Una amplia participación de la industria audiovisual, medios de comunicación, academias, ONG y empresas anunciantes tuvo ayer la presentación de una pormenorizada investigación sobre la calidad televisiva en la Argentina elaborado por la Universidad Austral.
En el estudio, en el que intervinieron los profesores Gabriela Fabbro, Marcela Farré, Alejandro Piscitelli Murphy y Paola Delbosco, se analizaron 98 horas de programación de la TV abierta en dos meses.
Un crecimiento de la TV autorreferencial -la que habla de sí misma-; un crecimiento de la programación que mezcla ficción y realidad, y una contaminación de géneros, actores y famosos que actúan de sí mismos son rasgos salientes de la televisión actual, analizada por la Facultad de Comunicación de la Universidad Austral.
Algunos datos para tener en cuenta son, por ejemplo, que en el 81% de los programas de ficción evaluados el lenguaje que se utiliza es vulgar y coloquial y que casi 6 de cada 10 ciclos analizados transmiten disvalores.
En el rubro "híbridos", donde se incluyen tanto la recreación de una realidad que el espectador no reconoce como propia como la confusión de ficción con realidad, el 47,2% de los presentadores utiliza un lenguaje irónico para comunicar y en el 91,6% de los casos se editorializa la realidad.
En cuanto a los noticieros, pese al uso de un lenguaje más cuidado y el compromiso con la transmisión de valores, 6 de cada 10 ficcionalizan la realidad para captar la atención del televidente.