A pesar de que las expectativas laborales para los ingenieros se encuentran en franca mejoría en la Argentina, el sistema que los forma no parece preparado para responder.
Las carreras de ingeniería se caracterizan por sus altas tasas de fracaso en primer año, baja graduación -se calcula en unos 6 estudiantes de cada 100 por año-, alta tasa de abandono, problemas en la enseñanza de las materias básicas durante los primeros años, superposición de ofertas de carreras en muchas zonas del país, deficiencias en las instalaciones de laboratorios y escasa actividad de investigación en los docentes.
Con ese diagnóstico en mano, el Ministerio de Educación invertirá $ 51 millones en los próximos tres años, con los que financiará proyectos de mejora en 27 universidades nacionales y dos institutos universitarios de las Fuerzas Armadas.
El marco de la inversión oficial es el Programa de Mejoramiento de la Enseñanza de la Ingeniería (Promei), que ayer se presentó formalmente en el Ministerio de Educación. Los recursos se utilizarán para financiar aquellas mejoras que las universidades se comprometieron a realizar tras el proceso de evaluación y acreditación que transitaron las 203 carreras de ingeniería del país, terminado entre 2003 y 2004, y que dio por resultado un panorama preocupante.
Los proyectos se destinan a financiar mejoras académicas, adquisición de bibliografía y equipamiento, creación de ciclos generales básicos para los primeros años de las carreras, 339 becas de fin de carrera para estudiantes avanzados y conectividad para aulas virtuales, entre otras iniciativas.
En los proyectos, se incluyeron iniciativas que combinaran el trabajo cooperativo de distintas universidades, por ejemplo, en actualización de diseños curriculares, producción de material educativo, intercambio de docentes, uso de instalaciones, dictado de posgrados y cursos a distancia.
También se financiarán los salarios de 928 nuevas dedicaciones exclusivas para docentes y 116 becas para la realización de posgrados.
Según los acuerdos firmados ayer, la Secretaría de Políticas Universitarias aportará el 75% del financiamiento de cada proyecto y la universidad se hará cargo del 25% restante. Las transferencias se irán haciendo a medida que se vaya monitoreando el avance de los proyectos, mediante presentaciones periódicas de los resultados.
Raquel San Martín