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La Nación-Domingo 28: Las escuelas de negocios extranjeras están demasiado centradas en la investiga

Para algunos académicos, sobran profesores que provienen de la actividad empresaria y se necesitan más investigadores. Un informe internacional revela que las instituciones contratan profesores con experiencia limitada. En el país, la situación es la inversa y la falta de fondos atenta contra la investigación.

29 de agosto de 2005, 15:33.

Warren G. Bennis y James O´Toole, dos destacados profesores universitarios, publicaron recientemente una investigación en la Harvard Business Review, que replantea un modelo de enseñanza-capacitación-formación en las escuelas de negocios.
El trabajo se denomina "Cuando las escuelas de negocios perdieron el rumbo". En él, Bennis y O´Toole concentran sus críticas en algunos puntos. Dicen:
*Las escuelas de negocios están demasiado centradas en la investigación científica; contratan profesores con una experiencia limitada del mundo real y gradúan a estudiantes que están mal preparados para lidiar con asuntos complejos y no cuantificables.
* Sus egresados no están capacitados para lidiar con los verdaderos desafíos de la gestión en el complejo mundo empresarial.
* Los MBA, con procesos de admisiones cada vez más selectivos, fallan a la hora de impartir habilidades útiles, preparar líderes, inculcar normas de comportamiento ético y lograr buenos empleos corporativos para sus graduados.
Esta cruda y provocativa descripción que formulan ambos profesores pareciera no tocar de cerca de las escuelas de negocios que funcionan en la Argentina. Al menos, así lo creen directivos consultados por LA NACIÓN.
Según Fernando Fragueiro, director general del IAE, la Escuela de Dirección y Negocios de la Universidad Austral, "el debate sobre el rol de las escuelas de negocios está abierto desde que existen estas escuelas. Creo que una de las características más importantes que tenemos es que estamos en la interfaz entre el mundo de lo práctico y la academia, y la verdad que no es fácil el rol que nos toca jugar, pero es necesario estar allí para solidificar las bases a partir de las cuales se arman los modelos de pensamiento".
"Mientras que en el mundo de la academia suelen decir que somos poco rigurosos -añade-, en el mundo de la práctica piensan que somos teóricos. Sin embargo, con unos y con otros trabajamos desde hace mucho tiempo y, si bien hay cosas por mejorar, no es menos cierto que es mucho lo que se ha hecho".
Por su parte, Sergio Pernice y María Alegre, directores de la Maestría en Dirección de Empresas, de la Escuela de Negocios de la Universidad del CEMA, explican que hay tres tipos de escuelas de negocios: las que tienen profesores que provienen exclusivamente de la práctica; las que son académicas puramente, con un énfasis exclusivo en el rigor científico, y las que tratan de ubicarse en el centro y combinan el rigor académico con la práctica.
"Trasladando esta realidad a nuestro país -destacan-, hay que reconocer que el problema de muchas escuelas de negocios de la Argentina no es el que se menciona en el artículo, sino más bien la tendencia de muchas de ellas a caer en el otro extremo, en el cual los profesores provienen de la actividad práctica."
Alberto Ballvé, director de la Escuela de Dirección de Empresas de la Universidad Argentina de la Empresa, aporta otro enfoque. Según el facultativo, "uno de los errores en los que han caído algunas escuelas de negocios, incluso en la Argentina, es considerar a las ciencias económicas como la ciencia mayor en la administración de empresas, lo cual ha llevado a que muchos que han estudiado ciencias económicas consideren que la administración de empresas es una ciencia menor y que ellos están perfectamente capacitados para enseñar administración de empresas".
"Para mí -añade- esto es un error que en nuestro país se nota mucho más, porque muchas escuelas de negocios que nacieron con la idea de formar sólo doctores, cayeron en la cuenta de que sólo tenían doctores en economía y los pusieron a enseñar management. Esto es altamente negativo porque el management es algo más amplio. Incluso hay una corriente en algunas escuelas de negocios internacionales que consideran a las ciencias de la administración más una ciencia política que técnica. Sostienen que le manejo real de una empresa pasa mucho más por el manejo político que por la aplicación de estadísticas."
 
