De paso por España, rumbo a la Asamblea de Ministros de Educación de países miembros de la Unesco, que delibera en Ginebra, Filmus explicó que, como lo hizo Sarmiento en su momento, pelea \"por recuperar la visión de la educación como eje para el desarrollo\". Y dijo que uno de sus objetivos es \"terminar con la cultura del «zafe» en todos los niveles y recuperar la del libro, el estudio y el esfuerzo\".
Convencido de que el Ministerio de Educación tiene capacidad para generar objetivos centrales, pese a no contar con escuelas a su cargo, opinó que, seguramente, hoy Sarmiento recuperaría la esperanza en el sistema educacional del país.
Eso, aun cuando padece tres problemas fundamentales. \"No se cumple con la escolaridad obligatoria; los que están en las aulas aprenden menos de lo deseado y la desigualdad es enorme: un alumno de Buenos Aires egresa sabiendo el 50% más que un chico de otras regiones del país\", dijo.
En una entrevista con LA NACION, Filmus defendió la universidad gratuita y afirmó que el arancelamiento no es una estrategia para la Argentina.
-Pese a su propósito, no parece que la educación sea hoy eje de desarrollo en nuestro país.
-Peleamos por recuperarlo. Y si no lo logramos, no habrá otra Argentina. El país creció el 8% el año pasado y los pronósticos para éste hablan del 5 al 7 por ciento. Pero el elemento central, aun creciendo, es que sin educación estamos condenando a la marginalidad perpetua a grandes sectores sociales. Todos los problemas -inseguridad, desempleo- son problemas de educación.
-Las mediciones revelan que el nivel de aprendizaje es bajo.
-Bajaba -es cierto-, pero estamos en el punto de inflexión.
-¿En qué se basa para afirmarlo?
-El presupuesto educativo creció el 40% entre 2003 y 2004.
-¿Es sólo una cuestión de inversión?
-En gran medida, sí. Tal vez, la inversión sea la mitad del problema. Faltan las transformaciones culturales y pedagógicas. No se trata de repetir lo que hizo Sarmiento, sino de actuar como él: con respuestas originales para una situación distinta.
-¿Cuál es el peor mal de la educación argentina?
-Hay dos temas con la misma envergadura: cantidad y calidad. Los diez años de escolaridad obligatoria no se cumplen; casi el 20% de los chicos está fuera del sistema. Y los que están adentro aprenden menos de lo que deseamos. Lo peor es la enorme desigualdad.
-¿Cómo se sale?
-Lo que hacemos es compensar desigualdades con recursos: el Estado nacional le da al que menos tiene. Luego, tratamos de acordar contenidos básicos de aprendizaje comunes para tener en claro con qué se aprueba cada grado.
-Eso suena muy básico.
-Es que uno de los grandes temas de la Argentina es que se bajó la exigencia. Y eso no tiene que ver con recursos. Queremos retomar la idea de mejorar. Los docentes, a través del Estado, deben recuperar autoridad para poder exigir más.
-Hablando de autoridad, la Universidad de Buenos Aires dijo que no rendiría cuentas hasta que le triplicaran el presupuesto.
-Una cosa no puede ser condición para la otra. Pero no estaría bien que el Estado nacional impusiera a las universidades. Sólo podemos sentarnos y tratar de acordar.
-¿Hay o no demasiados psicólogos y médicos?
-No lo sé. La universidad puede regular los mecanismos de ingreso que le parezcan. El Estado puede controlar la calidad con que se forman los médicos.
-¿Es lógica la universidad gratuita con la precariedad de la enseñanza básica?
-Sí: en eso no daremos marcha atrás. Si hay una posibilidad de recuperar el costo de la universidad gratuita, será por parte de los graduados y no del estudiante. Eliminar la universidad gratuita no es una estrategia para la Argentina. Hasta la oposición dejó de usar ese discurso que empleó en campaña.
-¿Aun con un sistema que hoy prioriza el comedor escolar más que el trabajo en el aula?
-Ese es el vuelco central que tenemos que dar. En los años 90, la política educativa fue concebida como asistencial. La escuela tuvo que dejar lo pedagógico para tomar lo asistencial. Nuestro esfuerzo hoy es girar el eje de la gravedad nuevamente hacia lo pedagógico.
-¿Cómo logra eso un ministerio que no maneja escuelas?
-Es un ministerio sin escuelas, pero con alta capacidad para generar un objetivo central. Si en una época esa finalidad fue \"no exijan, no pidan libros; lo importante es la contención\", nosotros queremos volver al discurso pedagógico. Todo lo demás el chico lo podrá resolver en otro lado, pero el aprendizaje sólo lo resuelve en la escuela. No es un problema de dinero, porque hasta los ricos dejaron de comprar libros y en la universidad se estudia con fotocopias. Queremos terminar con la cultura del \"zafe\".
-¿Cree que Sarmiento estaría satisfecho?
-Creo que con los datos del trabajo que se está haciendo, al menos recuperaría la esperanza.