Saltar a contenido principal Saltar a navegación principal

La Nación: Interés local por el programa \"Una computadora por chico\"

La Argentina podría ser el primer país en lengua española 

26 de octubre de 2005, 11:39.

Lo dijo el ministro Daniel Filmus al comienzo de la reunión que ayer congregó, en el Salón Blanco del Palacio Sarmiento, a un puñado de interesados en el papel de los medios electrónicos en la educación: Nicholas Negroponte no necesita presentación.
El creador del Media Lab en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, y uno de los "gurúes" de la sociedad del conocimiento, estuvo poco más de un día en Buenos Aires para discutir con las autoridades educativas locales la posibilidad de que el país ingrese en el programa "Una computadora por chico" (OLPC, según sus siglas en inglés), la ambiciosa iniciativa que dirige y cuya meta es producir cientos de millones de computadoras a cien dólares cada una para ofrecerlas, a través de los ministerios de Educación, a los chicos de países en vías de desarrollo. Tras las conversaciones, Negroponte presentó a los invitados -entre los que se encontraban dos antiguos amigos, el ingeniero Horacio Reggini y el doctor Antonio Battro, con los que se abrazó calurosamente- los fundamentos del programa. Canalizado mediante una organización sin fines de lucro, ya tiene socios de la talla del magnate de los medios de comunicación, Rupert Murdoch, y el buscador de Internet, Google, entre otros, y se propone reducir los costos eliminando circuitos redundantes, utilizando tecnologías open access y aprovechando los beneficios que ofrece la producción en una escala monumental.
"La gente cree que todo el aprendizaje se desprende de la enseñanza y no es así -afirmó, en su presentación-. El Media Lab está comprometido con el uso de las computadoras como herramientas para aprender, no para enseñar. Les voy a demostrar que el programa es posible, aunque hay quienes piensan que no. (...) Para mí, la palabra «imposible» significa «hazlo»."
Según Negroponte, el programa OLPC es fruto de 30 años de esfuerzos dedicados a experimentar con el uso de las computadoras en el aprendizaje. "Lo hicimos en Senegal, en 1982; en Costa Rica, en 1988, y en la India, en los años noventa -contó-. En 1995, Internet estaba haciendo rica a mucha gente, incluido yo, y decidí construir dos escuelas primarias en zonas rurales de Camboya. Envié a mi hijo con 50 laptops para que las entregara a los chicos. Decidimos que las llevaran a sus casas y al otro día supimos que los padres no los habían dejado abrirlas porque pensaban que las romperían. Pero lo que pasó cuando comenzaron a usarlas fue maravilloso. En algunos hogares, la pantalla emitía la luz más potente de la habitación."
Las computadoras a cien dólares, aún en etapa de diseño, están pensadas como máquinas sólidas, capaces de conectarse en forma inalámbrica, de ser plegadas íntegramente para ser utilizadas como un verdadero libro electrónico y provistas de una fuente de energía no convencional.
Filmus comentó que el país podría encargar entre medio y un millón de unidades, una vez que el prototipo esté disponible para su análisis y si éste cumple con las prestaciones prometidas. De ser así, la Argentina se convertiría en el primer país de lengua española participante en el programa. Otros países ya comprometidos son Brasil, Tailandia y China. Resueltos los problemas financieros, la entrega de las primeras máquinas se haría, en principio, a partir de 2007.

Contenido relacionado