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La Nación: El 10% de los alumnos universitarios no leyó ningún libro el año último

Una encuesta sobre 1100 estudiantes revela que el 40% estudia con fotocopias; inquietud de editores. El 34 % no leyó fuera de sus estudios. En las universidades se fotocopian más de 2500 millones de páginas por año. La industria pierde $ 300 millones .

Un 10% de estudiantes universitarios admite que no leyó ningún libro completo el último año. Sólo el 23% leyó entre uno y dos libros y un 22% leyó más de seis títulos. El 45% admitió haber leído entre tres y seis textos.

La alarma cunde si esas cifras se completan con las que siguen: entre quienes dicen leer, un 37% lo hace a través de fotocopias, en tanto que el 63% dice que lee directamente libros.

Pero la sorpresa no acaba allí. Pues a mayor cantidad de libros leídos, mayor el porcentaje de fotocopias que reemplazan esos libros. Cinco de cada diez universitarios leyó más de seis títulos en fotocopias, en tanto que tres de cada diez leyeron fotocopiados entre uno y dos libros.

Mientras el 38,6% se inclina por la lectura de esparcimiento, el 34,9% no leyó ni un solo libro por placer en el último año, y el 24,7% admitió no haber leído ningún libro de estudio. El 67,5% dijo que aceptó la recomendación de profesores para decidir la compra de libros. Consultados sobre otros tipos de lectura, el sondeo mostró que un 93,6% lee capítulos sueltos de libros, en tanto un 40,9% dijo haber leído artículos en revistas científicas.

Hay más: en el ámbito universitario se reproducen ilegalmente más de 2552 millones de páginas de libros por año, que equivalen a 7.292.004 ejemplares. Con estos guarismos, la industria editorial sufriría un perjuicio próximo a los $ 300 millones por año. Un 60% del material fotocopiado está protegido con derechos de autor.

Los datos mencionados son parte del "Estudio sobre la fotocopia de libros en las universidades", realizado sobre 1100 alumnos de las universidades de Buenos Aires (800) y de Rosario (300), a instancias del Centro de Administración de Derechos Reprográficos (Cadra). Es una entidad sin fines de lucro que reúne a editores y autores con vistas a conseguir la merma en el uso de fotocopias y la extensión de licencias que habilitan el fotocopiado de sólo el 20% de las obras que tengan autorización de sus autores. 

Un mal hábito cultural

El uso de fotocopias de libros es habitual en el sistema educativo de nuestro país, en todos sus niveles. Consultado por LA NACION, el presidente de Cadra, Carlos Pazos -que a su vez preside la Fundación El Libro, organizadora de la Feria- dijo que "el uso de las fotocopias en las aulas es una cuestión cultural. Este estudio permite obtener datos ciertos, pues hasta hoy no teníamos un sondeo. Para corregir esta cuestión hay que emprender una acción de concientización con las autoridades y licenciar la fotocopia parcialmente hasta un 20% de un libro, con el consentimiento de su autor".

Pazos alude así a un tema que ha sido zanjado en otros países mediante el otorgamiento de licencias. En España, por ejemplo, se admite hasta un 10% de fotocopias particulares de un libro y hasta un 20% de fotocopias en universidades. En esos casos el fotocopiador paga una licencia por alumno. Pero en la Argentina, las licencias son voluntarias. Según Pazos, el uso de la fotocopia sin límite es tan perjudicial como la piratería editorial.

El gerente editorial de Santillana-Alfaguara, Fernando Estévez, que a su vez integra la Cámara Argentina de Publicaciones (CAP) subraya que "el uso de la fotocopia como la piratería no sólo se explican por la pauperización, sino que se vincula con que el libro no se respeta, está devaluado socialmente y se presta para la demagogia. ¿Cómo perseguir penalmente a quienes proponen la difusión masiva de la cultura y el libro en los sectores de más bajos recursos?"

Agregó: "En los claustros universitarios hay docentes, autores de libros, que admiten el uso de las fotocopias. Ni el poder político ni el Poder Judicial están sensibilizados respecto del problema. La creación intelectual no está valorada en el país".

Carlos De Santos, de la Cámara Argentina del Libro (CAL), dijo que "es falso que en la universidad pública se utilicen más fotocopias que en la privada. Lo que más incide son las carreras universitarias. El número de ejemplares que resultan fotocopiados es absolutamente preocupante. El mercado estudiantil se pierde. Lo paradójico es que la población universitaria que piensa que el libro afecta su bolsillo, por otra parte, compra CD, veranea, compra zapatillas de marca, asiste a conciertos de rock y al cine. Es una cuestión cultural. Nadie se tomaría un yogur vencido, pero sí fotocopia un libro".

Un último dato cierra el escenario: cinco de cada diez alumnos de Ciencias Económicas y cuatro de cada diez de Ciencias de la Salud y de Humanidades y Artes "fotocopia siempre". Como dice Gustavo Canevaro, de la CAL, "muchos universitarios se gradúan sin haber leído un libro".

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