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La Nación-Jueves 7: Editorial I: Un premio al facilismo

Como ocurre todos los años cuando se acerca la fecha del examen final para el ingreso a la carrera de Medicina en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), la polémica por las características del curso de admisibilidad -que nunca fue superado por más del 45 por ciento de los aspirantes- derivó en un conflicto institucional.

08 de abril de 2005, 12:26.

En una decisión sin antecedentes desde que esa facultad implementó el curso de ingreso en 1992, el consejo superior de la Universidad aprobó un reprobable proyecto presentado por el consejero estudiantil de esa unidad académica que anuló el carácter eliminatorio del curso de admisibilidad.

Esta incomprensible decisión le impone a la Facultad de Medicina una drástica reforma en el sistema de ingreso, al determinar que los aspirantes que desaprueben los exámenes de admisión igualmente podrán ingresar a la carrera en condición de alumnos regulares, aunque sólo podrán cursar las materias optativas del primer año: Ciencias Biológicas y Ciencias Exactas.

Así, el único requisito para ingresar será contar con un 80 por ciento de asistencia al curso. Las autoridades de la Facultad de Medicina calificaron la decisión de vergonzosa y plantearon que no descartan recurrir a la Justicia por entender que es un avasallamiento sobre un derecho que le concede el estatuto de la UNLP y la ley de educación superior para fijar las condiciones de ingreso.

La preocupación de las autoridades debería ser la búsqueda de mecanismos para mejorar el nivel de los alumnos, no el establecimiento de normas que faciliten el ingreso a la universidad de postulantes sin la preparación adecuada.

La medida provocó un fuerte impacto en el ámbito académico ya que hasta ahora el máximo órgano universitario no había avanzado sobre la política de las facultades. Es más, existe un fuerte cuestionamiento a que tenga la autoridad suficiente para hacerlo de acuerdo con el estatuto de la UNLP y la ley de educación superior. Esta norma indica que en las universidades con más de 50.000 estudiantes -la UNLP tiene más de 94.000 alumnos- las condiciones de admisión, regularidad y promoción serán definidas por cada facultad.

Desde 1992 hay en la Facultad de Medicina platense un curso de 10 semanas para los aspirantes y una prueba final eliminatoria, con un recuperatorio. En el curso de apoyo se dictan clases de matemática, física, química y biología. En 2004, de los 1200 inscriptos aprobaron 302 en la primera opción y otros 215 en el recuperatorio.

Sus autoridades y la mayoría del claustro docente consideran que ese sistema es clave para elevar la calidad de los aspirantes que llegan del nivel educativo medio y polimodal. Entienden que el esquema de admisión con examen eliminatorio permite que ingresen los aspirantes mejor preparados para formarse como médicos en un escenario con recursos limitados.

Es necesario volver a la cultura del esfuerzo como una manera de revalorizar y reconstruir nuestro alicaído sistema educativo.

Es lamentable que el Consejo Superior de la prestigiosa Universidad de La Plata haya privilegiado el facilismo en lugar de avalar un esquema que premia a quienes demuestran tener mayor conocimiento y aptitud. Con ello, la UNLP ha dado un paso atrás, nivelando hacia abajo en lugar de buscar la excelencia, como debería ser el objetivo primordial de una casa de educación superior.

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