Los que apoyan la candidatura del decano de Derecho, Atilio Alterini, son en gran medida los mismos que han estado al frente de la UBA desde el retorno de la democracia hasta el momento. Los que han sostenido un modelo en donde no hay espacio para los disensos, donde todo se resuelve con "la votadora", los que han implementado un sistema de premios y castigos en donde "los amigos" tienen espacio y quienes piensan distinto son decididamente "enemigos". Capaces de autoconvocarse en Asamblea Universitaria para demostrar que tienen la capacidad de elegir a "su" rector entre gallos y medianoche. ¿Es legal?. A medias. Se amparan en los artículos 90 y 92 del Estatuto Universitario, aunque desconocen las reglamentaciones sobre convocatoria y difusión que garantizan la plena participación de todos los miembros de la Asamblea. ¿Es ético?. De ninguna manera.
Por otro lado, el grupo de estudiantes de izquierda nucleado bajo las banderas de la FUBA parece muy distinto, pero no lo es. Desde que asumió la conducción de la Federación Universitaria de Buenos Aires, allá por el mes de diciembre de 2001, la transformó en un coto de caza en donde no hay espacio para los disensos, donde todo se resuelve con "la votadora", donde han implementado un sistema de premios y castigos en donde "los amigos" tienen espacio y quienes piensan distinto son decididamente "enemigos". Y mejor ni preguntar cómo se maneja la maquinaria económica sustentada en la venta de apuntes. Se dejaron de realizar los Congresos Extraordinarios, las comisiones de discusión, y llegaron al punto de ni siquiera convocar al Congreso Ordinario para la elección de autoridades. Por lo que el actual presidente del organismo gremial, que en teoría representa a los estudiantes de la UBA, es un presidente de facto, que está extendiendo ilegalmente su mandato. Este grupo es capaz de utilizar cualquier método y aún justificar la violencia, para torcer las voluntades en propio beneficio.
Toda esta situación no puede menos que provocar tristeza. Se supone que la Universidad Pública es el ámbito en donde se forman los dirigentes del futuro, aquellos que tendrán la formación, la convicción y la entereza para la construcción de un país mejor, sin excluidos y más democrático. Pero hay más gente en la UBA, de los que nadie habla porque no son polémicos. Son los que a pesar de todo siguen enfrentando a los señores feudales, los que creen en el cambio, los que no escatiman esfuerzos aún sabiendo que los espacios para la construcción son escasos y los costos son altos. Quizá, algún día la historia cambie. Por el momento no parece posible.
Patricia Graciela Ceriani patriciaceriani@speedy.com.ar
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28 de noviembre de 2024