Si hay una profesión que puede considerarse un termómetro de la actividad económica es, sin duda, la escribanía. Tanto, que la traza del índice que refleja el consumo de elementos que utilizan en la profesión los escribanos, como hojas de protocolo, hojas de actuación notarial y de certificación de firmas, por ejemplo, es paralela a la del PBI: sube y baja de la misma manera.
En este momento, después de que esos indicadores casi tocaron fondo en los años 2001 y 2002, el pronóstico habla de un repunte, con aires de bonanza. "La reactivación económica, sin duda, tiene su correlato en la actividad notarial. La apertura de líneas de crédito en las entidades bancarias y el repunte de la construcción se reflejan en el mercado inmobiliario y en la escrituración de esos bienes", dice el notario Carlos Guillermo Ríos, presidente del Colegio de Escribanos de la Provincia de Buenos Aires.
Hay en la Argentina 8200 escribanos matriculados, entre titulares de registro y adscriptos. Para ejercer la profesión hay que ser abogado y realizar un concurso de oposición y antecedentes, aun cuando también se puede estudiar directamente la carrera que, según la universidad donde se imparta, otorgará el título de escribano o el de notario.
De acuerdo con datos proporcionados por la Coordinación de Investigaciones e Información Estadística del Ministerio de Educación de la Nación, 28.000 alumnos estudiaban la carrera en 2003 en siete universidades de gestión pública y diez de gestión privada. En 2002 egresaron 1746 escribanos en todo el país.
Rolando Caravelli, secretario del Consejo Federal del Notariado Argentino, que reúne a los colegios notariales de 23 provincias argentinas más la ciudad de Buenos Aires, explica que si un abogado renuncia a la matrícula de escribano puede volver a ejercer la abogacía, pero que no puede ejercer ambas profesiones simultáneamente.
"La función de escribano es incompatible con el ejercicio del comercio y de otras funciones liberales", dice el escribano Caravelli. En cambio, sí permite ejercer la docencia y otras actividades vinculadas con la función notarial, como un registro civil, o de la propiedad, así como los cargos electivos.
Responsabilidad pública
"En términos estrictos, no se puede decir que la función notarial sea una profesión liberal", dice Carlos Guillermo Ríos. "El notario, como lo fue siempre en nuestra legislación, es un profesional de derecho, a cargo de una función pública delegada por el Estado y que, por el papel que desempeña como garante de la seguridad jurídica, se cumple bajo estrictas normas de regulación".
Ahora bien: ¿cómo se accede a un registro notarial? Porque hay un prejuicio, bastante extendido, de que los registros son hereditarios.
"Esa idea pudo haber surgido de que en el régimen anterior al actual, el adscripto tenía preferencia para acceder a la titularidad del registro cuando se producía una vacante y habían transcurrido diez años de actuación como tal", dice Horacio Luis Pelosi, presidente del Colegio de Escribanos de la Capital Federal.
"En la actualidad, conforme a la ley vigente, no existe preferencia alguna y es necesario realizar concurso de oposición y antecedentes", dice.
La propiedad de un registro le corresponde al gobierno de la ciudad de Buenos Aires o a los estados provinciales.
En el caso de la provincia de Buenos Aires, el plazo para la titularidad es de cinco años antes de producirse la vacante en el registro donde se desempeñó la adscripción. El número de registros de cada distrito notarial, conforme a lo establecido por la ley, se fija en relación con el número de habitantes, el tráfico escriturario e inmobiliario, y la incidencia que el movimiento económico tenga en la actividad notarial, ecuación que verifica y cumple el Estado periódicamente cuando llama a concurso para el otorgamiento de un registro.
"Su determinación se efectuará como máximo cada cinco años por el Poder Ejecutivo sobre la base de los datos estadísticos suministrados por una comisión especial creada al efecto e integrada por dos representantes del Poder Ejecutivo y dos del Colegio de Escribanos.
"Hasta el momento no ha sido necesario reunir a dicha comisión", dice el escribano Pelosi.
En la provincia de Buenos Aires hay 2119 notarios, de los cuales 1520 son titulares de registro y 599 son adscriptos. Las mujeres representan el 53 % del total de notarios. El notariado bonaerense representa alrededor del 26 %del notariado nacional.
