Saltar a contenido principal Saltar a navegación principal

La Nación: Editorial II: La evaluación de la calidad educativa

Hay consenso en que las ventajas competitivas de un país se cifran prioritariamente en el nivel educativo de su población. Por lo tanto, cuanto más se eleve la calidad de la enseñanza, tanto más se han de incrementar las posibilidades de desarrollo de un pueblo y de una nación. Esta aseveración no involucra solamente perspectivas de beneficio económico, puesto que la educación redunda en beneficios sociales y humanos, tanto en la adquisición de conocimientos, habilidades y destrezas como en la orientación hacia un plexo de valores morales que eleva la condición social y mueve a las personas a consagrarse al trabajo, a la buena relación convivencial, al reconocimiento de los méritos del esfuerzo honesto y a la aceptación con fortaleza de los riesgos de un emprendimiento.

La calidad educativa se plantea así como una necesidad para una sociedad que toma conciencia de que nuestro tiempo exige cada vez más recursos humanos calificados. Esa calidad que se plantea como una lógica demanda constituye un ideal de excelencia altamente motivador, que impulsa al logro de las condiciones de competitividad que hoy se piden y que va distinguiendo la singularidad valiosa de instituciones o personas. Es oportuno recordar que una meta de ese carácter requiere, previamente, partir de la igualdad de oportunidades educativas, principio esencial y justo.
 
Ahora bien, siendo la calidad un objetivo de tanto relieve, reclama un seguimiento metódico que provea la indispensable información requerida para el mejoramiento educativo. Ese control de calidad es el que se realiza mediante evaluaciones periódicas que examinan la organización del sistema (ciclos, niveles) y su parte material (edilicia, de equipamiento); la marcha del proceso de enseñanza (que incluye los contenidos curriculares, programas, métodos, formación docente) y, por fin, el producto educativo (aprendizaje de conocimientos, capacitaciones, actitudes, valores).
 
Este bosquejo permite ver cuánto depende de las correctas metodologías de evaluación empleadas y su regular aplicación para un mejor gobierno del área educativa con afán de superación. En este punto debe señalarse que los controles de calidad del ministerio nacional se han realizado mediante operativos administrados principalmente a través de pruebas de conocimientos en matemática y lengua. La última noticia de los resultados corresponde al operativo de 2003. Como se advierte, hay retraso en la información y, por otra parte, su contenido es insuficiente, despojado de ciertos datos significativos (como la discriminación de los resultados por jurisdicciones provinciales) que permitan extraer comparaciones orientadoras. En suma, el seguimiento necesario de la evolución que se va operando reclama un tratamiento más completo y regular, una información más detallada. La cuestión lo merece.

Contenido relacionado