El Centro Regional de Investigación y Desarrollo de Rosario (Indear), cuya puesta en marcha será hoy, con el descubrimiento de la piedra fundamental, empleará a alrededor de cien personas, 60 de las cuales serán científicos del Conicet que participarán del programa \"investigador en empresa\".
Se espera que el nuevo instituto se convierta en una institución de referencia en el campo de la biología molecular, la genómica funcional y la proteómica aplicada a la producción agropecuaria.
\"Nos parece muy valioso el mecanismo de interacción con el Conicet, que permite que el investigador trabaje en una empresa, pero continúe dentro de la estructura académica durante un lapso de cuatro años -explica Marcelo Argüelles, presidente de Bio Sidus-. Durante todo ese tiempo, la empresa les paga un adicional, y después, si lo desean, pueden pasar a la actividad privada.\"
Argüelles detalla que la idea es montar una estructura de investigación con criterio empresarial. La línea directriz de ambas, subraya, se basa en el convencimiento de que los países que no cuenten con una masa crítica importante de biotecnólogos o que no inviertan fuerte en esta área quedarán fuera del mapa global en las próximas décadas.
El instituto tendrá su sede en un edificio especialmente diseñado para esta tarea en el predio del Centro Regional de Investigación y Desarrollo Rosario (Cerider). El profesor Alejandro Mentaberry (investigador del Conicet) será el encargado de diseñar el instituto y conformar los equipos científicos.
\"Dentro de 30 años, la estructura de investigación, de alrededor de 2000 metros cuadrados, quedará para el Conicet -afirma Argüelles-. En una primera etapa la inversión será de alrededor de 5 millones de dólares. Tenemos muchas expectativas.\" Indear comenzará a funcionar hacia fines de 2005 y los trabajos de investigación se iniciarán en enero de 2006.
En el mismo ámbito físico se creará el Centro Binacional Argentino-Español de Genómica Vegetal que, junto con otros organismos dependientes del Conicet ya existentes reunirá a más de 400 investigadores y biotecnólogos en el área vegetal, lo que constituirá el mayor polo de desarrollo científico-tecnológico en esa área de América latina.