El escribano Gustavo Alejandro Crego, que vive y ejerce su profesión en la ciudad de Mar del Plata, destaca que en algunas épocas, la ecuación cantidad de habitantes, movimiento económico y tráfico escriturario, no se tuvo en cuenta a la hora de crear nuevos registros. "Esto trajo aparejados excesos por parte de algunos distritos -Mendoza o Entre Ríos, por caso- poniendo en peligro la función fedataria delegada por el Estado."
Desregulación
En la Capital Federal hay 2000 escribanos. En opinión del escribano Caravelli, ese número correspondería a una población de unos cinco millones de habitantes.
"Para la población actual, el número adecuado estaría a lo sumo en el orden de los 1500 registros. El exceso se debe a la desregulación decidida por Domingo Cavallo, que le quiso imprimir a la profesión un carácter liberal que por su propia idiosincrasia no tiene."
Esta tendencia a la liberalización del ejercicio profesional a partir de una ley nacional para las 24 jurisdicciones se resolvió de maneras muy distintas cuando se reglamentó la ley. En la Capital Federal, por ejemplo, no se limitó el número de registros, pero el examen de idoneidad que se estableció significó en los hechos una fuerte barrera de entrada a la profesión.
Como señala el escribano Crego, el notariado no puede estar ajeno a los problemas de la sociedad en que se desarrolla. Los vaivenes socioeconómicos han significado presiones de todo orden.
"Las más notables son las de los grupos de poder económico, en la mayoría multinacionales, que priorizan costos sobre garantía, seguridad y soberanía", dice.
Otro de los desafíos que tienen que enfrentar los escribanos es la concentración del trabajo por parte de las instituciones bancarias, muchas veces en desmedro de la actividad independiente.
"El Colegio de Escribanos brega por el cumplimiento de los derechos de los compradores de los inmuebles, exigiendo la libre elección de escribanos y denunciando aquellos casos que no se respetan ante la Secretaría de Defensa del Consumidor", dice Horacio Luis Pelosi.
De todos modos también reconoce que al haber decrecido los préstamos hipotecarios otorgados por los bancos, esa concentración ha disminuido.
Por Carmen María Ramos Para LA NACION
El lunes próximo/Ciencias de la educación
Experiencias
Horacio Luis Pelosi, Presidente del Colegio de Escribanos de la Capital Federal
"En el régimen anterior al actual, el adscripto tenía preferencia para acceder a la titularidad del registro cuando se producía una vacante y habían transcurrido 10 años de actuación como tal."
Néstor Pérez Lozano, Rector de la Universidad Notarial Argentina
El notario considera que la calidad de la formación de los futuros profesionales es fundamental, así como atender los requerimientos de capacitación y actualización que demanda el ejercicio diario de la actividad.
Gustavo Alejandro Crego, Escribano de Mar del Plata
"Los grupos de poder económico, en la mayoría multinacionales, priorizan costos sobre garantía, seguridad y soberanía."
Saber acompañar los cambios es esencial
La actualización debe ser constante
Históricamente se ha conocido la función del escribano a través de la escrituración de inmuebles: compraventas, permutas, donaciones o hipotecas. También, por la constitución de sociedades, poderes y otros actos más personales, como donaciones o testamentos, a los que ahora se suman las disposiciones de la propia incapacidad.
Pero la aparición de nuevas figuras, como los clubes de campo y barrios cerrados, el leasing o los fideicomisos, exigen al notariado una constante actualización de conocimientos.
Trámites complejos
"Los principales problemas surgen de la complejidad de los trámites administrativos y de las sucesivas exigencias que se nos van imponiendo a partir de la creciente información que nos requiere la Afip, la Dirección General de Rentas, la Unidad de Información Financiera (UIF) y otros organismos de la administración pública", dice el escribano Pelosi.
Los notarios, como funcionarios públicos, son una pieza clave para la prevención de determinadas prácticas ilícitas como el lavado de dinero proveniente de los delitos o crímenes económicos.
La irrupción de nuevos fenómenos y el avance vertiginoso de los conocimientos hacen que las relaciones entre los miembros de la comunidad varíen rápidamente.
También aparecen nuevas formas de contratación. "Sin duda, uno de los principales desafíos del notariado es saber acompañar esos cambios que suelen llegar a nuestras notarías antes que al legislador", dice el escribano Gastón Di Castelnuovo.
