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La Nación: Aumenta la oferta de educación virtual

El 70% de las universidades dicta carreras a distancia; sin embargo, la calidad aún es heterogénea.

07 de julio de 2005, 13:15.

A Jesica Broggi la universidad más cercana le queda a 100 kilómetros. A los 24 años, con dos hijos pequeños, vive en Las Toscas, Santa Fe, y en marzo terminará su tecnicatura en Administración de Empresas.

En Paraná, Violeta Molet es profesora de castellano y literatura. Trabaja muchas horas por día y necesitaba actualizarse: desde el año pasado estudia para obtener su título universitario. A los 52 años, Jorge Campos decidió que era tiempo, por fin, de saldar su deuda pendiente a ir a la universidad. En Mar del Plata, además de trabajar en la aduana local y dar clases, cursa la licenciatura en Comercio Internacional.

En Malargüe, Alejandra Lucero reparte su tiempo entre la municipalidad local, donde trabaja, y el cuidado de sus dos hijos para estudiar la tecnicatura en Interiorismo y Decoración, porque quiere "hacer algo totalmente distinto".

Separados por varios kilómetros y por historias de vida diferentes, los cuatro tienen algo en común: son alumnos universitarios a distancia.

La educación virtual es una de las áreas más vitales de la enseñanza superior argentina, cuya oferta en expansión constante está abriendo la posibilidad de la formación universitaria a jóvenes y adultos con obligaciones familiares y laborales, normalmente alejados de las sedes centrales de las universidades.

Actualmente, el 70% de las 82 universidades del país tiene alguna oferta a distancia, mediante el uso de Internet, campus virtuales, televisión, CD y materiales escritos. Hay tecnicaturas, carreras de grado, posgrados y cursos cortos que suponen cursar a distancia, comunicarse on line con los docentes y compañeros y rendir los exámenes de manera presencial, en la sede de la universidad o en centros abiertos en distintas localidades.

 

Las estatales, más activas

 

Sin embargo, tal como sucede en la enseñanza tradicional, la oferta de educación virtual está creciendo sin planificación, en un mosaico heterogéneo que contiene propuestas y calidades disímiles, desde universidades que desarrollan sus propios campus virtuales, forman a sus docentes e investigan sobre la educación a distancia, hasta cursos cuya modalidad virtual consiste en enviar textos por correo electrónico.

Hasta ahora, las universidades estatales se han mostrado más activas que las privadas: 26 de las 38 estatales tienen algún desarrollo a distancia, pero sólo 11 de las 41 privadas.

"En el país hay una falta de planificación de las políticas de virtualidad que se ve en una oferta que funciona a demanda o por criterios totalmente aleatorios, y hasta en la compra de equipamiento", dijo a LA NACION María Teresa Lugo, coordinadora del programa IIPE Virtual de la Unesco, quien, junto con la directora académica de la Untref Virtual, Mariana Vera Rossi, realizó en 2003 un relevamiento de las ofertas de educación virtual en el país, que publicó la Secretaría de Políticas Universitarias (SPU) de la cartera educativa.

Según el estudio, las ofertas virtuales -que en general se desarrollaron entre 1999 y 2002- se concentran en cursos de capacitación (67%), licenciaturas (22%) y cursos de posgrado (18%). En cuanto a las áreas, educación y administración cubren en conjunto la mitad de las ofertas, es decir, se dan títulos universitarios a docentes y cursos de formación profesional, que representan una nada despreciable fuente de recursos propios. El 35% de las experiencias surgió como respuesta a demandas de alumnos por dispersión geográfica y disponibilidad horaria.

 

Sin registro oficial

 

No existe hasta el momento un registro oficial de la cantidad de estudiantes virtuales en el país, pero la mayoría de las instituciones coincide en que es un número en aumento.

En la Universidad Virtual de Quilmes (UVQ), la pionera, con campus virtual propio, hay 3500 estudiantes activos en siete carreras de grado, una tecnicatura y un posgrado, y más de 1300 graduados desde 1999.

"Hay una notoria presencia de graduados terciarios que trabajan y optan por continuar su formación en esta modalidad, pero las áreas de Administración, Comercio Internacional y Hotelería están creciendo mucho", contó su directora, Sara Pérez.

Con la experiencia de varios años, los planes de la UVQ son ahora desarrollar herramientas tecnológicas y pedagógicas nuevas, ofrecer nuevos posgrados y avanzar en integrar las modalidades a distancia y tradicional. "Estos proyectos exigen pensar con anticipación", analizó Pérez.