Pocos fondos para el estudio
Para Juan Pablo Nicolini, rector de la Universidad Torcuato Di Tella, siempre existieron tendencias encontradas en las escuelas de negocios que tienen que ver con el tipo de educación que se imparte, particularmente en las universidades de investigación.
"El tema en discusión -aclara- es la correcta combinación que hay que tener en el cuerpo de profesores entre científicos sociales y los que provienen de la práctica cotidiana. Este es un punto que se plantea con las universidades que se toman la investigación en serio. Entonces, la pregunta es cuánto de investigación."
"En el caso de un master en administración de empresas -añade Nicolini- en el que los alumnos están durante dos años en la universidad, tenemos que preguntarnos cuál es el valor agregado que les estamos dando. En nuestra visión es muy importante que esos alumnos estén expuestos, en parte de su programa, a lo que son las ciencias sociales, porque en el fondo lo que un empresario necesita es tratar de entender el comportamiento humano".
Según Ballvé, "tener profesores doctores es un buen proceso, siempre y cuando la cuestión se sepa manejar para que ese doctor no pierda la realidad de lo que son las empresas. En la Argentina, hay muchos doctores en economía y en finanzas, pero hacen falta doctores en management".
Por su parte, Nicolini opina que para preparar buenos gerentes, hay que darles una mezcla justa de teoría y práctica:
"Las cosas no funcionan cuando intentamos separar una de la otra -subraya-. No obstante, en la Universidad Torcuato Di Tella seguimos el modelo de la universidad de investigación, y no renegamos de ello, porque creemos que una educación basada sólo en la experiencia práctica es una educación pobre".
Según Fragueiro, los problemas que señala el informe sólo aplican en Inglaterra y los Estados Unidos:
"En Inglaterra porque todavía mayormente el sistema educativo está subvencionado por el sector público, y en Estados Unidos porque hay mucha cultura y una infraestructura impositiva que los favorece como para que las universidades reciban mucho apoyo por medio de las donaciones que les permiten financiar, a veces, hasta la mitad de sus gastos en investigación. Esto no sucede en América latina".
"Me da la impresión de que el peligro en América latina es que la situación nos obliga a vivir en el día a día de las matrículas y la dificultad es, precisamente, formar un claustro que investigue", apunta Fragueiro.
Esta opinión coincide con la de Sergio Pernice y María Alegre, de la Universidad del CEMA, para quienes la razón por la cual el problema que destaca el artículo no es relevante para la generalidad de las escuelas de negocios de la Argentina, hay que buscarlo en la estructura del financiamiento de la investigación.
"Mientras que un número enorme de universidades de Estados Unidos pueden financiar a sus profesores para que se dediquen a estudiar y a investigar -dicen- esa misma situación de privilegio se da en muy pocos lugares en la Argentina, donde la mayoría de las escuelas de negocios no pueden tener una estructura de profesores full time de perfil académico porque no les pueden pagar para que se dediquen sólo a estudiar y analizar problemas académicos."
"El centro deseado, entre el extremo académico y el de la práctica -añaden- sólo se puede conseguir cuando se tiene una proporción importante de profesores full time financiados para investigar, en tanto y en cuanto además se les exija, a través de mediciones, la relevancia práctica de lo que están enseñando."
Por otro lado, los profesores universitarios del CEMA destacan: "Hay que tener cuidado de que los profesores no se queden sólo en la práctica, porque de ser así se dejarán llevar por los vaivenes de la moda y los temas de agenda del management de hoy, pero lo que va a servir y tener vigencia de acá a una década serán las grandes estructuras conceptuales que ayudan a distinguir y anticiparse a los temas críticos. Por lo tanto, es necesario sentarse y pensar, porque no alcanza sólo con la práctica diaria".
Según Pernice y Alegre, el bien más crítico que tienen las escuelas de negocios son sus profesores.
"En nuestra universidad -subrayan- el 57 por ciento de los cursos son dictados por profesores full time que, si bien tienen un perfil académico sus investigaciones, tienen un ángulo de relevancia práctica muy fuerte, donde está reflejada la experiencia cotidiana de las empresas."
 
Teorías y experiencia
El 43% restante son profesores part time que provienen de la experiencia del trabajo cotidiano en las empresas, que fueron seleccionados a lo largo de los dieciocho años que funciona la escuela de negocios, lo cual nos ha permitido formar un cuerpo docente sumamente sólido, que combina la relevancia práctica de su experiencia cotidiana con el rigor de pensamiento que dan los claustros a lo largo de todos estos años, evaluados cotidianamente por los alumnos.
En el caso del IAE, el 80% de su cuerpo de profesores es de tiempo completo y sólo el 20% son especialistas part time. Para Fragueiro, "en todo momento tenemos que perseguir rigor académico y la relevancia empresaria. No es una cosa o la otra, sino las dos cosas juntas. Porque si se persigue la relevancia empresaria es muy posible que lo único que se haga es transferencia de tecnología, mínimo valor agregado. Si lo que se busca es rigor académico solamente, es muy probable que llegue un momento en el que haya una desconexión que no le permita ser al profesor un interlocutor válido, que le aporte conocimientos al mundo empresario. Mantener esos dos criterios creo que es la esencia de toda escuela de negocios".
En la Universidad Torcuato Di Tella explican que alrededor del 40% del cuerpo de profesores de su escuela de negocios es full time, otro tanto part time y el 20% restante son profesores visitantes de universidades extranjeras que vienen a dictar clases a la universidad.
Diferente es el panorama en la escuela de negocios de la UADE. Según Alberto Ballvé "si se toma la universidad y la escuela de negocios estamos en el 10% de profesores full time, mientras que el 90% restante es part time con experiencia en empresas, pero que también dedican gran parte de su tiempo a estudiar".
 
Teorías para el mundo real
En su informe "Cuando las escuelas de negocios perdieron el rumbo", Warren G. Bennis y James O´Toole dicen que actualmente las escuelas de negocios, en lugar de medirse a sí mismas por la competencia de sus graduados o por lo bien que entienden sus profesores el real desempeño empresarial, se evalúan casi exclusivamente por el rigor de sus investigaciones científicas.
El trabajo señala también que estas instituciones educativas han adoptado un modelo de ciencia que utiliza un análisis económico y financiero abstracto, regresiones múltiples y psicología de laboratorio.
"Algunas investigaciones son excelentes, pero muy poco de ellas está anclado en prácticas empresariales verdaderas. El foco de la educación en los negocios se ha vuelto así cada vez más restringido y menos relevante para los que operan en el mundo real", destaca la investigación publicada en la Harvard Business Review. Más adelante agrega: "Si las escuelas de negocios quieren recuperar su importancia, deben aceptar que la gestión de los negocios no es una disciplina científica, sino una profesión, y por lo tanto, requieren de una educación profesional.
"Tradicionalmente, las escuelas de negocios han carecido de estudios humanísticos. Es una carencia seria. Debe ser difícil formar gente en liderazgo sin un sólido anclaje en las humanidades."
Por Norberto Malatesta  Para LA NACION

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