\"Esta es casi la historia de la identidad argentina, de una sociedad que no logra amalgamarse y que tiende a reproducir el síndrome del eterno inmigrante. El argentino busca sobrevivir, salvarse solo. Nuestras destrezas no son solidarias, sino de salvación personal\", reflexionó Orlando D´Adamo, consultado por LA NACION.
\"El desarrollo individual no está claramente relacionado con el provecho social entre los jóvenes argentinos, como sí ocurre en sociedades desarrolladas, sino que tiene mucha cercanía con el egoísmo\", coincidió Narciso Benbenaste, de acuerdo con sus propias mediciones.
\"Es central seguir analizando si evoluciona el carácter positivo y social del desarrollo individual, y si se lo empieza a percibir más sincronizado con el desarrollo del país\", alertó el investigador.
Estabilidad económica
\"Este divorcio entre las expectativas individuales y las que tienen para el país se explica cuando no hay confianza en las instituciones y una baja valoración en la clase política\", agregó Benbenaste. \"De cualquier manera, aunque la valoración de las instituciones cívico-políticas tiende a ser baja entre los jóvenes, hay expectativas positivas en el gobierno nacional, sobre todo porque consideran que el actual Presidente estabilizó la economía.\"
Según el estudio de la Universidad Austral, en las perspectivas con respecto al país hay un cierto regreso al pesimismo luego de una mejora del año anterior, y se destaca la imagen del \"estancamiento\": crece casi diez puntos el porcentaje de quienes ven \"igual\" al país dentro de cinco años.
El número de quienes auguran que la situación del país empeorará, en tanto, pasó del 12,1% al 14,6% este año.
Las perspectivas personales recogen un optimismo mayor -aunque se registra un descenso de casi tres puntos con respecto al año último-, pero casi el 20% se imagina \"igual\" cuando piensa en su propio futuro. Un dato llamativo si se piensa que son jóvenes que, en ese tiempo, estarán en los primeros tramos de sus carreras profesionales. Casi el 15%, en tanto, no pudo responder la pregunta.
\"Evidentemente desde el año pasado hay una sensación de ilusión, que expresa la percepción de cosas que han mejorado. Después de varios años de retracción económica, el rebote de la economía, sobre todo para ciertos sectores de la población, genera expectativas. Pero también es un deseo de estar mejor. Psicológicamente hablando, no se puede vivir mucho tiempo sin esperanza\", evaluó D´Adamo.
\"Ver el futuro propio desvinculado del futuro general es una contradicción clásica de los argentinos. En el año 2002 podía entenderse más, porque el porcentaje de quienes pensaban en emigrar era mucho más alto. Ahora empieza a ser más preocupante, porque la mayoría quiere quedarse en la Argentina. Es un rasgo general de los argentinos: ser tan buenos individualmente y tan malos en grupo\", apuntó Piscitelli Murphy.
Educación e inseguridad son temas prioritarios
Desplazaron a la desocupación
Mientras que en los dos años anteriores en que se realizó el estudio, la desocupación y la inestabilidad política ocupaban los primeros lugares entre los principales problemas de la Argentina a los ojos de los jóvenes, esta vez las prioridades se modificaron y se refieren a la educación (32,6%) y, previsiblemente, a la inseguridad (29,3%).
La desocupación, en particular, muestra un brusco descenso en las preocupaciones de los estudiantes: en sólo dos años pasó del primer lugar, con el 43,8%, al tercero, con el 27,9% de las menciones.
Como contrapartida, la inseguridad, que hace dos años preocupaba en primer lugar a sólo el 6,7% de los jóvenes, este año cosechó casi el 30% de las menciones principales. Así, en dos años el porcentaje de jóvenes preocupados por la cuestión se multiplicó más de cuatro veces.
En consonancia con esa percepción, la policía es una de las instituciones que más desconfianza cosecha entre los estudiantes: en sólo dos años, esta percepción se incrementó en 14 puntos y la confianza plena descendió del 5% al 2,5 por ciento.
Con un porcentaje menor se ubicó luego la inestabilidad política (6,5%), que lógicamente ha perdido posiciones: de ser la segunda preocupación, como se dijo, pasó al cuarto lugar, con una disminución de más de 16 puntos en dos años.
\"Que se vayan todos\"
Ubicar en el primer lugar de las preocupaciones a la educación, con una mirada que parece remitir más al largo plazo, guarda conformidad con lo que los estudiantes piensan de la consigna de \"que se vayan todos\", el eslogan más repetido en el peor momento de la crisis.
Así, el 61,1% de los jóvenes encuestados no cree que dicha frase hubiera sido la solución de la crisis. El porcentaje, sin embargo, muestra un rechazo menor al que se detectó en 2003, cuando, quizás en consonancia con el mayor optimismo registrado en otras preguntas sobre la situación del país, el rechazo a la consigna era del 76 por ciento.
En tanto, casi el 70% de los estudiantes no cree que los partidos políticos deban ser el único canal de participación política, idea a la que adhiere una cuarta parte de los encuestados.
Para Piscitelli Murphy, todos estos resultados deben leerse en el contexto de un proceso de transición desde el estallido de la crisis en 2001.
\"Queda el interrogante de si esta crisis producirá un cambio más de fondo en cuanto a la participación. Hay que tener en cuenta que estamos hablando de jóvenes, que se supone que están más estimulados a la acción, más interesados en producir cambios y más abiertos a ellos\", dijo el investigador.