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La Nación: Importante distinción a dos científicos argentinos

Son Ernesto Calvo y Eduardo Arzt, de la UBA y el Conicet

09 de agosto de 2005, 12:45.

Se incorporan a dos de las más importantes organizaciones científicas del mundo Calvo será "fellow" de la Royal Society of Chemistry y Arzt, académico de la Sociedad Max Planck Ernesto Calvo es químico y estudia los procesos que se registran en el submundo de la materia. Eduardo Arzt, biólogo molecular, investiga los senderos celulares de la depresión y el estrés. Sin embargo, ambos tienen algo en común. Acaban de ser invitados a incorporarse a dos de las instituciones científicas más prestigiosas del mundo: Calvo será fellow de la Royal Society of Chemistry; Arzt, académico de la Sociedad Max Planck.
La Royal Society of Chemistry, fundada en 1841, es la sociedad química más grande de Europa. Sobre la incorporación del nuevo miembro explica que "se confiere a miembros de la sociedad que (...) pueden ofrecer evidencia de poseer experiencia destacada en cualquier campo que involucre y promocione el avance y la más amplia aplicación de la química".
La Sociedad Max Planck dirige institutos en los que se hace ciencia de punta y que sólo emplean "a investigadores considerados en todo el mundo como líderes en sus campos respectivos". Se trata de una fundación que se divide en tres secciones académicas: ciencias biomédicas, ciencias fisicoquímicas matemáticas, y ciencias sociales. Cada una se rige por una academia encargada de fijar la política de la institución. Arzt se incorporará como miembro externo de la academia biomédica.
Tanto Calvo como Arzt desarrollan desde la Argentina una tarea de relevancia internacional. El primero es investigador del Instituto de Química Física de los Materiales, Medio Ambiente y Energía (Inquimae) y del Conicet, y docente de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales. Graduado en la UBA y doctorado en La Plata, fue becario posdoctoral de la Western Reserve University.
En 1987 fundó el Laboratorio de Electroquímica Molecular, donde trabaja en nanotecnología. "Tratamos de modificar superficies con moléculas, de intercambiar cargas eléctricas y de entender esos procesos en la escala molecular -cuenta-. Son conocimientos que pueden aplicarse tanto a procesos de corrosión como a biosensores, a celdas de combustible o a la electrosíntesis de un fármaco." Desde la universidad, su laboratorio establece contratos con industrias privadas, como Techint, Motorola o Temis-Lostaló, desarrolla aplicaciones y genera patentes.
Eduardo Arzt, graduado y doctorado en la UBA, es investigador del Conicet y uno de los directores del Laboratorio de Fisiología y Biología Molecular. Colabora con la Sociedad Max Planck desde su regreso al país, en 1992, después de hacer un posdoctorado en el Max Planck Institute of Psychiatry, en Munich.
En sus investigaciones intenta desentrañar los mecanismos celulares implicados en los procesos del estrés y la depresión. "Estudiamos, por ejemplo, hormonas como la CRH -descubierta por Florian Holsboer-, encargada de activar el eje endocrino que regula la respuesta del organismo al estrés", explica.
Calvo agrega: "Más allá de la distinción personal, ojalá que esto sirva para estimular nuevas vocaciones por la química. Cuando yo empecé la facultad, en 1971, cursábamos química general inorgánica I alrededor de 300 estudiantes. Hoy hay menos de 50 por año. Sin embargo, la biología molecular y la ciencia de materiales no existirían si no hubiera químicos. Por otro lado, la química tiene mal «cartel» porque contaminó la naturaleza, pero somos los químicos los únicos que podemos limpiarla."
* Nora Bär

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