La de ahora fue la segunda oportunidad que los egresados del secundario tuvieron para ingresar en la facultad, tras el examen de diciembre. En total se inscribieron 956 alumnos; de ellos, 456 rindieron sus exámenes en diciembre y sólo aprobaron 133. En el llamado de enero pasado se presentaron 294 y aprobaron 33. Así, sólo 166 aspirantes llegaron a la nota del seis, el puntaje mínimo para aprobar.
En segundo lugar, los \"bochazos\" siguieron sucediéndose entre los alumnos de la Facultad de Ciencias Astronómicas y Geofísica de la UNLP, donde sólo uno de los 35 aspirantes logró superar el examen de ingreso y, así, evitar el intensivo curso nivelatorio de admisibilidad. En efecto: una sola persona logró superar el examen de matemática, que consistía en 16 preguntas sobre geometría, logaritmos, trigonometría, polinomios y ecuaciones algebraicas, entre otros temas.
Cabe mencionar, asimismo, que en las evaluaciones de ingreso de la Facultad Regional de Mendoza de la UTN, en el primer examen de matemática, aprobaron sólo 22 de 1100 postulantes, apenas el 2%. La mayoría de los aspirantes había asistido a un taller de orientación que la UTN realizó en noviembre del año último. En diciembre, aprobó el primer examen el 2% de los 1100, y en un curso de recuperación aprobaron con más de 7 puntos 306 sobre 800. En la tercera oportunidad, a fines de enero, rindieron satisfactoriamente 56 de los 556 estudiantes que se presentaron, es decir, un 10%.
Durante los últimos años, el número de aplazos en los exámenes de ingreso en distintas universidades del país creció exponencialmente, sin que hasta el momento se haya encontrado la manera de revertir tan preocupante situación. En este sentido, resulta auspiciosa la iniciativa del Ministerio de Educación, que pondrá a disposición de las provincias un curso de apoyo para los alumnos diseñado especialmente para profundizar ejercitaciones intelectuales básicas, como práctica de lectura, expresión, comprensión y razonamiento.
El programa tuvo un primer ensayo, a través de una experiencia piloto, con alumnos de los últimos años de escuelas estatales de la ciudad de Buenos Aires, el conurbano, La Plata y Luján. Un 60% de los asistentes encontró al curso de apoyo diferente o muy diferente de su experiencia en la secundaria. Para el 72,3%, la mayor utilidad del curso fue reforzar conocimientos, pero más de seis de cada diez afirmaron haber incorporado cosas que no sabían y el 66,3% dijo que había mejorado su forma de expresión. Las mayores dificultades se encontraron en matemática, donde el 47,1% admitió tener problemas (contra el 17,3% en literatura y el 14,3% en ciencia, cultura y sociedad).
Estos resultados revelan una de las debilidades del sistema educativo y corroboran que los contenidos de los programas de la escuela secundaria y del polimodal son inadecuados e insuficientes en la preparación y formación de los alumnos. Por consiguiente, es de esperar que las autoridades educativas encaren una amplia reformulación de dichos programas y contenidos y que, además, se profundicen los esfuerzos para lograr una mejor articulación entre el nivel medio de enseñanza y la universidad, de manera de poner fin a esta cadena de frustraciones. Cuanto se haga en esa dirección será de inestimable valor para el alumnado.