En el día después de la violenta cuarta suspensión de la asamblea que debe elegir a un nuevo rector en la Universidad de Buenos Aires (UBA), el conflicto se trasladó al escenario estudiantil. Mientras los no docentes realizaron ayer un paro que dejó a la mayoría de las facultades cerradas o con un funcionamiento mínimo (hoy se espera que retomen la actividad normal), un grupo de estudiantes de cuatro facultades, que cuestionan la legitimidad de las agrupaciones de izquierda que conducen la FUBA, decidió separarse y armar una mesa de conducción paralela. Sin embargo, aunque los cuestionamientos a la FUBA por no renovar sus autoridades desde 2003 alcanzan a varias agrupaciones, no todas se sumaron a esta fractura.
En tanto, la conducción de la FUBA, que anteayer volvió a impedir la asamblea al tomar la Facultad de Medicina, presentó una denuncia judicial por "lesiones graves y leves, y amenazas coactivas" contra el decano de Derecho, Atilio Alterini, y Apuba, el gremio no docente, con quien se enfrentaron a los golpes.
Con 11.000 empleados, los no docentes son una fuerza poderosa, con la que decanos y rectores buscan mantener buenas relaciones porque, como se suele repetir, "son los únicos que pueden paralizar la UBA si quieren". De hecho, cumplen tareas administrativas, de mantenimiento, técnicas y profesionales en las trece facultades y los cuatro hospitales.
No tienen, sin embargo, poder de decisión política, porque no participan de los órganos de gobierno de la UBA, uno de sus reclamos tradicionales, que los estudiantes siempre acompañaron. Las relaciones entre ambos grupos, que estallaron anteayer a los golpes, se volvieron tensas últimamente, cuando la conducción de Apuba, que encabeza Jorge Anró, definió su apoyo a Alterini.
En tanto, la secesión en la FUBA fue impulsada por estudiantes de Ciencias Económicas, Odontología, Derecho y Farmacia, que anunciaron ayer la creación de la "FUBA de los Estudiantes" y, a pesar de que inicialmente se presentaron como "una fractura", lo relativizaron luego.
Autoridades desconocidas
"Desconocemos a las seudoautoridades de la FUBA por tener caduco su mandato. Pero la idea no es irnos ni hacer una elección paralela de autoridades, sino pedir que la FUBA se normalice con el estatuto que tiene", dijo a LA NACION Martín San José, del centro de estudiantes de Económicas, conducido por Nuevo Espacio, que reúne a ex militantes de Franja Morada e independientes. Junto con otras agrupaciones, apoyan a Alterini y tendrán tres representantes en el Consejo Superior.
En tanto, muchos de los que también rechazan a la actual conducción de la FUBA por "ilegítima" no aceptan quebrar las instituciones. "No vamos a entrar en nada que pueda ser visto como una instancia de ruptura de la FUBA. Desconocemos a estas autoridades, pero vamos a pelear a través de los canales institucionales", dijo Joaquín Cara, del Colectivo para la Transformación Universitaria. Con las mismas palabras se expresaron en el centro de estudiantes de Medicina, que conduce QRS.
La conducción de la FUBA no se preocupó por el intento de secesión. "Esto hace peligrar la unidad del movimiento estudiantil. Siempre quisieron desprestigiar a la FUBA y debilitar a esta conducción porque no se bancan ser minoría", dijo el presidente de la FUBA, Agustín Vanella. Contó que decidieron convocar al postergado congreso de renovación de autoridades el 13 de mayo, después de que el sábado último no pudieron realizarlo por falta de quórum.
En el grupo opositor afirman que tienen votos para ganar a la izquierda, pero desconfían del manejo de la conducción para determinar el número de delegados que corresponde a cada facultad.
Por Raquel San Martín De la Redacción de LA NACION
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