Con la aprobación del gobierno de Néstor Kirchner, la Armada iniciará a partir de abril próximo una nueva etapa de puertas abiertas a la comunidad en materia educativa.
Comenzará a construir el Complejo Educativo Naval, en un predio de 13 hectáreas en Vicente López, para instalar buena parte de los institutos de formación de oficiales y civiles y el Liceo Naval Almirante Brown, que fueron desalojados del ex predio de la ESMA, convertido en el Museo de la Memoria.
En las próximas horas, el ministro de Defensa, José Pampuro, firmará la resolución por la cual la Armada estará habilitada a iniciar las licitaciones para construir el "campus universitario naval", como lo han bautizado en la fuerza, y que estiman comenzará a funcionar en abril de 2008.
Será una de las últimas medidas que tome Pampuro, ya que en pocos días más accederá al Senado.
Para la Armada será el final de un proceso que incluyó la habilitación de las obras por parte del municipio de Vicente López y del Concejo Deliberante local y la obligada aprobación de la Dirección Nacional de Inversión Pública.
El vicejefe de la Armada, almirante Italo Rótolo, explicó a LA NACION que el proyecto "está pensado para atender los requerimientos educativos de por lo menos los próximos 70 años". Y no ocultó su satisfacción porque el diseño arquitectónico estuvo a cargo de la Dirección de Infraestructura Naval e incluyó un estudio de impacto ambiental.
Para diseñar el nuevo ámbito educativo, estudiaron los modelos de Canadá, de Estados Unidos, del Reino Unido y de Francia y los "campus" de las universidades Católica Argentina, Austral y San Andrés.
Las obras costarán 35 millones de pesos y serán solventadas por el presupuesto naval. El gobierno porteño afrontará la construcción del Liceo Brown, como lo acordó con el Poder Ejecutivo el 24 de marzo de 2004, al firmar el traspaso de la emblemática ESMA.
Al anunciar el inicio del nuevo proyecto, la Armada hizo hincapié en que su prioridad "es contribuir a mejorar el nivel educativo" de sus propias filas y del ámbito civil. Para marcar esa tendencia, la Marina pone de ejemplo que adquirir hoy un buque destructor de última generación listo para navegar cuesta 450 millones de pesos. "Diseñar un nuevo ámbito para contribuir a la formación profesional vale 35 millones de pesos. Y el conocimiento es el mejor bien que puede tener la sociedad", expuso Rótolo.
En esas 13 hectáreas de la Armada, donde en la actualidad funciona el Centro Recreativo Bouchard, se instalarán el Instituto Universitario Naval -con escuelas de grado y de posgrado y las maestrías en Gestiones Logísticas, Dirección de Organizaciones y Estudios Estratégicos-, el Servicio Naval de Investigación y Desarrollo, el Centro de Estudios Estratégicos, la Biblioteca Central de la Armada -con 45 mil volúmenes- y el Liceo Naval Almirante Brown, al que concurren 180 alumnos.
Abril próximo podría convertirse en un hito educativo para la Armada: en la Base Naval de Puerto Belgrano se habilitará el 30 por ciento restante de la Escuela de Suboficiales, que hasta hace pocos años funcionaba en la ex ESMA, y comenzarán las obras del "campus universitario naval".
Por María Elena Polack De la Redacción de LA NACION