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La Nación: La UBA pondrá nueva fecha a la Asamblea Universitaria

El Consejo Superior se reúne hoy, a las 9

10 de abril de 2006, 14:14.

El Consejo Superior de la Universidad de Buenos Aires (UBA) se reunirá hoy, a las 9, en el rectorado, para fijar, nuevamente, día y lugar de la Asamblea Universitaria que deberá elegir al rector de la UBA, después de dos reuniones frustradas, la semana última, por agrupaciones estudiantiles que se oponen a la candidatura del decano de la Facultad de Derecho, Atilio Alterini, a quien cuestionan por haber ocupado cargos públicos durante el último gobierno militar. En la reunión de hoy se espera que la fecha se fije para después de Semana Santa y que se debata si el encuentro debe ser abierto o con acceso restringido para evitar que se impida sesionar a la Asamblea. 


La crisis institucional que atraviesa la UBA por la doblemente frustrada elección de su nuevo rector genera en los observadores externos una advertencia y una recomendación. Por un lado, el peligro de que el conflicto "salga de los cauces institucionales"; por otro, el necesario debate de fondo sobre la representación y los órganos de gobierno de la UBA, tarea pendiente para la gestión que tendrá que llegar.
 
"La UBA, en lugar de pensar su adecuación a los tiempos que corren, vive una crisis interna que no pone en juego la discusión sobre cómo debería funcionar", dijo a LA NACION el rector de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (Untref), Aníbal Jozami. El rector señaló que las objeciones que se le hacen a Alterini le parecen "válidas", pero que "el método no es el correcto".
 
El rector de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), Mario Barletta, llamó la atención sobre la proyección que cualquier conflicto en la UBA tiene sobre el resto del país. "La UBA es una referencia en el marco del sistema universitario nacional y todo conflicto en ella afecta al sistema universitario", dijo.
 
Barletta rechazó la actitud de los estudiantes que impidieron las asambleas porque, según dijo, "detrás de ellos están los enemigos del pensamiento libre, que no entienden a la universidad como un espacio donde es natural la diferencia de ideas, pero donde eso se resuelve en los marcos institucionales establecidos".
 
También se declaró "preocupado" por la actitud del Ministerio del Interior, cuyo titular, Aníbal Fernández, afirmó que la policía a su cargo -que fue convocada para evitar el choque de dos columnas de estudiantes en la vereda del Colegio Nacional de Buenos Aires- no intervendrá en el conflicto. "El Estado debe garantizar la seguridad de instituciones y personas. Desentenderse es casi ser cómplice de los que no permiten que se expresen esas ideas", afirmó Barletta.
 
"Gimnasia del debate"
 
Mientras tanto, el rector de la Universidad de Belgrano (UB), Avelino Porto, relativizó la gravedad de las tomas del Colegio Nacional de Buenos Aires, que consideró parte de "la gimnasia del debate". "Lo que hay que cuidar es que eso no se salga de cauce", advirtió, sin embargo. "Se está ahora en pleno debate sobre las características de los candidatos y cómo se hace la elección. Parece una discusión a destiempo, que debería haberse hecho antes", afirmó, y alertó que "la próxima conducción va a tener que replantear el sistema de elección en la UBA". "Espero que esta universidad, que sigue siendo paradigmática en la Argentina, pueda encontrar una salida institucional y darle un mensaje de civilización a la sociedad", señaló.
 
Para el sociólogo y especialista en educación superior Carlos Marquís, en la UBA están en juego "una tendencia conservadora-tradicional y una alternativa distinta". "La fisura que se percibe puede tener que ver con dos tensiones en el modo de ver la universidad. Una universidad de investigación, más cercana al candidato de la izquierda, Alberto Kornblihtt, y una universidad profesionalista que, al presentarse como pluripartidaria, replica los mecanismos tradicionales de distribución de poder en estas instituciones", describió. "Las crisis de las instituciones son oportunidades. Me gustaría ser optimista en este caso, sin minimizar el nivel del conflicto, que es alto", concluyó Marquís.
Por Raquel San Martín De la Redacción de LA NACION

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