"No hay trabajo para todos y estamos muy lejos de concretar esa utopía", dice el doctor Rubén Veiga, titular de la Federación Argentina de Graduados en Ciencias Económicas.
"Si bien nuestra profesión nace como liberal e independiente, la gran concentración y la terrible crisis de los últimos años nos fueron empujando hacia salidas laborales con alguna estabilidad en los ingresos. La relación que tenía nuestra actividad se revirtió y hoy son mayoría los colegas que se desempeñan en trabajos en relación de dependencia. El Estado es, seguramente, el mayor empleador", dice Veiga, en diálogo con LA NACION.
Según datos proporcionados por la FAGCE, en la Capital Federal habría unos 82.000 profesionales entre contadores públicos (de los cuales 51.000 están matriculados), licenciados en economía, licenciados en administración de empresas y actuarios, que son profesionales con formación en matemáticas y cálculo, especializados en el tratamiento técnico de las operaciones financieras, de los seguros y de la previsión social.
En esta ciudad se concentra un poco más del 50% de todos los profesionales en ciencias económicas, de la mano de la gran demanda que implican las grandes empresas y corporaciones internacionales con sede en Buenos Aires y la colosal estructura de la administración pública nacional y judicial. "Si sumamos a los del resto del país, habría unos 160.000 profesionales en ciencias económicas en toda la Argentina", estima Veiga. Según datos recientes del Indec, de esa cantidad, 105.987 están matriculados.
La profesión está regulada por ley y son los consejos profesionales los que tienen, delegado por el Estado, el poder de policía y el control de la matrícula. Para ejercer la tarea profesional en forma independiente se requiere estar matriculado en el consejo que corresponda al domicilio legal del profesional.
La Federación Argentina de Colegios Profesionales en Ciencias Económicas representa a 23 consejos de todas las provincias del país. El número 24 -el de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires- hoy no está adherido por decisión propia.
El contador público Miguel Arcángel Felicevich, presidente de la Federación, cree que las universidades argentinas preparan más profesionales de los necesarios. "Eso hace que la tarea profesional, sobre todo en épocas de crisis, se pauperice." En estos casos, muchos llegan a cancelar sus matrículas, que tienen un costo promedio de $ 20 por mes.
Perspectivas
Son cinco las carreras comprendidas dentro de las ciencias económicas: contador público, licenciado en administración de empresas, licenciado en economía, actuario y licenciado en sistemas de información.
La Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires, con 62.000 alumnos de grado y 2500 de posgrado, es la más numerosa de América latina . De los alumnos de grado, el 56% sigue la carrera de contador público; el 32%, la licenciatura en administración; el 10%, la licenciatura en economía; el 1%, la carrera de actuario, y otro 1%, la licenciatura en sistemas, carrera recientemente creada a partir del notable impulso de las actividades vinculadas con los negocios a distancia: e-commerce, e-learning, e-banking, entre otras.
Carlos A. Degrossi, decano de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA), comenta que en los últimos años la matrícula total viene descendiendo a un ritmo del 1% por año, si bien la de la licenciatura en administración de empresas crece. También destaca que los últimos cambios en los sistemas productivos transformaron el perfil tradicional de contadores, economistas y administradores, de trabajadores independientes en trabajadores en relación de dependencia. Pero no ve problemas de inserción laboral.
"Se trata de profesionales muy demandados en el sector público y en la empresa privada", dice. "Además, si pensamos en un país que debe crecer significativamente, necesitamos más graduados universitarios en general y de las ciencias económicas en particular", asegura.
Distinta es la visión del licenciado Pedro Alejandro Basualdo, profesor titular de la UBA y especializado en el Instituto Tecnológico de Massachussets y en Harvard. "El problema es la gran cantidad de egresados de las universidades, que no pueden ser absorbidos por el sistema. Cada vez hay más egresados para menos puestos de trabajo", dice.
Para Basualdo, que es candidato a decano de la facultad para las elecciones de octubre, las mejores oportunidades laborales son para los contadores y licenciados en administración en primer término, en puestos de trabajo gerenciales en diversas industrias, con las fluctuaciones que impone la economía argentina. Sí pareciera haber mayores dificultades de inserción laboral para los licenciados en economía. Para estos, en ocasiones es más sencillo incorporarse al ámbito público que a una empresa privada.
En el nivel de la formación, lamenta la poca vinculación que tienen las currículas, en general, entre teorías y prácticas. "La internacionalización de las profesiones y el avance de las denominadas tecnologías de la información y las telecomunicaciones ha generado la necesidad de un aggiornamento. Sin duda, la UBA se encuentra en esa tendencia, aunque todavía en algunas de las disciplinas -sistemas, administración- no lo ha plasmado", dice Basualdo.
De acuerdo con las estadísticas, en las disciplinas de las ciencias económicas existen alrededor de 50.000 inscriptos nuevos por año solamente en las universidades estatales. La Facultad de Ciencias Económicas de la UBA tiene un promedio de 3500 egresados por año. Se calcula alrededor de 12.000 graduados por año en el resto del país.
