregunta sólo por la educación, las respuestas son pesimistas. Pero cuando se la pone en el contexto de otras cuestiones, se ve que continúa siendo uno de los aspectos que más valoramos de nuestro país\", afirmó.