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La Nación-Domingo 20: Trágico final de un niño prodigio

Era universitario; se suicidó a los 14 años  

WASHINGTON (ANSA).- Fue un final trágico que pasó prácticamente inadvertido en Estados Unidos. Brandenn Bremmer, un niño prodigio que poseía un coeficiente intelectual de 178 -superior a la categoría de "genio"-, se suicidó a los 14 años disparándose un tiro en la cabeza, en Venango, un pueblo agrícola de Nebraska. No dejó ninguna nota de despedida y el día anterior parecía estar alegre.

El martes pasado, sus padres lo hallaron con un proyectil en una sien y pese a que fue rápidamente trasladado al hospital, murió pocas horas después.

Según los estándares de medición de coeficiente intelectual, una persona con nivel 130 es "muy inteligente", y con 150 alcanza el nivel de "genial". Brandenn superaba largamente esa categoría, con sus 178 puntos. Le gustaba la música, ya que tocaba con singular habilidad el piano y había editado un disco. El pequeño nunca asistió a un colegio. Estudió en su casa, donde sus padres tenían una empresa familiar dedicada al adiestramiento de perros y al cultivo de huertas orgánicas, asistido por tutores educativos.

Su madre descubrió sus capacidades especiales cuando era empleada en una repartición: ocupada en sus tareas, le pidió al pequeño, entonces de 18 meses, que buscara en un juego la letra "A azul". Segundos después, Brandenn regresó con un cubo con esa letra. Su madre pensó en una casualidad y sucesivamente pidió todo el abecedario, que el niño recogió letra por letra. A los 2 años, Brandenn ya leía y memorizaba libros; a los 6 empezó la secundaria; a los 10 ya estaba en condiciones de ir a la facultad, pero como su familia no poseía dinero, consiguió una beca y se graduó en una universidad de Nebraska como el alumno más joven en la historia de la institución.

Los psicólogos consideraron que el chico "no supo integrarse a un mundo que exige normalidad y conformismo". No obstante, Brandenn se relacionaba sin problemas, era simpático y para nada soberbio. Los psicólogos especularon que "el fin de la universidad o su pasaje por la adolescencia" en un marco desfasado de su contexto de niño lo llevaron a una depresión profunda de la que no pudo recuperarse.

Los padres de Brandenn intentaron rodearlo de un ambiente normal, pero la psicóloga Linda Silverman consideró que pudo haber sido un punto conflictivo para su desarrollo imponerle "una falsa normalidad". "Los niños genio no siguen una trayectoria natural. Si se busca darles normalidad, se los destruye", señaló la psicóloga.

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