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La Nación: Escenario: Un panorama de difícil lectura

En algo coinciden los representantes de las fragmentadas tendencias políticas que hoy conviven en la UBA: todavía es temprano para definir candidaturas a ocupar el Rectorado durante los próximos cuatro años.

03 de noviembre de 2005, 12:22.

Alianzas entre agrupaciones políticas que cuesta seguir y entender, rupturas y recomposiciones, la falta de frentes sólidos y de figuras que puedan convocar voluntades dibujan, todavía, un panorama de difícil lectura.
Sin embargo, los recientes resultados de las elecciones en los claustros permiten ver algunas tendencias: la izquierda se sigue imponiendo en los claustros de estudiantes, mientras entre los graduados logran solidez alianzas entre agrupaciones de origen radical, independientes y de centroizquierda, que podrían anticipar futuros intereses comunes.
Entre los nombres en danza para el Rectorado, el actual rector, Guillermo Jaim Etcheverry, no niega su voluntad de volver a postularse, pero no tiene precisiones sobre las voluntades que lograría reunir.
Su apoyo fundamental para ganar la primera vez -la lista de profesores Reconstrucción Universitaria- no se reiteraría esta vez. En ese grupo se anotaron ahora en la carrera al Rectorado el decano de Agronomía, Fernando Vilella, y el ex decano de Veterinaria Aníbal Franco. Pero todavía no hay definiciones.
Dentro de ese grupo, muchos le reprochan a Jaim Etcheverry su resistencia a "hacer política" y generar consensos entre distintos grupos internos, una habilidad que en la complicada UBA puede resultar clave.
Del lado de la oposición más abierta se suceden en estos días las reuniones para ir definiendo lealtades y posibles alianzas, aunque también allí hay intereses diversos.
Allí circula con fuerza el nombre del decano de la Facultad de Derecho, Atilio Alterini, aunque no faltan quienes sugieren que, de no contar con la seguridad del triunfo, Alterini preferiría un segundo período en la facultad -al que accedería de manera contundente- antes de intentar el salto.
Los apoyos de la izquierda siguen siendo una incógnita, en una elección que movilizará a la universidad más importante del país, con 294.038 estudiantes y 27.603 docentes.
* * *
En medio de los análisis políticos, un dato entre los resultados de las elecciones pasa inadvertido, pero es, quizá, representativo de uno de los problemas institucionales más profundos que enfrenta la UBA.
Si se suma la cantidad de profesores que emitieron su voto en las trece facultades -y que, de hecho, ejercen la autoridad más numerosa y más fuerte en la universidad-, sólo representan a algo más del 9% de quienes dictan clases en la institución.
Debido a que sólo los profesores regulares -concursados- componen el padrón y por eso pueden elegir y ser elegidos para los consejos directivos, y los concursos docentes están retrasados en muchas facultades, el claustro docente resulta, así, uno de los menos representativos.
Hace cuatro años hubo un compromiso de convocar a una asamblea universitaria que estudiara posibles modificaciones al estatuto -un continuo reclamo de los estudiantes-, e incluso se estableció un período para la presentación de proyectos. La asamblea nunca se convocó.

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