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La Nación: En la UBA hay más de 11.000 docentes que no cobran sueldo

Representan el 37% del plantel de la institución; es un fenómeno argentino

En la Universidad de Buenos Aires (UBA) cada vez hay más docentes que preparan sus clases, las dictan, toman y corrigen exámenes, asisten a reuniones de cátedra, buscan bibliografía y la recomiendan..., y todo sin cobrar un peso por esa tarea.

Según los datos del último censo docente de la institución, realizado el año pasado, hay 11.003 personas que trabajan ad honórem en sus 13 facultades, es decir, el 37% de todo el plantel docente.

La cifra se multiplicó en forma significativa desde la última medición, en el año 2000, cuando se contaron 8480 docentes en esa situación, que representaban el 29,4% del total.

“Me gusta mucho dar clases y no existe otra posibilidad en este sistema. No conozco a nadie que esté dando clases y no haya empezado sin cobrar”, dijo a LA NACION Daniel Stern, que forma parte de una cátedra de Teoría y Práctica de la Comunicación II, en la Facultad de Ciencias Sociales. Está nombrado como docente ad honórem desde principios del año pasado, pero da clases desde mediados de 2002.

Los números del censo revelan otros datos sobre el perfil de estos docentes: la mayoría pertenece a la categoría de auxiliares, es menor de 45 años y hace menos de diez que da clases.

La mayor parte de los profesores que no cobran integra el grupo de los docentes en formación, que deberían nutrir las cátedras y relevar, con el tiempo, a los actuales titulares. Pero, como es lógico, no tienen demasiado tiempo para dedicarse a su carrera académica: el 70% tiene otro trabajo.

También existen profesores, de mayor edad y experiencia, que eligen mantener un cargo ad honórem en la UBA por el prestigio que supone enseñar allí y, en buena medida, por sumar antecedentes para su currículum.

Si se considera que más del 90% del presupuesto de la UBA se utiliza en pagar salarios, se comprende que los docentes que no cobran resultan uno de los recursos que le permiten seguir funcionando.

Las cátedras "reclutan" a los futuros docentes ad honórem entre los alumnos con interés y mejor desempeño en las cursadas, que se incorporan a los equipos docentes y comienzan, en general, trabajando dictando clases prácticas.

"Durante dos años la UBA ni siquiera supo que yo existía, lo cual me parece todavía peor que no cobrar", afirmó el profesor Stern, al considerar que su situación ha mejorado.

De los 29.871 docentes computados en el censo por la UBA, suman 18.868 los que son rentados. 

Sin datos nacionales

No existen mediciones centralizadas que indiquen cuántos docentes trabajan sin cobrar en todas las universidades del país, un fenómeno en buena medida original, porque en muchos países la figura del docente que no cobra no existe.

En el país, según se reconoce, el fenómeno está fuertemente centralizado en la UBA. En efecto, una recorrida por las instituciones más importantes revela un panorama dispar. En la Universidad Nacional de Rosario (UNR), por ejemplo, unos 600 docentes son ad honórem, el 10% de la planta total. En La Plata, según datos del gremio docente de esa institución, hay 2500 docentes ad honórem, es decir, el 30% del total de 8500 profesores.

En otras, como en la Universidad Nacional del Litoral (UNL), no existe la categoría del docente ad honórem. Según contó el secretario general, José Corral, sólo en las facultades de Derecho y Económicas existe la figura del "docente adscripto", "un sistema de promoción para graduados jóvenes que se inician como colaboradores de cátedras, pero sin tareas frente a los alumnos".

Para la Federación de Docentes Universitarios (Fedun), habría unos 30.000 docentes ad honórem en todo el país. "La mayoría está en las universidades grandes, que apelan a ellos para cubrir el crecimiento de la matrícula estudiantil con el mismo presupuesto. En general son las facultades las que los nombran directamente, así que muchas universidades ni siquiera saben cuántos ad honórem tienen", dijo su secretario general, Daniel Ricci.

"Es una situación de total ilegalidad. Son docentes que no existen para el sistema, no están registrados, no tienen seguro de riesgos del trabajo", enumeró Néstor Correa, secretario gremial de la Conadu Histórica. Para ese gremio, los docentes ad honórem rondan los 23.000, la mayoría concentrados en la UBA.

En la principal casa de estudios del país, el 83% de los docentes que no cobran pertenece a la categoría de "auxiliares" (el resto son profesores). Las mujeres superan a los hombres en casi diez puntos: son el 54,6% de este grupo.

En cuanto a la edad, el 70% es menor de 45 años y el 75% tiene menos de diez años de antigüedad en la tarea. El 55% dijo estar realizando o haber terminado estudios de posgrado. Se trata, además, de docentes fieles a la institución: sólo el 13% (1393 personas) se desempeña en funciones como profesor en otras universidades.

Sin embargo, como suele ocurrir en la UBA, las diferencias entre facultades son significativas.

Así, la Facultad de Medicina es la que más docentes ad honórem tiene, con un promedio de 41% -cifra abultada por los docentes que trabajan en los hospitales-, y en el otro extremo se ubica la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, con el 0,3 por ciento. Derecho tiene el 13,5%; Económicas, el 9,5%, y Arquitectura, el 8,3 por ciento.

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