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La Nación-Domingo 3: Corre riesgo el plan para estudiar en la cárcel

Los profesores se quejan por los controles más exigentes. Los guardias impiden el acceso con maletines y los obligan a dejar sus pertenencias en la entrada. Argumentan razones de seguridad. Unos 300 presos concurren a clases en tres penales.

04 de julio de 2005, 14:01.

Los profesores de la Universidad de Buenos Aires (UBA) que dan clases en la cárcel de Villa Devoto tienen cada vez más dificultades para ingresar en el penal y poder dictar sus materias.

Los docentes afirman que aumentaron los controles y las requisas -hasta ahora los profesores recibían un trato equivalente al de un oficial en el ingreso-, les impiden entrar con maletines, los obligan a dejar su dinero en la entrada, los guardias tardan en dejar bajar a los internos al centro universitario, en el que se dan las clases, y no les permiten transportar sus objetos personales a las aulas.

"Hay crecientes obstáculos para el desarrollo de la actividad académica. Además, las restricciones se aplican de manera arbitraria y azarosa, según quién esté a cargo en la guardia", dijo a LA NACION Alcira Daroqui, coordinadora de la carrera de Sociología en los penales, en la que ya varios profesores desistieron de seguir. En mayo último, por ejemplo, se retiró la cátedra Historia del Conocimiento Sociológico I del profesor Alberto Fernández. Muchos docentes del CBC también expresaron su malestar.

Se trata del primer conflicto de este tipo en los 20 años que lleva el Programa UBA XXII, por el cual se dictan ocho carreras universitarias y el Ciclo Básico Común (CBC) en tres penales: Villa Devoto, Ezeiza y Marcos Paz. Actualmente hay 300 internos-estudiantes, ya se cuentan 80 graduados que comenzaron y terminaron sus carreras en la cárcel y muchos más que las finalizaron al recobrar la libertad. Además, por año se entregan 400 certificados de operador de PC.

"Las nuevas medidas de seguridad están causando inconvenientes en las actividades académicas, y eso nos causa preocupación", dijo Marta Laferrière, directora del programa.

Por eso, el rector de la UBA, Guillermo Jaim Etcheverry, envió recientemente una carta al Ministerio de Justicia, que todavía no tuvo respuesta. "Estamos esperanzados con que ahora se alivien las situaciones que causan incomodidad", dijo Laferrière. "Este es un espacio importante que queremos defender, donde se ejerce el derecho a la educación superior, la reconstrucción de la ciudadanía y la subjetividad, y se logran índices de reincidencia muy bajos", aseguró. 

 

Alcance de los cambios

 

Mientras las autoridades argumentan que sólo se trata de nuevas medidas de seguridad, los profesores afirman que nunca fueron debidamente notificados de las razones de esos cambios. "Queremos conocer los fundamentos y los alcances de la medida, porque tememos que sea el comienzo de otras limitaciones", dijo el secretario académico de la carrera de Sociología, Marcelo Langieri.

En octubre del año último, luego de que se hallaran dentro del penal cuatro panes de trotyl, el juez Claudio Bonadío dispuso modificaciones en las normas de seguridad en el penal de Devoto para todas las personas que ingresaran, lo que incluía también a los funcionarios y las visitas.

"No tenemos ninguna intención de poner obstáculos al centro universitario. Los docentes son los menos sospechados, y nadie piensa que ellos podrían ingresar algo o que puede haber problemas de seguridad en el espacio de las clases", dijo Marcela Rumi, coordinadora del Programa de Trabajo en Cárceles y Readaptación Social del Ministerio de Justicia.

"Por el contrario, queremos ampliar la cantidad de internos que tienen acceso a estudios universitarios, llevarlos a otras unidades y estamos viendo cómo ampliar el espacio físico en el penal de Villa Devoto", aseguró. "Los alumnos tardaban en bajar al comienzo, porque también se demora más la requisa en los pabellones. Ahora estamos solucionando eso también", dijo Rumi, al ser consultada por este diario.

Los profesores, sin embargo, plantean sus reparos. "Asuntos Penitenciarios es un área descuidada en el Ministerio de Justicia y, entonces, las autoridades de los penales tienen autonomía para decidir qué hacen. Así, se da lugar a que un régimen autoritario se despliegue todavía más", dijo Langieri.

"Amparados en el discurso de la seguridad, ponen limitaciones en situaciones que nunca fueron problemáticas. Ningún docente fue protagonista de situaciones irregulares que pudieran afectar la seguridad en el interior del penal en todos estos años", dijo Daroqui.

Villa Devoto tiene el centro universitario más concurrido de todos, con 120 estudiantes. Se trata de un espacio muy particular, donde rige la autodisciplina y en el que se puede participar sólo si se cumple con requisitos de buena conducta y rendimiento académico. Allí se puede estudiar el CBC, Derecho, Psicología, Sociología y todas las carreras de Ciencias Económicas.

* Raquel San Martín

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