En los hechos, era una forma de mejorar sus magros salarios, que van $ 150 a $ 200 mensuales. El incentivo representa unos $ 100 más.
Ahora, el Ministerio de Educación puso en marcha un rediseño del programa, que busca terminar con las excepciones y cuyos efectos concretos en los recibos de sueldo motivaron el rechazo de los gremios docentes.
La Secretaría de Políticas Universitarias pidió a las universidades que comunicaran cuántos profesores con dedicación simple forman parte de proyectos de investigación, para que sean ascendidos a dedicación semiexclusiva, lo que implicaría una mejora en sus sueldos.
"No vamos a admitir más excepciones en la reglamentación; por eso damos facilidades. La responsabilidad ahora es de las universidades", dijo el titular del área, Juan Carlos Pugliese, en diálogo con LA NACION.
Los gremios docentes, en tanto, aspiran a que este ascenso alcance a todos los afectados. "Es una cuestión de justicia; sería blanquear lo que sucede en la realidad. Mientras se resuelve la cuestión, pedimos que se prolongue el cobro de lo que venían percibiendo", dijo Daniel Ricci, secretario general de la Conadu.
El programa de incentivos alcanza a 26.000 docentes.