"Cuando hablamos, producimos cosas que se desvanecen en el momento en que las decimos -afirma la investigadora, que hoy dará una conferencia en el Congreso Mundial sobre Bibliotecas e Información-. La escritura permite construir una inmovilidad y hace simultáneo lo que es necesariamente sucesivo en el habla."
-¿Qué cosas aparecen en la escritura que no están en la oralidad?
-Por ejemplo, la palabra. Tenemos la ilusión de que las palabras son anteriores a la escritura y que cuando las separamos lo único que hacemos es expresar ese conocimiento previo que teníamos como hablantes. Sin embargo, basta una prueba elemental, el español del siglo XVI, para darse cuenta de que en otras épocas no se separaban las palabras como hoy. Y hay algo más interesante: allí donde no ponían separaciones durante el siglo XVI, es precisamente donde los chicos piensan que no hay que separar. Por ejemplo, antes no separaban las partículas "se", "lo"; los chicos hoy tienen que aprender que "se", es una palabra y "lo", otra. La escritura no es el reflejo del habla, sino un fenómeno cultural creado durante siglos de uso que tiende a cierta estabilidad gráfica.
-¿Cómo influye esto en la enseñanza de la escritura?
-Mientras el adulto suponga que el chico tiene una idea preexistente de "palabra" que es idéntica a la que propone la escritura, ése será un lugar de desencuentros.
-¿Cómo se explica la rapidez con que los chicos adquieren el lenguaje?
-A medida que se produce el crecimiento, se produce también el decrecimiento de las curvas de aprendizaje. Estamos menos disponibles para el aprendizaje. Y hay una razón muy simple: ellos no pueden dejar de crecer. Crecer es cambiar y aprender es cambiar. No pueden dejar de aprender, porque no pueden dejar de crecer. El chico cambia, porque no puede dejar de crecer; en cmabio, el adulto cambia cuando está obligado a cambiar. Que es lo que nos pasó a los adultos con la llegada de la computadora.
-¿Qué debería tener en cuenta un maestro a comienzos del siglo XXI?
-Sin saberlo, algunos maestros pretenden alfabetizar para el siglo XIX. Quieren ir paso a paso, de lo supuestamente simple a lo supuestamente complejo, de lo próximo a lo distante, en fin, toda una serie de mitos educativos que lo menos que uno puede hacer hoy es cuestionarlos. Desde que la televisión está en todas las casas, la distinción próximo-distante se borró. Los chicos de hoy han visto más jirafas y leones, que vacas...
-¿Es posible lograr el pleno acceso a la lectura y la escritura?
-La escuela suele bajar los objetivos. Cuanto más pobre es la población, menos se espera de ella, con lo que se entra en un círculo vicioso y termina comprobándose la predicción: eran pobres, por eso aprenden poco. Yo sostengo que cuanto más difíciles son las condiciones educativas, más altos tienen que ser los objetivos. Bajar el objetivo escolar es fatídico, porque terminamos todos empobrecidos... Si yo llego a un lugar convencido de que no se puede, pues no se va a poder. Así de simple.
-Están quienes dicen que por la computadora no se lee ni se escribe y los que dicen lo contrario. ¿Usted qué opina?
-La computadora es algo fascinante. Las primeras pantallas eran espacios de escritura. Con Internet ya esa pantalla es correo, música, films... Entonces, también es un espacio de juego y de diversión. El chico puede preferir el uso como juego, pero si soy docente y asumo la computadora como material didáctico la voy a usar para otra cosa.