A un mes de que finalice el mandato de su actual rector, Guillermo Jaim Etcheverry, la Universidad de Buenos Aires (UBA) sigue sin tener quién lo suceda. Pero ahora acaba de iniciar una crisis institucional inédita, que la ubica en el límite de la fractura.
Ayer, los asambleístas que se acercaron al Colegio Nacional de Buenos Aires, donde estaba convocada la nueva asamblea, encontraron el mismo escenario que el martes: agrupaciones estudiantiles de izquierda, encabezadas por el Partido Obrero y el MST, ocupaban la entrada del edificio, impedían el ingreso y repudiaban fuertemente la candidatura a rector del decano de la Facultad de Derecho, Atilio Alterini, por su actuación como juez y funcionario municipal durante la última dictadura.
Mientras el rectorado -tras hacer una denuncia judicial por "usurpación del espacio"- convocaba a una reunión de Consejo Superior el lunes próximo para poner fecha a una nueva asamblea, los partidarios de Alterini, en una demostración de mayoría, se autoconvocaron y declararon iniciada la asamblea, con 132 representantes, en la Facultad de Farmacia y Bioquímica. Dos horas más tarde, la izquierda declaró desconocer "la validez jurídica" de la "supuesta asamblea autoconvocada y sus decisiones".
El escenario quedó ahora abierto, presa de interpretaciones reglamentarias, versiones de rupturas y negociaciones políticas. En la lista de candidatos, además de Alterini, siguen anotados Jaim Etcheverry y el ex decano de Agronomía, Fernando Vilella. A ellos se sumó el investigador Alberto Kornblihtt, elegido por la izquierda para representar su espacio. El ex decano de Ciencias Exactas, Pablo Jacovkis, y el decano de Ciencias Sociales, Federico Schuster, declinaron sus candidaturas en su favor.
En un comunicado difundido ayer, Jaim Etcheverry rechazó la asamblea de los partidarios de Alterini: "Desconociendo las más elementales normas democráticas, ejercieron el poder discrecional de las mayorías, creando una fractura inédita en nuestra universidad", escribió. También criticó a los estudiantes, a quienes endilgó "la actitud antidemocrática de quienes consideran que hacer oír su opinión requiere callar a los demás".
Sin referirse concretamente a argumentos legales para rechazar la asamblea, el rector hizo "un llamamiento público a respetar las más elementales normas de convivencia y nuestro ordenamiento jurídico".
Convocatoria y rechazo
Entre nervios y euforia, aplausos y cantos de apoyo, los partidarios de Alterini -132 asambleístas, más que los 119 necesarios para ganar una primera vuelta- se apoyaron en el artículo 90 del estatuto para constituirse como asamblea, el que dice que el cuerpo puede convocarse a pedido de un tercio de sus integrantes. Desde su punto de vista, hubieran podido incluso elegir a Alterini como rector.
En el estrado del salón de actos de la Facultad de Farmacia se sentaron Alterini y siete decanos: los de Ciencias Económicas, Alberto Barbieri; de Psicología, Sara Slapak; de Veterinaria, Rubén Hallú; de Odontología, Beatriz Guglielmotti; de Ingeniería, Carlos Rosito; de Medicina, Alfredo Buzzi, y el decano de la casa, que además fue elegido presidente de la asamblea, Alberto Boveris. Tras pasar lista ante escribano, se decidió por aclamación llamar a un cuarto intermedio y pedir al rector que reanude la asamblea con el resto de los participantes, "no antes del 18 de este mes".
"Representamos la garantía de democracia de la universidad. Tenemos que agotar las instancias para que el rector presida la asamblea y que se integren los otros consejeros. Jaim Etcheverry tiene que hacerse cargo", dijo Slapak. Durante la asamblea, intentaron comunicarse telefónicamente con el rector, pero, según Boveris, no pudieron ubicarlo. Según advirtió LA NACION, el rector estaba en el Ministerio de Educación, en la asunción de las nuevas autoridades de esa cartera.
La convocatoria para "no antes del 18 de abril" fue el punto que suscitó controversia. Varios querían hacerlo antes, temerosos del desgaste que puede suponer el paso del tiempo, pero la proximidad de los feriados de Semana Santa y la necesidad de "descomprimir" la situación se impusieron.
Desde la izquierda, en tanto, la respuesta fue rápida y contundente. A dos cuadras de allí, en la Facultad de Ciencias Sociales, se reunieron los cuatro decanos que encabezan ese espacio: el de Ciencias Sociales, Federico Schuster; de Ciencias Exactas, Jorge Aliaga; de Filosofía y Letras, Hugo Trinchero, y de Arquitectura, Jaime Sorín. En el medio, se ubicó Kornblihtt.
Allí, desconocieron la "validez jurídica" de la asamblea, por ignorar "los principios de transparencia, publicidad y democracia que deben regir la vida universitaria". Se apoyaron en el argumento de que "no hay falta de funcionamiento de los cuerpos de gobierno de la UBA; hay legalidad y no hay ninguna situación extraña que avale esta asamblea", dijeron.