En ese campus virtual estudia Jorge Campos, desde hace tres años, su licenciatura en Comercio Internacional. "Si uno piensa que va a tener que estudiar menos, va al fracaso. Al contrario, hay que ser muy metódico, seguir las clases semanales y, pase lo que pase, no abandonar el hábito de estudiar todos los días", dijo. Contó que le resulta "facilísimo" manejarse con la tecnología y que ya recomendó la experiencia a varios. "A los adultos nos permite cumplir con deudas pendientes con nosotros mismos", se entusiasmó.

También resaltó la necesidad de autodisciplina Jesica Broggi, que estudia en Puntoedu, el campus virtual de la Universidad Nacional de Rosario (UNR). "Lo bueno es que acomodás tus horarios y tus días. Es mucha voluntad, porque estoy sola y no tengo obligación de ir a clase", contó.

Unos 2000 alumnos estudian a distancia en la UNR, que abrió su oferta virtual en 2001. Jesica es parte del 26% que optó por la tecnicatura en Administración de Empresas. La mayoría (54%) sigue cursos de capacitación o formación docente. El 20% son docentes cursando postítulos.

Es el caso de Violeta Molet, de 45 años, que resalta la calidad de los docentes y la comodidad de poder adecuar sus horarios. "Somos un grupo de 40 personas que estamos en contacto, nos encontramos en el chat, nos hacemos consultas. Uno siente que no estudia solo", dijo.

"Estudio a la noche, o mientras cuido a los chicos. Tenés que ser responsable y ponerte tus horarios", contó Alejandra Lucero desde Malargüe, en el sur de Mendoza, que a los 33 años, y con siete materias para terminar el profesorado de Historia, estudia Interiorismo y Decoración en la Universidad Nacional del Litoral (UNL).

La oferta virtual de la UNL alcanza a 3514 alumnos, con 107 centros de apoyo tecnológico en 14 provincias. Incluye ciclos de licenciatura para graduados terciarios, cursos cortos, formación profesional, tecnicaturas y los dos primeros años de varias carreras, lo que permite a muchos jóvenes quedarse en sus ciudades mientras comienzan sus estudios.

Para Lugo, antes de pensar en una oferta virtual las universidades deberían analizar para qué. "La tecnología es un medio, no un fin. Hay que ver cómo su inclusión puede hacer que los alumnos aprendan más y los docentes enseñen mejor", alertó. "Una universidad que incorpora la virtualidad exitosamente planifica, diseña la oferta según las necesidades de su zona y capacita a sus docentes", sintetizó.

 

Lo que hay que tener en cuenta a la hora de elegir

 

LA INSTITUCION

Quién dicta la carrera

En la seriedad académica de la universidad que dicta la carrera hay una garantía. También en el equipo docente y en la cantidad de estudiantes por profesor-tutor.

LA TECNOLOGIA

Interactividad

En campus virtual de calidad ofrece herramientas de comunicación con los docentes y posibilita realizar trámites administrativos. No es sólo una página web.

LOS RECURSOS

Rigor en los exámenes

El acceso a la biblioteca virtual y a otros centros de investigación en el campus son datos reveladores, así como la exigencia de que los exámenes sean presenciales.

LA PROPUESTA

Soporte teórico

La existencia de egresados, la propuesta pedagógica y la investigación académica que acompañen a la carrera son respaldos de la calidad de una oferta virtual.

Mayor control y transparencia

Desde este año, todas las tecnicaturas, carreras de grado y posgrado que se dictan a distancia en el país -y las que se creen- deben revalidar su reconocimiento oficial en el Ministerio de Educación.

La normativa, aprobada en enero, establece una serie de informaciones que las universidades deben proveer y precisar: modelo educativo de referencia, perfil y trayectoria de los docentes, modalidades de interacción docente-alumno, materiales didácticos, tecnología utilizada, evaluaciones y centros de apoyo distantes.

Según comentó Horacio Santángelo, responsable del área de Educación a distancia de la SPU, la intención es ahora dar un paso más y llenar el vacío de información que hay en el área. "La intención es lograr este año un compromiso de transparencia de las universidades, para que en sus páginas web describan su oferta virtual, la plataforma tecnológica, cuántos alumnos tienen y su propuesta educativa", dijo Santángelo.

* Por Raquel San Martín, De la Redacción de LA NACION.

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