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La Nación: Editorial II: Las profesiones y su inserción laboral

Tanto las universidades oficiales como las privadas exponen hoy una justificada preocupación por conocer las demandas laborales de profesionales formados en sus respectivas carreras. La información que se ha ido recogiendo en tal sentido permite establecer una lógica relación con el proceso de reactivación económica del país.

22 de noviembre de 2005, 11:29.

Los datos que se van reuniendo al respecto constituyen, por una parte, indicadores útiles para los estudiantes en trance de optar por una carrera superior y, por otra, sirven para la planificación de las ofertas educativas de las altas casas de estudio, a fin de diseñar propuestas de formación que respondan a las necesidades verificadas y que, asimismo, les den mejores probabilidades de inserción laboral a los graduados.
Es oportuno señalar que si bien esta orientación informativa es importante no constituye una guía excluyente en el proceso de la decisión. Quien elige una carrera profesional no lo hace pensando sólo en sus posibilidades de encontrar un puesto de trabajo, ya que gravitan en ese proceso las vocaciones definidas, en paralelo con diversificadas constelaciones de intereses, así como los estímulos u obstáculos del contexto familiar y social, entre otras variables de influencia.
A ese cuadro incompleto de factores es indispensable agregarle el tiempo que media entre el comienzo de los estudios y el egreso del joven graduado, tiempo que puede aportar innovaciones imprevisibles. Dicho tramo se caracteriza en nuestra época por el cambio permanente -enunciado paradójico, pero real-, cualidad típica de los procesos de la producción y el trabajo, movilizados por la competencia que se libra en el mercado y por una tecnología incesante en la introducción de innovaciones.
Esta reflexión tiene que servir para que los jóvenes elaboren decisiones profesionales más sólidas y ajustadas a la escurridiza realidad. El estudiante que otrora optaba por una carrera sobre la base de razones de índole personal, hoy debe hacerlo ensanchando la plataforma de un conocimiento objetivo del mundo en que debe actuar. El panorama complejo que se le presenta es un verdadero desafío al que responderá con el éxito si toma conciencia de que sus recursos se cifran en el aprendizaje continuo, admitiendo que toda capacitación reclamará posteriores esfuerzos de recapacitación y, eventualmente, hasta de reconversión profesional. De ahí que, para avanzar en su actividad laboral, se requiera poner de manifiesto habilidad para aprender, resolver problemas, tomar decisiones correctas y, también, ser creativo.
Sobre estas pautas básicas debe considerarse la información de las demandas actuales que encabezan los profesionales de la ingeniería, la informática, la biotecnología, el turismo y la hotelería, a quienes se les abren mejores posibilidades de trabajo, como ocurre, también, con carreras nuevas como la ecología urbana y el saneamiento ambiental, sin omitir, tampoco, las renovadas orientaciones que ahora ofrecen las carreras más tradicionales, como administración, contaduría, medicina o derecho, que siempre renuevan sus perspectivas de desarrollo.

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