"Es un acto político que tendrá consecuencias. No fue una asamblea, sino un grupo que se reunió como bloque. Esta actitud atenta contra la vida democrática y marca la forma de hacer política de esos actores", dijo Kornblihtt. Aseguraron que el lunes acudirán al Consejo Superior para poner fecha a una nueva asamblea.
En los últimos días, miembros de este espacio intentaron negociaciones con los estudiantes. Según supo LA NACION, los alumnos se mostraron intransigentes: sólo aceptarían no impedir la realización de la asamblea si Alterini depusiera su candidatura.
Pero, de ese lado, todas las preguntas sobre el supuesto desgaste del candidato se responden negativamente. "Nunca pensé en renunciar", repite Alterini y afirma que los cuestionamientos que se le hacen son "una infamia".
Por Raquel San Martín De la Redacción de LA NACION
Kornblihtt, el candidato que eligió la izquierda
El biólogo quiere una UBA distinta
Alberto Kornblihtt estrenó ayer su identidad de candidato a rector por la izquierda en un día agitado, que le exigió declaraciones públicas, negociaciones privadas y hasta pedirle prestado el teléfono celular a su hijo.
Biólogo especializado en biología molecular, investigador principal del Conicet, profesor titular plenario de la Facultad de Ciencias Exactas, Kornblihtt, de 51 años, insistió en presentarse como el candidato de un espacio político que lo eligió como "referente de un modelo distinto de universidad, ante el peligro de que puedan retornar el shuberoffismo y el radicalismo universitario, que significan el regreso de las políticas prebendarias".
"El hecho de que hayan pedido una asamblea con ingreso restringido es un reflejo del tipo de política que practican y proponen", dijo el investigador, en diálogo con LA NACION, en un bar cercano al Colegio Nacional de Buenos Aires, rodeado por los cuatro decanos que apostarán por su candidatura.
-¿Cuál es el modelo de universidad que representa su espacio?
-Una universidad pública, gratuita y laica, abierta a la sociedad y generadora de conocimientos. Creemos que la lucha por el presupuesto es genuina. La universidad está mantenida por los bajos salarios docentes y la baja inversión en infraestructura y equipamiento. La universidad necesita un presupuesto acorde con su masividad, que no es incompatible con la calidad. No hay que tener miedo a la movilización, que es genuina y no destructiva cuando está encabezada por las autoridades.
-¿Cuáles serían sus propuestas concretas de gestión?
-Estamos mucho más cerca de la universidad generadora de conocimientos que de la universidad profesionalista. Debe haber un aumento de las dedicaciones exclusivas, una solución para los docentes ad honórem, un desarrollo del pensamiento crítico.
-¿Qué opina de la gestión del rector Jaim Etcheverry?
-Tuvo aciertos y falencias. El rector, por sus características personales, no supo construir una base de sustentación en los sectores más sanos de la universidad. Se quedó un poco solo. Jaim Etcheverry se va por las cosas buenas que hizo. No se le perdona que no haya comprado ni vendido.
-¿Cómo se define políticamente?
-Soy de izquierda. Tengo una trayectoria, aunque no estoy afiliado a un partido. Para mí, eso significa, en cada situación, caer del lado del interés social y no del individual.
-¿Qué piensa de las objeciones que se hacen a Alterini?
-Alterini fue funcionario de la dictadura y sería una mala señal que fuera elegido, pero lo más importante es el tipo de política universitaria que representa. No cambiaría mucho que ganara otro candidato de ese espacio.
Para entender la crisis
Reglas de la elección
-¿Cómo se elige al rector de la UBA?
-Se constituye la Asamblea Universitaria, integrada por 236 miembros (decanos y representantes de profesores, graduados y alumnos), que consagra rector a quien obtenga la mitad más uno de los votos (119 sufragios).
-¿Por qué no pudo reunirse la asamblea?
-La conducción de la FUBA, en manos de agrupaciones de izquierda, ocupó dos veces (el martes y ayer) el Colegio Nacional de Buenos Aires e impidió que se constituyera la asamblea.
-¿Qué le objetan a Alterini?
-Le reprochan haber sido juez y director general de Asuntos Jurídicos de la municipalidad porteña durante la última dictadura militar.
-¿Por qué la UBA está a un paso de la ruptura?
-Al no poder sesionar en la sede prevista, el sector que responde a Alterini (132 delegados) se reunió ayer en la Facultad de Farmacia y declaró iniciada la asamblea. Pasó a cuarto intermedio para elegir rector el 18 de este mes.
-¿Es válida esa convocatoria?
-Cuatro decanos y decenas de asambleístas de izquierda desconocieron la validez de la sesión realizada ayer en Farmacia y Bioquímica y pidieron que el Consejo Superior fije el lunes próximo una nueva fecha para la asamblea. El rector Guillermo Jaim Etcheverry también le negó validez a la reunión de ayer. Cada sector se ampara en las disposiciones del estatuto universitario.