También destaca que su escribanía, ubicada en el partido de Ituzaingó, es un caso típico de cómo el ejercicio de la profesión en comunidades más pequeñas permite mantener una relación personalizada con clientes que no sólo demandan un servicio, sino también el mejor asesoramiento o consejo, en aras de la seguridad jurídica que tanto reclama la sociedad en su conjunto.
Estudios de posgrado
Para atender a los requerimientos de capacitación y actualización que enfrenta a diario la profesión, la Universidad Notarial Argentina, fundación del Colegio de Escribanos de la Provincia de Buenos Aires, abastece los estudios de posgrado y la investigación interdisciplinaria a través de convenios con los colegios notariales de todas las provincias argentinas, que actúan como sedes naturales de la UNA.
Lo mismo sucede con las 17 delegaciones que tiene el Colegio de Escribanos de la Provincia de Buenos Aires.
"Desde su creación, la UNA ha demostrado una gran preocupación por la calidad. Toda nuestra oferta educativa se encuentra acreditada por la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (Coneau)", dice el rector, notario Néstor Pérez Lozano.
La modernización del derecho privado y la agilización del tráfico económico exigen profundos conocimientos de los sistemas de prevención y solución de conflictos a fin de evitar los altos índices de litigiosidad. Hacia estos campos apuntan los cursos de actualización de la Universidad Notarial Argentina, institución de gestión privada, que también es requerida por el Estado en dictámenes sobre proyectos de leyes, incorporación de los nuevos institutos de los derechos reales y personales, en el reconocimiento del nuevo estatus de la familia y de la empresa familiar y en un sinnúmero de actividades relacionadas con la protección de los derechos intelectuales.
En la ciudad, aranceles desregulados
En la ciudad de Buenos Aires los aranceles se encuentran desregulados, conservando el decreto de aranceles respectivo el carácter de pauta.
En la provincia de Buenos Aires los aranceles no fueron desregulados. El escribano percibe en concepto de honorarios el 2% sobre el precio o valuación fiscal del inmueble. La factura notarial incluye además diversos rubros, tales como certificados, tasas registrales, municipales y demás gastos, ya que el escribano es agente de percepción y retención de impuestos.
El Consejo Federal del Notariado Argentino trata de aconsejar una aplicación homogénea en materia de aranceles, si bien en algún momento alguna provincia llegó a percibir el 3% sobre el precio del inmueble por transferir.
Las fuentes consultadas coincidieron en señalar que también hay presiones para bajar los honorarios y que son los grupos de mayor influencia económica los que más se han movido en esa dirección. "Sin embargo, considero que la función fedataria y su correspondiente prestación constituyen un bien jurídico que no debe estar en el mercado como un bien de consumo, sujeto a la puja entre la oferta y la demanda", afirma Gastón Di Castelnuovo.
Misceláneas
El Colegio de Escribanos de la Ciudad de Buenos Aires celebra su día el 25 de agosto, en conmemoración de San Ginés de Arlès, santo patrono de los notarios.
En el siglo V, la persecución de los cristianos era cruenta e incesante. Uno de los capítulos de esta historia ocurrió en Arlès, ciudad francesa ubicada a orillas del Ródano, y tuvo como principal figura a Ginés, un joven notario que a pesar de que no profesaba la fe católica se negó a escribir la orden que condenaba a todos los cristianos, sin excepción, a ser arrestados y sacrificados. Pagó un alto precio por ello. Como consecuencia de su decisión, Ginés fue martirizado por los guardias romanos.
La institución del notariado como tal se remonta en sus orígenes a los tiempos de la Edad Media y tiene su posterior desarrollo en los países de derecho escrito, bajo la fuerte influencia del derecho romano.
Vinculados al descubrimiento de América se conocen algunos casos de escribanos o notarios que, de una u otra forma, intervinieron en el acontecimiento y en las primeras manifestaciones de la Conquista. De hecho, se reconoce como el primer notario de América a don Rodrigo de Escobedo, entre cuyas tareas se cuenta haber levantado el acta en la que pedía a los indígenas nativos que le manifestaran si tenían "alguna objeción contra la ocupación que se hacía de los territorios en nombre de los reyes de España".
La Nación: La reactivación económica tiene su correlato en la actividad notarial
El trabajo de los escribanos se ha incrementado, después de la crisis que había sufrido en 2001 y 2002.