"Masividad y excelencia educativa son conceptos difíciles de compatibilizar", sostiene Basualdo. A su entender, cualquier análisis serio arrojaría que resulta imposible que la situación actual del país pueda absorber adecuadamente tal avalancha de graduados.
Miscelaneas
Cuarenta y una universidades privadas y treinta y cuatro universidades públicas dictan carreras relacionadas con las ciencias económicas. Según datos del Ministerio de Educación (año 2003), 153.000 alumnos cursan la carrera de contador público en todo el país.
El Colegio de Graduados en Ciencias Económicas se creó en 1891, por iniciativa de nueve contadores. Son muchos los colegios y asociaciones de graduados que funcionan en la mayoría de las provincias del país, algunos muy antiguos y con una rica e intensa actividad.
El 20 de junio se conmemora en nuestro país el Día del Graduado en Ciencias Económicas, en homenaje a Manuel Belgrano, considerado el primer economista argentino y primer secretario del Consulado de Buenos Aires.
Esa entidad tenía el carácter de Tribunal de Justicia para pleitos mercantiles y de Junta de Protección del Comercio y sus ramas. Desde ese cargo, Manuel Belgrano comenzó a difundir ideas innovadoras de índole económica y social.
Experiencias
Rubén Veiga, Titular de la Federación Argentina de Graduados en Ciencias Económicas
"No hay trabajo para todos. Si bien nuestra profesión nace como liberal, la crisis nos empujó hacia otras salidas laborales."
Pedro Alejandro Basualdo, Profesor de la UBA
"El avance de las tecnologías de la información y las telecomunicaciones ha generado la necesidad de un aggiornamento. La UBA se encuentra en esa tendencia."
Miguel Arcángel Felicevich, Presidente de la Federación Argentina de Colegios Profesionales en Ciencias Económicas
Sostiene que la abundancia de profesionales deteriora las condiciones en que se desarrolla la actividad.
Iniciativa propia y disponibilidad
Se valora en especial la actitud positiva
"En un momento de permanentes cambios, además de una profunda formación académica, se requieren profesionales con iniciativa, disponibilidad y motor propio", dice el doctor Daniel Razzetto, socio del estudio Razzetto-López-Rodríguez Córdoba & Asociados.
"Se necesita gente que genere buenas relaciones humanas, actitud positiva y continuas soluciones", asegura. A su entender, existen cuatro ámbitos en los que puede desempeñarse un profesional en ciencias económicas: empresas, estudios contables, emprendimientos independientes o la esfera pública.
Oportunidades
"Para un joven profesional un estudio ofrece innumerables posibilidades porque brinda una metodología de trabajo y otorga la oportunidad de aprender una variedad de situaciones y adquirir experiencia y conocimiento en diferentes industrias y especialidades. Así, puede detectar qué actividad o rama de la profesión le interesa más para su desarrollo", asegura.
En cuanto a la formación académica, Razzetto tiene una mirada crítica. "Se estudia muy poco en la universidad, los libros de texto no son utilizados como antes y los estudiantes toman apuntes y leen sólo eso." Además, las universidades públicas tienen escasos recursos y excesivo ingreso de estudiantes que abandonan en los primeros años de la carrera. "Todo el costo, tiempo y espacio invertidos en esa gente generan inevitablemente falta de atención a los estudiantes que logran llegar al final de la carrera."
También cada vez son más los estudiantes que trabajan durante sus estudios. Según Carlos A. Degrossi, el Censo 2004 realizado en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA arrojó que el 70% de los alumnos trabaja.
Las deficiencias de grado conducen a inevitables exigencias posteriores en lo que hace a la formación y a la especialización. Esto explica, en buena medida, el auge de los posgrados.
Según demuestran las estadísticas, el más requerido es el MBA. "Pero también hay otras especialidades muy buscadas por nuestros graduados, como por ejemplo la tributación, las finanzas y el marketing", dice el decano Degrossi.
La experiencia suma
Durante los últimos dos años la demanda de contadores y licenciados en administración de empresas fue del orden del 15% de la demanda total de profesionales.
"En términos absolutos, creció desde aproximadamente 160 hasta unas 280 búsquedas publicadas por mes en ese período", dice Alfredo Bernardi, director de la consultora Liderar. En líneas generales, el 70% son requerimientos para profesionales junior; el 20%, para seniors, y el 10% restante, para mandos medios y superiores.
Según adelanta Bernardi, el sueldo inicial de un junior es del orden de $ 1500 por mes, mientras que el de un senior se estima en un 30-50% superior o aún más, si posee experiencia acreditada. "En ambos casos, el valor depende fuertemente del tipo de empresa y del sector de actividad", dice.
"No tenemos información sistematizada sobre economistas, pero puedo adelantar que son menos demandados por las empresas", concluye Bernardi.
Con respecto a los honorarios, los de contador público y licenciado en administración de empresas se encuentran desregulados, excepto en algunas provincias en las que se establecen ciertos parámetros obligatorios.
Por Carmen María Ramos, Para LA NACIÓN
La Nación: Hay cada vez más graduados para menos puestos de trabajo
Las mejores perspectivas son para los contadores y los licenciados en administración de empresas