A pesar de que las ciencias exactas y naturales cubren apenas el 5,5% de los posgrados del país, reciben casi el 40% de las becas que otorga el Estado cada año.
El mundo productivo, sin embargo, parece estar demandando otra cosa: casi seis de cada diez empresas afirman que necesitan gente formada en áreas tecnológicas, mientras los posgrados en ciencias aplicadas -ingeniería en sus diferentes especialidades, química, agrotecnología, alimentos, ambiente, suelo, biotecnología, energía, informática- tienen el récord de vinculaciones con el mundo productivo. A ellos, no obstante, les llega sólo el 20% de las becas.
El desequilibrio, que refleja la falta de una política que dirija los recursos existentes, proviene de un exhaustivo estudio realizado por investigadores independientes, financiado por Banco Río y Universia Argentina, con aportes de la Secretaría de Ciencia y Tecnología (Secyt). Durante casi un año, los investigadores relevaron los posgrados de tecnología y de ciencias exactas y naturales con capacidad de generar conocimientos y aplicaciones fuera de las universidades. Luego analizaron qué vinculaciones tienen con el mundo productivo; encuestaron a 50 empresas de distintas áreas para conocer sus demandas de formación, y analizaron la distribución de becas que realiza el sistema de ciencia y tecnología.
El resultado muestra especializaciones y maestrías muy activas en vincularse con el medio productivo en áreas de tecnología aplicada, pero recursos concentrados en investigación básica, sobre todo para formar doctores, y en ciertas instituciones, en particular universidades estatales del área metropolitana.
"La Argentina tiene que destinar el grueso de los recursos e inversiones en tecnología y algunos nichos de ciencias básicas, en relación directa con el sector productivo. Nosotros tenemos la inversión al revés", dijo a LA NACION Osvaldo Barsky, del área de Educación Superior de la Universidad de Belgrano y responsable del estudio, en el que trabajó con cinco investigadores.
Los posgrados representan en la Argentina el nivel más activo de la educación superior, con casi 2000 ofertas en todas las áreas, que se incrementan a un ritmo de 150 nuevas carreras por año.
 
Relaciones informales
El estudio analizó los 530 posgrados que se dictan en el país en estas áreas, 423 en el campo tecnológico y 107 en ciencias exactas y naturales. Las maestrías y especializaciones tienen más cantidad de vinculaciones con empresas y organismos que los doctorados, en general en la forma de consultoría. Los más activos son los posgrados agropecuarios, en ingeniería, química aplicada y ambiente.
Sin embargo, no parece ser el resultado de una política generalizada en las universidades, ya que el 58% de los vínculos se da por los contactos que los propios docentes tienen en las empresas. El 80% de las compañías dijo que no tiene relaciones formales con posgrados universitarios.
Al seleccionar a su personal, sin embargo, las universidades son la principal referencia para la mayoría de las empresas. El 51% afirmó que identifica recursos humanos a partir de los sectores de empleos de universidades y posgrados, y de contactos informales en esas instituciones, muchas veces luego de trabajar en convenios de asistencia técnica. El 40% busca a través de avisos clasificados en diarios y el 33% apela a las recomendaciones de conocidos.
Para casi el 60% de las empresas, la demanda de formación de posgrado aumentará en los próximos años, sobre todo en áreas tecnológicas y luego en administración y ventas.
Al analizar la distribución de las becas que otorgan el Conicet y la Secyt, se advierte la concentración disciplinaria y geográfica. Las ciencias exactas y naturales reciben en promedio 7,8 becas por posgrado, mientras que las carreras del área tecnológica se llevan una por cada posgrado. Además, los posgrados de ciencias sociales constituyen el 33,9% de la oferta, pero se llevan el 6,9% de las becas. En tanto, casi el 72% está fuertemente concentrado en las universidades de Buenos Aires (con el 30%), Córdoba, La Plata, Mar del Plata, Tucumán y el Sur. Para los investigadores, los posgrados son un recurso desaprovechado. "No está definida una política planificada de difusión de las potencialidades de los posgrados para dar respuesta a las demandas del medio", afirman.
Para Barsky, hace falta crear un sistema nacional de becas de posgrado, con una política orientadora del Estado.
Por Raquel San Martín, de la Redacción de LA NACION