A poco de comenzar la segunda mitad del año, la Universidad de Buenos Aires (UBA) votó la distribución de su presupuesto y puso fin a un atraso que paralizó el funcionamiento de muchas facultades.

Los recursos ascienden a $ 471.137.932, monto al que se llegó con un auxilio del Ministerio de Educación, que se comprometió a gestionar casi $ 27 millones adicionales.

Ese monto había sido pedido por los decanos la semana última al ministro Daniel Filmus. Según pudo saber LA NACION, sólo se tiene clara la disponibilidad de $ 14 millones. Parte de los otros $ 13 millones podría provenir de fondos disponibles para las universidades, a los que la UBA no presentó proyectos, como el plan de infraestructura del Ministerio de Planificación, programas de la Secretaría de Ciencia y Tecnología y recursos para aumentar las dedicaciones exclusivas.

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Pero además de los fondos salvadores los decanos se llevaron cuestionamientos de las autoridades educativas, que criticaron que la UBA tardó casi un año en licitar la primera parte de las refacciones del nuevo edificio de la Facultad de Ciencias Sociales, a pesar de que los fondos que proveyó Educación estaban disponibles.

También se pidió noticia sobre el destino de $ 75.057.000 del Rectorado, provenientes de aportes patronales retenidos, que permanece incierto. La comisión interna formada para investigar el tema -dos decanos y un representante docente, un graduado, un estudiante y un no docente- ya atravesó la mitad del tiempo previsto para su trabajo, de 90 días, pero sólo hace una semana recibió parte de la información de la Secretaría de Hacienda.

El ambiente político empieza a agitarse en la UBA, de cara a las elecciones que renovarán autoridades de las facultades en octubre y el rector en marzo próximos. Con el rector Guillermo Jaim Etcheverry de viaje, se escuchan reclamos por "desorganización administrativa" y "falta de un proyecto estratégico".

* Raquel San Martín.