El sector agropecuario, la industria mecánica, química y naval, la biotecnología y la farmacia, por ejemplo, son opciones para mirar con interés. Más rápido que la academia, el mercado ya expresa demandas que no siempre puede satisfacer y, en algunos campos, agota los graduados disponibles.
En Avellaneda, una zona de concentración de industrias muy deprimida durante los 90, la facultad regional de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) detectó este año un incremento del 40% en las solicitudes para estudiantes de ingeniería mecánica.
\"Requieren estudiantes de años superiores, es decir, gente para puestos más calificados que antes\", dijo Gabriel Nieto, director de Bienestar Universitario de la facultad. Después de mecánica, con el 37% de las solicitudes, se ubicaron los pedidos para ingeniería eléctrica, con el 11 por ciento.
Por su parte, en la regional de la UTN de General Pacheco reflejan el nuevo escenario con datos. En una encuesta realizada entre 400 empresas industriales de la zona, el 65% afirmó que no había logrado cubrir sus puestos vacantes en los últimos tres meses. Sólo el 22% lo pudo hacer de manera satisfactoria. En esa regional, con 1200 estudiantes, notan que mecánica crece en la demanda de ingresantes.
\"Hay una falta de conocimiento duro en las empresas. Hay un bache generacional producido por una década de desindustrialización, que se hace evidente porque las nuevas necesidades del país empiezan a demandarlo\", dijo a LA NACION Benito Alvarez Ovide, secretario académico del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA).
Con cautela, muestra un indicador: este año, en las actividades informativas que el ITBA organiza para chicos de nivel medio, se triplicó el interés por ingeniería química.
\"Los astilleros y talleres piden estudiantes avanzados y profesionales y muchas veces no los encuentran\", apuntó Mario Colpachi, director del Departamento de Ingeniería Naval de la Facultad de Ingeniería de la UBA, quien detecta \"señales positivas\" que provocan una reactivación del área. La carrera tiene unos 50 estudiantes, con plena ocupación en cuarto año.
Donde la demanda y el interés crecen juntos es en la biotecnología, un campo en expansión en el país, protagonista en el mundo de una revolución equivalente a la de la informática en los 90. La salida laboral de los biotecnólogos crece y se diversifica: el campo biomédico, el agro -alimentos, cultivos, animales modificados genéticamente- y hasta el medio ambiente.
\"En la Argentina se ve la reactivación en el sector farmacéutico, donde las empresas invierten en investigación y desarrollo, y en el agro\", dijo Daniel Alonso, director de la carrera de Biotecnología en la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ), que gradúa unos 80 profesionales por año.
Según contó, están creciendo los emprendimientos mixtos, entre organismos públicos y empresas. \"La mayor parte de los estudiantes avanzados tiene trabajo, sobre todo en empresas. Los primeros graduados se insertaron en el campo académico\", dijo Alonso. En los últimos cuatro años se cuadruplicó la matrícula.
Desde el año que viene, la carrera, que se dicta en otras universidades nacionales, como las del Litoral, Rosario Tucumán y General San Martín, también se podrá cursar en la Universidad Argentina de la Empresa (UADE).
\"Según las principales empresas del sector, no hay mucha gente capacitada en desarrollar o comercializar un producto biotecnológico\", apuntó Ricardo Orosco, decano de la Facultad de Ingeniería de la UADE. Por eso, diseñaron un plan de estudios, de cuatro años, que agrega \"contenidos de gestión a la tecnología\".
Otro sector con pleno empleo es el de los farmacéuticos. \"Por la ley de genéricos, la presencia de farmacéuticos en farmacias debe ser continua y esto genera una gran demanda\", dijo Regina Wikinski, decana de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA, donde cada año ingresan casi 800 alumnos.