Saltar a contenido principal Saltar a navegación principal

La Nación: Lanzan una campaña para sumar estudiantes a carreras tecnológicas

La industria de software facturará $ 4000 millones este año; faltan profesionales. Escasean los recursos humanos capacitados. Habrá una tecnicatura para secundarios, mientras que capacitan a jóvenes desempleados y crean carreras universitarias cortas

27 de octubre de 2005, 12:09.

Joven argentino: la industria del software te necesita. Según las proyecciones de las empresas del sector, hoy están empleando a unos 32.000 profesionales. Durante 2006 se crearían unos 9000 puestos de trabajo, mientras que para el período 2007/2010 la demanda del sector de sistemas llegaría a 14.000 personas.
Según una encuesta realizada por la Cámara de Empresas de Tecnología de la Información (Cessi) entre 120 empresas tecnológicas que emplean a 9300 personas, para fines de 2006 necesitarán 3800 técnicos (analistas de sistemas, programadores y consultores, los más requeridos). El problema es la falta de mano de obra calificada; debido a que los planes educativos no se adaptan a lo que piden las empresas o a que, simplemente, las carreras relacionadas con sistemas no son la opción más elegida por los estudiantes. Por eso, la Cessi, junto con los ministerios de Trabajo y de Educación, está coordinando acciones para desarrollar tecnicaturas con salida laboral ya desde el colegio secundario, además de planes de capacitación financiados en forma conjunta por los sectores público y privado.
"No puede ser que haya más estudiantes para chef que para las carreras tecnológicas", se queja Carlos Pallotti, presidente de la Cessi, que acaba de ser reelegido por otros dos años al frente de la entidad. La necesidad de mano de obra calificada es uno de los cuellos de botella del sector de desarrollo de software en la Argentina, que pasó de facturar 2000 millones de pesos en 2000 a rondar los 4000 millones este año y cuya tasa de exportación (de 200 millones de dólares) tiene un índice de crecimiento del 45 por ciento anual.
Pallotti reconoce dos componentes en la falta de profesionales: cierta cuestión cultural y lentitud de las universidades nacionales para ofrecer carreras cortas con salida laboral. "El sistema educativo tiene sus tiempos; modificar las currículas no es de un día para el otro y, además, no creyeron que este fenómeno fuera a seguir", admite.
Entre 1999 y 2003, la cantidad de estudiantes de carreras informáticas creció un 5,3% (pasó de 81.035 alumnos a 85.381 entre establecimientos públicos y privados), mientras que el empleo en esa industria aumentó un 29 por ciento. Pero en los últimos dos años, entre 2003 y 2005, el empleo creció un 70 por ciento. Sin embargo, en ese período la cantidad de estudiantes nuevos, es decir, los ingresantes en las carreras de sistemas, decreció, pasó de 27.000 a 24.000. Y la participación de los estudiantes sobre el total de estudiantes pasó del 6 al 5 por ciento.
 
Desacoples
"Muchos no terminan de estudiar porque empiezan a trabajar, son «robados» por las empresas. Y eso también muestra que las carreras son largas; el mercado ha creado una tecnicatura artificial: los estudiantes hacen dos años de facultad y después los capacita la propia empresa según sus necesidades", describe Pallotti. "Hoy se necesitan programadores, analistas, profesionales que hagan control de calidad, especialistas en bases de datos y en seguridad", añade.
Que los estudiantes no terminen su carrera causa frustración, pero además se trata de una capacitación informal, sin título, que aleja sus posibilidades de ascender dentro de la organización o competir por puestos mejor pagos. A corto plazo, la Cessi, junto con el Instituto Nacional de Educación Tecnológica (INET), que agrupa a los secundarios técnicos, lanzará una tecnicatura en programación.
Otro plan a corto plazo es capacitar a jóvenes desempleados, un plan que financia el Ministerio de Trabajo en conjunto con el sector privado. La primera empresa fue Microsoft y ahora se sumaron Sun, Oracle, IBM y Computer Associates. "Aporta la empresa, aporta el Estado, se le paga a una universidad para que brinde la capacitación y las empresas y sus proveedores se comprometen a tomar a la gente. Es un modelo en el que ganan todos. Este año podemos capacitar a 4000 personas en cursos de verano", dice.
-¿Qué sucederá con la industria del software cuando cambien las condiciones macroeconómicas de la Argentina?
-Esto no es el negocio de los call centers, no es un negocio que surgió debido a la devaluación y que puede desaparecer en cuanto varíe el tipo de cambio. Hay mucha gente que cree que el modelo es la India, y no es así. Nuestro modelo es la especialización en mercados donde tenemos conocimiento: el negocio de agricultura, la salud, el petróleo y el gas y soluciones para finanzas y bancos.
Por Josefina Giglio De la Redacción de LA NACION 

Contenido relacionado