De poco sirvieron las prevenciones de acceso restringido que había tomado anteayer el Consejo Superior de la Universidad de Buenos Aires (UBA) para garantizar la realización del segundo intento de asamblea.
La entrada del Colegio Nacional de Buenos Aires amaneció nuevamente ocupada por agrupaciones estudiantiles de izquierda que conducen la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA). Llevaron banderas, pancartas y fuertes cuestionamientos a la candidatura de Atilio Alterini.
El ingreso de los estudiantes en las escalinatas del centenario colegio -escenario privilegiado para las cámaras de televisión y los fotógrafos- comenzó durante la madrugada de ayer, cuando la policía, que había sido convocada por las autoridades del colegio para evitar el encuentro de dos columnas de manifestantes opositoras, se retiró "por una orden superior".
El ministro del Interior, Aníbal Fernández, admitió ayer que "la policía se retiró por instrucciones mías". En declaraciones a Radio América, que reprodujo la agencia Télam, Fernández justificó su decisión diciendo que "nada tiene que hacer la policía" en la universidad. Aunque aseguró que no dejarán de "controlar la situación segundo a segundo", no van a interferir porque "la universidad tiene su propia seguridad".
En efecto, anteanoche, el rector del colegio, Horacio Sanguinetti, había llamado a la policía, ante el riesgo de que se enfrentaran en la vereda un grupo de estudiantes de agrupaciones radicales, que apoyan a Alterini, con columnas de militantes de la izquierda que se acercaban por la calle Bolívar.
La policía valló la entrada del colegio, cerró la calle y acordó la retirada de los militantes radicales. A la medianoche, los efectivos policiales recibieron la orden de retirarse. En ese momento, los estudiantes de izquierda rompieron las cadenas de la puerta central, según manifestó Sanguinetti, e ingresaron en la entrada del edificio.
Momentos de tensión
La tensión de ayer por la mañana en el Colegio Nacional de Buenos Aires, con la entrada tomada y la asamblea suspendida, se aceleró por momentos. Uno de ellos fue cuando Alterini se acercó al colegio, rodeado por decanos, asambleístas y estudiantes que lo apoyaban, más un escribano, destinado a registrar que le impidieron la entrada. En el tumulto, Alterini destacó la "intencionalidad política" de la protesta y afirmó que sus responsables "están asustados" de que llegue al rectorado.
El otro momento fue protagonizado por dos sectores estudiantiles. De un lado, los que ocupaban el colegio, identificados con el Partido Obrero y el MST. Del otro, agrupaciones que responden al kirchnerismo, como Venceremos y La Vallese, que empezaron repudiando a Alterini casi al unísono. Ambos grupos terminaron intercambiando insultos, en favor y en contra del Gobierno.
Entre bombos y consignas que se superponían, frente al colegio, Jaim Etcheverry, insistía, ante un enjambre de micrófonos, en "hacer esfuerzos para que la asamblea se haga cuanto antes y se puedan debatir ideas".