MADRID (EFE).– El escritor y premio Nobel de Literatura José Saramago afirmó ayer que hay una crisis en la educación que se puede convertir en "catástrofe si nadie pone remedio", aunque "existe miedo a enfrentarse a los problemas del presente".

Saramago, que el próximo lunes estará en la Argentina, ofreció una conferencia en la que dijo que la universidad "debería ser algo más que una institución que enseñara bien", ya que es el "último momento en el que el estudiante se puede convertir en ciudadano".

El escritor mostró su pesimismo al afirmar que la enseñanza primaria "se encuentra mal" y que "contamina a la educación secundaria y a la universitaria". Añadió que "no se pueden solucionar los problemas de la universidad sin antes encontrarlos para la educación primaria".

En este sentido, expuso la diferencia entre "educar" e "instruir" y definió ésta última como la transmisión del conocimiento, una labor que, a su juicio, realizan los profesores. "Los maestros instruyen, pero no educan porque no pueden, no saben y no tienen medios para hacerlo", y agregó que "la responsabilidad de educar recae en las familias, aunque éstas también se encuentran en crisis".

Democracia paradójica

Sobre la democracia, Saramago señaló que "está gravemente enferma" y que para darse cuenta sólo basta "mirar a la calle y ver que no hay honradez". A su juicio, vivimos en un "sistema democrático regido por un sistema no democrático" y matizó que se trata de una especie de "esquizofrenia" y de "paradoja", porque los ciudadanos tienen en su mano la capacidad de poner y quitar gobiernos con su voto, pero no para llegar a los foros donde se toman las decisiones.

Saramago manifestó, además, que "los gobiernos no gobiernan, se han convertido en los comisarios políticos del poder económico" y aseguró que "no pueden hacer mucho porque no es fácil resistir a las presiones que vienen desde arriba".